sábado, 16 de octubre de 2021

The Evil Dead (El Despertar del Diablo, 1981)

Hoy día la mayoría de la gente conoce a Sam Raimi como el director de la trilogía de Spider-Man con Tobey Maguire o como el creador de las series de TV Xena: Warrior Princess y Hercules: The Legendary Journeys, y aunque de vez en cuando vuelve al género de horror ya sea como director (Drag Me to Hell) o sólo productor (la saga de The Grudge, The Messengers, 30 Days of Night, Don't Breathe), nunca está de más recordar que su carrera inició con el clásico de culto The Evil Dead (El Despertar del Diablo).

En la segunda mitad de los 1970 Raimi había realizado varios cortos, además de un largometraje filmado en Super 8. El corto Within the Woods (1978) le sirvió como carta de presentación y ayudó a conseguir inversionistas para The Evil Dead, su primera película. Abandonó sus estudios en la Universidad de Michigan, y reclutó a su amigo Bruce Campbell, a quien conocía desde 1975 y quien había actuado en varios de sus cortos. El guion fue obra del propio Raimi, y su también amigo Robert Tapert sirvió como productor. Raimi, Tapert y Campbell fueron los productores ejecutivos, y trabajaron con un presupuesto estimado en 370,000 dólares.

Como producción independiente la película no contaba con el apoyo de una estrategia de marketing o un distribuidor, y se proyectó por primera vez el 15 de octubre de 1981 en un cine de Detroit, Michigan, y pese a que recibió críticas positivas, pasó casi año y medio antes de que pudiera conseguir un distribuidor dispuesto a colocarla en más pantallas.

Irvin Shapiro, un productor y distribuidor que era famoso por su apoyo a cineastas independientes, y quien años atrás se había encargado de la distribución del clásico Night of the Living Dead, de George A. Romero, le sugirió a Raimi cambiar el título de Book of the Dead, como se llamaba entonces la película, por The Evil Dead, e hizo los arreglos para que la película se exhibiera fuera de competencia en el Festival de Cannes de 1982.

Las críticas positivas llevaron a la película a otros festivales de cine, sobre todo los especializados en cine fantástico, y poco a poco creció el interés por la cinta. Stephen King la vio en Cannes y se convirtió en el principal promotor de la obra, elogiándola en cuanta oportunidad tenía. Corresponsales de la revista Fangoria la vieron en festivales y durante meses le dedicaron artículos. Eventualmente New Line Cinema compró los derechos de distribución y la estrenó en 1983.

La historia sigue a un grupo de jóvenes compuesto por dos parejas, Linda (Betsy Baker) y Ash (Campbell); y Shelly (Theresa Tilly) y Scott (Richard DeManicor), además de Cheryl (Ellen Sandweiss), la hermana de Ash, planean pasar sus vacaciones en una apartada cabaña en medio del bosque. En el sótano de la cabaña encuentran libros, una grabadora de cintas, armas y herramientas.

También hay cintas con las notas de un investigador paranormal que años atrás se mudó a la cabaña junto con su esposa para estudiar el Necronomicon Ex-Mortis, el libro de los muertos, un tétrico y misterioso volumen empastado en piel humana. Al reproducir una cinta en que el hombre lee directamente del libro, sin saberlo despiertan a fuerzas oscuras que dormían en el bosque, y dan inicio a una noche de pesadilla.

Al principio todos, con excepción de Cheryl, se rehúsan a creer que algo raro esté sucediendo, pero pronto se dan cuenta de que es imposible salir de ese lugar, y poco después se convierten en el blanco de múltiples ataques por parte de entes sobrenaturales que se van posesionando de ellos uno por uno, mientras los atormentan con la idea de que todos sufrirán el mismo destino.

A cuarenta años de su estreno hay aspectos de la película que acusan la edad de la misma, desde los efectos especiales, obra de Tom Sullivan y realizados con una mezcla de prostéticos, ingredientes de cocina y animación stop motion, hasta el trato que reciben los personajes femeninos, aunque esto último no llega al grado de provocar que la cinta se convierta en algo particularmente ofensivo.

Su implacable ritmo narrativo, el creativo uso de cámaras y encuadres, además del libre uso y abuso de gore, hacen que la película debut de Raimi tenga un lugar de honor en los corazones (y tripas) de millones de aficionados al horror. Tras décadas de homenajes e imitadores, ver a un grupo de jóvenes en una cabaña lejos de la civilización nos llena de anticipación por lo que vamos a ver, pero The Evil Dead tiene una energía y frescura que sus imitadores rara vez logran replicar.

Quizás el aspecto más sobresaliente de la producción es la forma en que Raimi recurre a cualquier cantidad de trucos de cámara y edición para disfrazar lo limitado de sus recursos, y en particular destaco el creativo uso de ángulos y encuadres inusuales para mostrar al espectador el punto de vista de los varios entes que atormentan a Ash y sus amigos.

La película es un fiel reflejo de toda la energía y creatividad de un director novato en busca de probar lo que es capaz de hacer, y aunque las actuaciones van de regulares a malas y los efectos ya denotan su edad, es imposible no apreciar el evidente cuidado en el montaje de muchas de sus escenas, diseñadas para explotar al máximo sus oportunos sobresaltos.

Además, Raimi hace un excelente uso de locaciones y decorados, además de que la efectiva mezcla de luces y niebla artificial resultan ser los ingredientes principales para crear una atmosférica y espeluznante cinta de horror con un delicioso toque de humor negro. Fue tal el impacto que generó, que a la fecha hay países donde está prohibida su exhibición y en algunos de ellos ni siquiera es posible distribuirla en formatos domésticos de video.

En su momento fue un parteaguas en el uso de gore, pues se estima que durante su filmación se utilizaron alrededor de 300 galones de sangre falsa. A pesar de que su clasificación no permitía que los adolescentes la vieran en el cine, recaudó casi dos millones y medio en EEUU, y aunque no hay cifras oficiales para el resto del mundo, se especula que la recaudación total rondó los 30 millones de dólares.

Para compensar la limitada taquilla producto de su clasificación, simultáneamente a su estreno en cines, New Line Cinema lanzó la película en formato VHS, y en poco tiempo se convirtió en un clásico de culto que inspiró dos secuelas: Evil Dead II (1987) y Army of Darkness (1992), escritas y dirigidas por Raimi, además de un spinoff/reboot en 2013 y la serie de TV Ash vs. Evil Dead (2015-2018). También existen videojuegos y cómics, además de un puñado de secuelas no oficiales producidas en Italia.

Su lugar en la historia del género está asegurado, y hoy día aún se siente más punzante que producciones más recientes y ambiciosas. Esta película realizada con algo más de un tercio de millón de dólares generó un imperio multimedia, además de que lanzó las carreras de Raimi y Campbell. Hace unos meses se anunció el inicio de filmación de Evil Dead Rise, producida por Raimi, Tapert y Campbell y escrita y dirigida por el irlandés Lee Cronin, y se espera se estrene el próximo año.

A cuarenta años de su aparición, The Evil Dead conserva su capacidad de asustar e impactar, y aunque no es la clase de cinta que se pueda recomendar a todo mundo, todo aficionado al género debería verla al menos una vez. Cabe aclarar que la mezcla de horror y humor que muchos identifican con Raimi apareció hasta Evil Dead II, que ya comentaré más adelante.

El Despertar del Diablo es una cinta producto inequívoco de su época, pero no cabe duda que merece todos los elogios y reputación que ha acumulado a lo largo de los años.

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