Marzo de 1993 es una fecha que marca un antes y después en la industria del cómic estadounidense, y hay quienes consideran que fue el momento en que el medio alcanzó la mayoría de edad. Fue entonces cuando apareció Vertigo, sello editorial que fue clave en el desarrollo del cómic como lo conocemos actualmente. Claro, no fue el inicio de los cómics para lectores maduros, pues estos existían desde décadas atrás y nunca dejaron de producirse de forma regular.
El antecedente más directo para la creación de Vertigo se dio en 1984 en las páginas de Saga of the Swamp Thing, cuando Len Wein, cocreador del personaje y entonces editor de la serie, contrató al escritor británico Alan Moore como nuevo guionista regular del título. Moore había trabajado para Marvel UK y otras editoriales británicas, destacando su trabajo en las revistas 2000 AD y Warrior, ésta última hogar original de Marvelman (personaje conocido en Estados Unidos como Miracleman) y V for Vendetta.
Figura fundamental en la creación de Vertigo fue la editora Karen Berger, licenciada en literatura inglesa que llegó a DC en 1979 como asistente editorial. Poco después de contratar a Moore, Wein cedió el control editorial de Saga of the Swamp Thing a Berger, que guió el experimental título hasta convertirlo en un éxito crítico y de culto. Impresionada por la forma en que Moore revitalizó al personaje, Berger solicitó autorización para buscar más escritores británicos que hicieran lo mismo con otros personajes.
Entre los autores que reclutó destacan Neil Gaiman, Peter Milligan, Jamie Delano y Grant Morrison, que junto a Moore se dieron a la tarea de revitalizar viejas propiedades con una sensibilidad diferente, más adulta y experimental. Esta invasión británica produjo títulos como Doom Patrol, Black Orchid, Animal Man, Hellblazer, The Sandman y Shade, The Changing Man, que sentaron precedente al ser algunas de las primeras publicaciones mainstream en mostrar en portada la advertencia Sugerido para Lectores Maduros.
En 1993, en pleno Boom del Comic, como se llamó en México a la explosión en popularidad que el medio gozó a inicios de los 1990, y con DC Comics enfocada en crear eventos de alto impacto mediático, como The Death of Superman o Knightfall, una junta ejecutiva en la popular editorial propiedad de Warner Brothers que pasó desapercibida para el resto del mundo resultó en la más importante revolución que el medio había visto en décadas.
Paul Levitz, presidente de DC Comics, Jenette Khan, directora editorial, y Dick Giordano, editor ejecutivo, encomendaron a Karen Berger la creación de un sello que agrupase bajo una sola bandera todos esos títulos que llevaban la etiqueta de Lectores Maduros. La intención, en palabras de la propia Berger, era hacer algo diferente en esos cómics, algo que ayudase al crecimiento del medio. Las únicas excepciones fueron los títulos con raíces muy marcadas en el Universo DC regular, como Green Arrow o The Question.
Otra coincidencia importante que se dio justo a tiempo para terminar de dar forma a Vertigo, fue el colapso de Disney Comics a fines de 1991, que llevó a abortar el lanzamiento de su propio sello dedicado a cómics para lectores maduros, el cual habría de llevar el nombre de Touchmark. El editor responsable de ese sello habría de ser Art Young, ex editor de DC a quien Berger conocía, y de inmediato lo reclutó para enriquecer su plan editorial. Entre las series rescatadas de Touchmark destacan Sebastian O y Enigma.
Los primeros títulos em llevar el logo de Vertigo en portada aparecieron en marzo de 1993, y fueron Shade the Changing Man, Hellblazer, The Sandman, Animal Man, Swamp Thing y The Doom Patrol. Todas eran series regulares y ninguna era nueva, pero hasta ese entonces lo único que las separaba del resto de la línea publicada por DC Comics era la etiqueta de advertencia en sus portadas. Un mes más tarde debutó la primera serie nueva de Vertigo: Sandman Mystery Theatre, que no tenía relación directa con la serie de Neil Gaiman.
Sandman Mystery Theatre nunca fue un éxito de ventas, pero era aclamado por la crítica y sus números eran lo bastante buenos como para no correr el riesgo de una cancelación temprana. La serie duró setenta números, y junto a The Sandman sentó un precedente en la forma de trabajar de Vertigo, pues a pesar de presentar personajes propiedad de la editorial, ambas series terminaron cuando sus autores decidieron que habían contado todo lo que querían. Esa práctica se volvió común en los años siguientes, pero de eso hablaré más a fondo en un futuro texto.
