Todo mundo está familiarizado con las asombrosas habilidades de deducción de Sherlock Holmes, e incluso puede que sepan que Mycroft, su hermano mayor, tiene una mente igualmente aguda cuando se trata de analizar cualquier situación, pero ¿qué hay de Enola, su joven hermana menor? ¿Cómo? No sabían que Sherlock tenía una hermana?
La cinta fue dirigida por Harry Bradbeer, director británico con amplia experiencia en televisión (Fleabag, Killing Eve) sobre un guion de Jack Thorne, y cuenta con las actuaciones de Millie Bobby Brown, Henry Cavill, Sam Claflin, Adeel Akhtar, Louis Partridge y Helena Bonham-Carter. Brown fungió además como productora.
Enola (Brown) es la menor de los Holmes, y vive sola con su madre Eudoria (Bonham-Carter) desde que sus hermanos Mycroft (Claflin) y Sherlock (Cavill) se mudaron a Londres al convertirse en adultos. Se trata de una chica observadora y muy inteligente que ha sido educada en casa por su madre, y como consecuencia aprendió diversas e inusuales habilidades para las mujeres de la época (como jiujitsu o tiro con arco), sometidas a estrictas normas sociales, y se está convirtiendo en una voluntariosa mujer independiente.
El día de su cumpleaños dieciséis, Enola despierta para descubrir que su madre desapareció. Escribe a sus hermanos, que vuelven a casa y tras estudiar la situación concluyen que su madre se fue por voluntad propia y quizás no desee ser encontrada. Mycroft está escandalizado por la falta de propiedad de Enola, y como su guardián legal decide internarla en una escuela para señoritas, donde espera puedan refinar sus modales y educarla para que un día se convierta en una buena esposa. La joven descifra mensajes secretos de su madre y encuentra dinero, con el que escapa y toma un tren a Londres.
A bordo conoce al Visconde Tewkesbury (Partridge), un joven aristócrata que también escapa de su familia, y lo ayuda a evadir a un asesino (Burn Gorman). Al llegar a Londres se separan, pues Enola desea buscar a su madre, pero sus caminos se vuelven a cruzar cuando ella empieza a reunir las piezas de un rompecabezas que apunta a una conspiración en contra del joven Lord, una que podría alterar el futuro del Imperio Británico. Ahora Enola debe hallar el modo de salvar al joven mientras evade los intentos de sus hermanos por hallarla y enviarla a la escuela de modales.
La historia se mueve a un ritmo bastante ágil y entretenido, sobre todo al tomar en cuenta la gran cantidad de información que comparte con la audiencia, y se beneficia de la energética actuación de Brown, que añade una buena dosis de frescura a su papel gracias a su carisma y apoyada en un sólido guion que recurre a romper en varias ocasiones el cuarto muro como una rápida forma de presentar información al tiempo que permite que el espectador empatice con la protagonista.
Por desgracia los papeles secundarios reciben una mínima o nula caracterización, lo que en algunos casos parece un desperdicio, pero las sólidas actuaciones del elenco de soporte en conjunto impiden que el entorno de Enola se sienta acartonado. Además de los actores ya mencionados, destaco el trabajo del pakistaní Adeel Akhtar, que da vida al Inspector Lestrade, de Scotland Yard.
La ambientación en general, desde el vestuario hasta el diseño de producción y las locaciones, son impecables, lo que ayuda a recrear una visión de la Inglaterra victoriana que no se siente extraña a pesar de haberla aderezado con temas sociales que suelen ser ignorados en la mayoría de las producciones de época, como pueden ser el activismo femenino en busca del voto, la desigualdad de clases, o los roles de género en la sociedad.
En ese último aspecto, es evidente que se quería enfatizar el tema del feminismo, sobre todo a través de la construcción del personaje de Enola y el atisbo que tenemos de la vida de su madre, pero me parece digno de mención que los realizadores no hayan forzado el tema al convertirlo en una insistencia dentro de la historia. Si alguien temía que se tratase de una modernización forzada del entorno victoriano, ése tampoco es el caso, pues a pesar de la sensibilidad contemporánea que muestra la película, ésta es manejada de un modo mucho más sutil que, por ejemplo, en el Sherlock Holmes de Guy Ritchie.
En resumen, Enola Holmes es una entretenida película que puede ser del gusto de público de todas las edades, pero en particular de adolescentes y jóvenes adultos, por lo que representa una opción ideal para ver en familia. El resultado es tan agradable, que no me extrañaría que se convierta en el inicio de una franquicia, siempre y cuando la absurda demanda de los herederos de Conan Doyle no interfiera con el posible desarrollo de la misma. Una opción bastante recomendable y sin demasiadas pretensiones.
Ahora sólo me pregunto si algún día dejarán de traducir "The game is afoot" como "comienza el juego". ¿Acaso no hay traductores que sepan que game también significa presa (de caza)?
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