La semana pasada compartí mis impresiones de Black Box y The Lie, las primeras dos películas realizadas por Blumhouse Television para Amazon Prime Video bajo el sello antológico Welcome to the Blumhouse. Ahora toca el turno a Nocturne, largometraje debut de la guionista y directora británica Zu Quirke, película que cuenta con las actuaciones de Sydney Sweeney, Madison Iseman, Jacques Colimon y Ivan Shaw.
La historia presenta a Juliet (Sweeney) y Vivian Lowe (Iseman), una pareja de gemelas que comparten una pasión por la música y desde pequeñas tocan el piano. Ahora estudiantes en una preparatoria de arte, a lo largo de los años se ha presentado entre ellas una rivalidad que recientemente ha aumentado debido a que los éxitos de Vivian empiezan a opacar a su hermana, y la noticia de que fue aceptada en Juilliard, la más prestigiada escuela de artes en los Estados Unidos, parece el punto final en su competencia.
La trágica muerte de otra estudiante, una dotada violinista, precipita una serie de acontecimientos que convertirán la rivalidad de Vivian y Juliet en una amarga confrontación abierta, pues se crea un vacío para el solo del último concierto del año y ambas audicionan con la misma pieza. Juliet encuentra el cuaderno de trabajo de la chica recién fallecida, el cual incluye, además de las partituras para una oscura y poco conocida melodía, una serie de siniestros dibujos que parecen mostrar etapas de un ritual.
Al paso de los días Juliet se da cuenta de que sucesos en su vida hacen eco de los grabados, pero no le da importancia porque todo parece ir de la mano de una mayor seguridad en sí misma. Conforme mejora su desempeño interpretativo y adquiere mayor autoestima, Juliet se vuelve soberbia y altanera, y si ya era bastante retraída, ahora se aleja cada vez más de la gente que le rodea, pero conforme se acerca la fecha del concierto, su ansiedad alcanza nuevos niveles al entender el sacrificio que marca el siguiente paso en su ritual de crecimiento.
La historia es un perturbador retrato de los alcances que puede tener la febril persecución de la grandeza por parte de una joven pianista clásica con una construcción narrativa que se balancea entre el horror sobrenatural y un ambicioso thriller de terror psicológico. El cuaderno de música adquiere tintes siniestros al convertirse en el vehículo de un aparente pacto de tintes faustianos que ofrece a Juliet una solución rápida a sus limitaciones como músico sin necesidad de vocalizar las implicaciones de semejante trato, que al quedar implícito se vuelve aún más ominoso.
El uso de la música, o más específicamente de una partitura musical como el objeto que encierra la maldad en esta historia me parece brillante. Si tantas veces hemos visto libros malditos que son el origen de toda clase de desdichas al caer en manos de gente ambiciosa en busca de atajos hacia el éxito o el poder, ¿por qué nunca se había usado del mismo modo la escritura musical? La frustración de Juliet ante sus fallas, el temor a no ser tan buena como su hermana o tener que enfrentar la realidad de que nunca será una gran pianista son toda la motivación que necesita para aceptar el tácito trato ofrecido por las partituras.
La película tiene muchas cosas dignas de elogiar, comenzando por las actuaciones, o en específico la de Sweeney, que llena a Juliet con toda clase de matices y carga con el peso emocional de la historia. Su labor es asistida por un guion puntual que construye a las hermanas con personalidades diametralmente opuestas, usando con una inesperada sutileza la dualidad que suele acompañar al uso de gemelos en una narración. Aunque el elenco de apoyo tiene poco desarrollo en pantalla y su función principal es avanzar el arco de Juliet, no se sienten falsos o acartonados, un problema común en este tipo de historias.
Me sorprendió descubrir que esta película era el debut de Quirke como directora, pues la película se siente bien balanceada, con cambios de ritmo claramente intencionales para maximizar el efecto de recursos como la cámara lenta o los cortes bruscos y transiciones abruptas. La música que acompaña a su historia es otro punto a destacar, pues a pesar de que la música clásica, parte integral de la historia, está presente a lo largo de la película, se combina con una creativa banda sonora original que usa contrastes y contrapone música contemporánea para alterar la atmósfera según se requiera.
En resumen, Nocturne es una película perturbadora que vale mucho la pena, aunque es importante estar conscientes de que no se trata de una historia de horror convencional y por lo tanto los sustos y sobresaltos son pocos, pero en su lugar ofrece una mezcla de sueños y aspiraciones violentados por una creciente sensación de desesperanza e incomodidad que ejemplos más comerciales del género tienden a descartar por completo. Bastante recomendable.
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