Por ahora, quiero complementar esto con un repaso a algunas series esenciales de Vertigo, al menos de entre lo que apareció dentro de la primera oleada de títulos.
Cuando este título se integró a la alineación inicial de Vertigo, atravesaba uno de sus peores momentos. Nancy A. Collins tenía un par de años escribiéndola, y poco a poco había eliminado todos los cambios que Alan Moore hizo al personaje y su mitología. Años después, las colecciones del trabajo de Moore y su sucesor, Rick Veitch, se publicaron bajo el sello Vertigo, pues muchos consideran que esa etapa es su verdadero inicio. La mezcla de temas existencialistas con tintes de horror y fantasía oscura marcó la pauta de lo que definiría a Vertigo.
Animal Man era un olvidado héroe de tercera en el Universo DC hasta que en 1988 cayó en manos de Grant Morrison. A lo largo de 26 números, el polémico autor escocés trató temas de ecología y derechos animales, y logró hacer de Buddy Baker, protagonista de la serie, un personaje interesante, obviando el hecho de que era un superhéroe y escribiéndolo como una persona normal en situaciones fantásticas. La serie se incorporó a Vertigo poco después de que Jamie Delano asumió como escritor regular e integró elementos de horror al título.
John Constantine, creación de Alan Moore, surgió de las páginas de Saga of the Swamp Thing, y en 1988 se volvió protagonista de Hellblazer, uno de los títulos para lectores maduros editados por Berger. Jamie Delano usó al cínico mago como vehículo para contar historias llenas de sátira política y crítica social. En 1991 un muy joven Garth Ennis dio un giro a la serie, poniendo las relaciones personales de Constantine al centro de las historias e incorporando elementos religiosos, pero sin olvidar la fantasía oscura que lo caracterizaba. Con 300 números, fue la serie más longeva del sello.
Creado por Steve Ditko como un agente secreto interdimensional, el personaje fue reimaginado por Peter Milligan en 1990. Con diseños de Brendan McCarthy y arte de Chris Bachalo, Milligan escribió una de las series más complejas y experimentales jamás publicadas por una editorial mainstream. Suena difícil de creer que alguien haya podido llevar más allá la locura y psicodelia presente en el comic de Ditko, pero Milligan lo hizo, explorando toda clase de temas polémicos y sensibles, como la transexualidad o la política.
Neil Gaiman es un autor reconocido y premiado alrededor del mundo, tanto por su trabajo en cómics como por sus novelas en prosa, y fue en esta serie que el popular autor británico se hizo de nombre. Usando una aproximación literaria, Gaiman creó una rica mitología fantástica alrededor de propiedades marginales de DC, y en el proceso creó un marco que ligaba las versiones anteriores de The Sandman con Morpheus, Señor de los sueños, que más que protagonista era un catalizador de historias. Por casi ocho años Gaiman escribió uno de los cómics más premiados en la historia del medio.
Creados en 1963, estos jóvenes con poderes y habilidades eran rechazados sociales. La Doom Patrol no encontró su audiencia hasta 1989, cuando Grant Morrison tomó control de la serie lanzada un par de años antes. Él incorporó al título elementos surrealistas, conspiraciones y sociedades secretas, y agregó tintes de sátira y parodia. Su trabajo fue elogiado por Anthony Drake, creador de los personajes, que dijo que era el primer autor que entendía su intención original. Morrison dejó el título en febrero de 1993, un número antes de que la serie se incorporase a Vertigo.
Los escritores Matt Wagner y Steven T. Seagle hicieron equipo con el artista Guy Davis para recrear las aventuras del Sandman de la Edad de Oro, un héroe sin superpoderes que usaba una pistola con un potente somnífero para pelear contra el crimen. Este cómic era un tributo a las novelas pulp y el cine noir, y en sus páginas Wagner, Seagle y Davis convirtieron a Wesley Dodds (con una gabardina en vez de capa y un traje menos colorido que el original) en una especie de detective de novela que enfrentaba toda clase de amenazas junto su novia, Dian Belmont.
Para terminar, los dejo con un par de detalles curiosos acerca de dos autores clave en la formación de Vertigo:
- Alan Moore, autor de Saga of the Swamp Thing y V for Vendetta, jamás escribió nada para el sello Vertigo.
- Grant Morrison es el responsable de las modernas versiones de dos de las primeras series de Vertigo, pero no participó en el lanzamiento del sello.
Texto originalmente publicado en Comikaze #24 (julio 2014)
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