Hace tiempo descubrí que cuando quieres ir al cine y todo parece estar demasiado lleno, la solución consiste en revisar bien la cartelera en busca de alguna película europea o asiática (sobre todo si son de las que la gente considera "cine de arte"), pues rara vez se agotan los boletos para esas funciones.
Lo mejor de todo es que lo que a simple vista podría parecer un último recurso, en ocasiones resulta en una grata sorpresa, o en el peor de los casos es al menos una oportunidad para romper un poco con la creciente monotonía que prevalece en las producciones recientes de Hollywood.
Ese es el caso de LOL (Laughing Out Loud), una película sobre adolescentes y la brecha generacional que por momentos parece una comedia costumbrista. Lola (Christa Theret), apodada LOL (como el slang utilizado en internet para referirse a la risa) por sus amigos, es una joven de dieciséis años que está pasando por esa complicada etapa de la adolescencia donde lidiar con la escuela, los amigos, el amor y los padres parece imposible de superar.
El primer día de clases, Lola discute con Arthur (Felix Moati), su novio, y termina con él, lo que resulta en insospechadas complicaciones, pues Maël (Jérémy Kapone), el mejor amigo de Arthur, es también el mejor amigo de Lola.
Lola empieza poco a poco a enamorarse de Maël, pero la amistad entre éste y Arthur hace que su relación se desarrolle casi en secreto y fuera de la escuela. La tensión entre el trío de adolescentes es templada debido a las múltiples amistades que comparten, pero las notas de Lola sufren por su falta de atención en clase ante tantas distracciones.
Las cosas en casa no son fáciles aún sin añadir su bajo rendimiento académico, pues Anne (Sophie Marceau), su madre, no hace mucho divorciada, parece tener un amorío... con su ex. Y si Lola tiene problemas para lidiar con su vida, su madre no se queda atrás, pues necesita hallar el punto de equilibrio entre sus necesidades como mujer independiente y sus obligaciones como madre.
El tema principal de la película es la brecha generacional. Además de la relación entre Lola y Anne, contraponiendo sus conflictos a la cercana relación que solían llevar y con la presencia de la madre de Anne para ofrecer aún más perspectiva, también muestra la tensa relación entre Maël, más interesado en vivir la vida de la forma más simple, en escribir y tocar canciones que en estudiar o pensar en su futuro, y su padre, un cuadrado empleado de oficina preocupado porque su hijo deje de soñar y asuma las responsabilidades que cree deberían ser su prioridad.
Supongo que el único problema real de la película es que al final se siente un tanto superficial, pues a pesar de que tiene momentos en que invita a reflexionar sobre las relaciones humanas, e incluso funciona como comentario social sobre los papeles esperados de hombres y mujeres en distintas situaciones sociales, el desarrollo de personajes o la complejidad de sus relaciones nunca llega a ser suficiente como para considerarlo relevante.
El resultado final es una disfrutable película que resulta ideal para verse en compañía de su pareja. Por cierto, un detalle curioso es que, a pesar de que aparecen varias chicas muy guapas en la película, sigo encontrando mucho más atractiva a Sophie Marceau. Supongo que es un signo de la edad.
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