Welcome to the Blumhouse es una iniciativa conjunta de Blumhouse Television y Amazon Studios, mediante el cual la exitosa productora de horror realizaría ocho películas originales para Amazon Prime Video entre 2020 y 2021. El año pasado comenté las cuatro cintas estrenadas: Black Box, The Lie, Nocturne e Evil Eye. La semana pasada compartí también mi reseña de Bingo Hell, primera de las cuatro de este año.
La película está ambientada en el presente en la ciudad de Nueva Orleans, ciudad cuyos habitantes, según nos informa en un voiceover su protagonista Shawna (Cooper), una adolescente de quince años, todavía no logran superar los estragos causados en 2005 por el huracán Katrina. Los padres de Shawna están separados debido a la adicción de su madre, que vive un un complejo habitacional en la parte más pobre de la ciudad, y la chica es la única que aun cree que puede recuperarse y retomar su vida.
Shawna es tímida y un tanto insegura, así que pasa la mayor parte de su tiempo libre en compañía de Pedro (Guido), su mejor amigo, un chico gay que siempre está tratando de hacerla actuar con mayor seguridad. Tras una fiesta en que Pedro consigue pareja pero Shawna es rechazada por su crush, Chris (Beauchamp), ella decide volver caminando sola a casa, pero en el camino es atacada, no de la forma que uno podría esperar que suceda a una adolescente solitaria en los barrios bajos de cualquier ciudad, sino por vampiros.
La herida provocada por una mordida en su cuello no parece sanar, pero la aterrada joven no quiere ir a dormir por temor a despertar como una criatura de la noche. Luego de que eso no sucede, va a ver a Pedro y le cuenta lo que sucedió. Ambos llegan a la conclusión de que los vampiros parecen estar atacando a drogadictos e indigentes, que son la clase de víctimas que nadie echaría de menos, y deciden ir a ver que la mamá de ella está bien. Lo que encuentran convence a Pedro de que la amenaza es real, y llena a Shawna con deseos de venganza.
La historia está llena de elementos de mitología vampírica con que cualquiera que haya visto un puñado de historias de vampiros estará familiarizado: criaturas de la noche que temen quedar expuestos al sol, afilados colmillos, y las infaltables herramientas de defensa, con énfasis en el ajo y afiladas estacas de madera, entre otras cosas. Estos elementos se presentan como parte de la educación de Pedro y Shawna en un tema que desconocen y para lo cual piden ayuda a la presidenta de un club de literatura de vampiros (Gayle).
Lo que separa a Black as Night de muchas otras películas de vampiros es el contexto en que Payne y Go envuelven su mitología, incorporando la historia racial de Nueva Orleans y enmarcando su historia en el clima de desigualdad social que prevalece en esa ciudad. La idea no es mala, y tienen el acierto de hacer algo visualmente interesante con la parte más expositiva, añadiendo un segmento animado, aunque queda la sensación de que pudieron integrarlo de mejor manera a la historia central.
En ese sentido, habría que aclarar que la versión final del guion se escribió contra reloj, pues la historia de Payne tenía lugar en Nueva York, pero cuando Blum House dio luz verde al proyecto informaron a escritor y directora que la filmación se realizaría en Nueva Orleans con los mismos recursos que las otras tres películas de la segunda tanda de Welcome to the Blumhouse, que se filmaron casi como si fuese una serie de televisión. En ese contexto, hay que reconocer el esfuerzo por hacer algo más que un simple cambio de locaciones.
Al incorporar crítica social en una historia de horror se corre el riesgo de que la historia se vuelva un pretexto para sermonear a la audiencia, y se agradece que los temas de desigualdad racial y económica se hayan integrado bien a la historia y sean balanceados con un fino sentido del humor que gira mayormente alrededor de los esfuerzos que los jóvenes protagonistas hacen por convertirse en cazadores de vampiros, con plena consciencia de lo que son. Shawna lo expresa mejor en algún momento: "sé que no soy Buffy".
Las actuaciones en general son bastante sólidas aun cuando se trata del primer trabajo de muchos de estos jóvenes actores, pero la presencia del siempre excelente y carismático Keith David eleva el producto final, sobre todo gracias a un sentido y punzante monólogo en la parte final de la película, mismo que dicho sea de paso, no habría funcionado igual si a lo largo de la película no se hubiera creado el contexto adecuado para que las ideas expresadas tengan el peso necesario para ser relevantes.
También me parece importante señalar que por momentos la película sufre de una dispareja ejecución, que puede ser producto de la falta de experiencia de Go o de los apresurados cambios realizados al guion justo antes de empezar a filmar. Esto resulta en una sensación de moverse sin rumbo, como insistir demasiado en la renuencia de Chris y Pedro a seguir el descabellado plan de Shawna, que entorpece una parte de la película que se hubiera beneficiado de abrazar las posibilidades de la aventura en que estaban por embarcarse.
El resultado es un segundo acto muy disparejo que pone demasiado peso dramático y argumental en el último tercio de la película, lo que resulta en un exhilarante final que no ofrece oportunidad de tomar un respiro, pero tampoco de reflexionar acerca de algunos de los serios puntos argumentales que la historia explora a lo largo de su desarrollo. Aun así, la combinación de temas sociales con una familiar historia de vampiros y un sólido trabajo de un carismático elenco es bastante para que la película valga la pena.
Black as Night es una curiosa mezcla de entretenimiento de horror con aires de pulp o b movie que se ve elevada por un sólido trasfondo social, y resulta una entretenida adición a la mitología vampírica contemporánea, una que debe ser del agrado de todo aficionado a los vampiros, o cualquier persona interesada en el horror que se preocupa por recordarnos que el mundo real ofrece cosas más temibles que cualquier criatura sobrenatural. Película bastante recomendable.
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