En el último par de semanas he comentado tres de las cuatro películas que forman Welcome to the Blumhouse, la antología fílmica estrenada este mes en Prime Video (aquí pueden leer mis comentarios de Black Box, The Lie y Nocturne), y toca el turno a Evil Eye, cinta dirigida por Elan y Rajeev Dassani sobre un guion de Madhuri Shekar basado en el audiodrama de su propia autoría realizado para Audible. La película cuenta con laas actuaciones de Sarita Choudhury, Sunita Mani y Omar Maskati, y se estrenó en la plataforma de streaming de Amazon el pasado 13 de octubre.
La película cuenta la historia de Pallavi (Mani), una mujer hindú de 29 años que vive en Nueva Orleans y debe lidiar con la constante presión de Usha (Choudhury), su madre que vive en Delhi y con quien habla prácticamente todos los días, para buscar marido y empezar una familia. Una larga historia de fallidas citas a ciegas orquestadas por su madre han llevado a Pallavi a desarrollar una actitud cínica hacia las relaciones románticas, pero cuando conoce de forma incidental a Sandeep (Maskati), las cosas parecen cambiar.
Al principio Usha está emocionada ante la idea de que Pallavi haya encontrado un novio cariñoso, atractivo y rico, pero conforme la relación va avanzando empieza a mostrarse recelosa, Sandeep parece demasiado bueno para ser cierto. Profundamente supersticiosa, Usha tuvo una experiencia traumática con una relación abusiva antes de que Pallavi naciera, y los detalles de la relación de su hija y su nuevo novio están disparando una serie de recuerdos que la llevan a pensar que puede haber una siniestra conexión entre Sandeep y el hombre que la lastimó a ella, pero compartir su preocupación amenaza con romper el lazo entre madre e hija.
El título de la película hace alusión a una maldición (lo que en México conocemos como mal de ojo) que Usha cree que su abusivo exnovio le lanzó antes de morir, cuando estaba embarazada, y es por ello que le preocupa el futuro de Pallavi. Pero la historia deja de lado ese aspecto sobrenatural y se centra en el tema de las relaciones abusivas, aunque evita presentar la violencia física como la única forma de abuso que se da en una relación de pareja. Y ése no es el único cliché al que da vuelta, pues en el fondo toma la fórmula de las historias de acosadores que amenazan con destruir a una familia, aunque en ente caso, en vez de amenazar a un matrimonio, el intruso es el novio que pretende separar a madre e hija.
Por desgracia la película no presenta su punto de una forma más marcada ni intenta ahondar en sus conceptos, lo que sin duda habría enriquecido el resultado, pero se agradece que evitara convertir a Sandeep en una caricatura como las que abundan en las mencionadas historias de acosadores, llenos de siniestras sonrisas y propensos a explosivos arranques de ira que dejan clara su malvada naturaleza. Maskati interpreta a Sandeep como un novio comprensivo que apoya a su novia, quien dócilmente renuncia a su independencia sin siquiera darse cuenta de lo que está sucediendo.
El peso dramático y narrativo de la historia recae en la relación entre Usha y Pallavi, cuyas conversaciones telefónicas se vuelven cada vez más tensas debido a que los temores de la madre la hacen parecer aún más controladora que al principio. En ese aspecto resulta importante el nivel interpretativo de Choudhury y Mani y la forma en que los directores las presentan durante esas llamadas, pues a pesar de que queda claro que están en lados opuestos del mundo, algunas de sus discusiones proyectan el mismo peso dramático que si ambas estuvieran en la misma habitación.
Un problema que comparten las cuatro historias de Welcome to the Blumhouse es el de las expectativas. La fama de la casa productora, y los avances que presentaron de esta antología llevaban a la audiencia a creer que serían thrillers de horror, lo que puede decepcionar a algunos espectadores, pues en realidad se inclinaron más hacia el suspenso, sin que esto tenga nada de malo. En el caso particular de Evil Eye, la historia lidia con el horror cotidiano que son las relaciones abusivas, y presenta un claro mensaje sobre la eterna existencia del comportamiento tóxico y la forma en que afecta tanto a aquellos que no lo reconocen como a quienes por experiencia están familiarizados con todo lo que implica.
Al final, se trata de una historia bastante recomendable siempre y cuando no la vean esperando sustos y sobresaltos, y me parece digno de destacar que, con apenas una pizca de elementos sobrenaturales, presente una historia perturbadora, con lo que me parece que mayormente cumple con su cometido.
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