Hace un par de años, tras el fenomenal éxito de Parásitos, el mundo entero se volcó en elogios hacia Bong Joon-ho, pero si la mayoría viese con menor recelo al cine "de género", hace muchos años que sabrían de la probada capacidad del talentoso director y guionista surcoreano. Su primer éxito internacional fue El Huésped (괴물 - Gwoemul, "Monstruo"), película de monstruos de 2006 que mezcla elementos de horror y ciencia ficción.
El mismo director coescribió el guion junto a Won-jun Ha, y Chul-hyun Baek, y el elenco de la cinta incluye a Song Kang-ho, Byun Hee-bong, Park Hae-il, Bae Doona y Go Ah-sung.
La historia parte en una base militar estadounidense en Seúl, donde el médico forense instruye a uno de sus asistentes para que vierta litros de formaldehído en el drenaje. A pesar de sus protestas, el hombre hace lo que le piden. Unos pescadores mencionan haber hallado un pez mutante, pero no le dan importancia. Tiempo después, a un costado del Río Han, las personas que hacen día de campo en la ladera avistan a una criatura de gran tamaño en el agua y de forma irresponsable le arrojan comida.
Momentos después la multitud descubre aterrorizada que la enorme criatura es un anfibio, que abandona el agua para atacar a la gente reunida en el lugar. Park Gang-Du (Song Kang-Ho), es un holgazán e irresponsable individuo que junto con su padre Park Hee-Bong (Byun Hee-Bong) atiende un puesto de comida en el lugar, y en medio de la confusión, mientras todos intentan escapar, suelta a su hija Hyun-Seo (Ko A-Sung), y sólo puede ver horrorizado que la criatura la toma con la cola antes de sumergirse en el agua.
Pronto aparecen las autoridades para evacuar el lugar y establecer una cuarentena mientras tratan de determinar el origen de la criatura. Los militares recorren la zona en busca de pistas y establecen un cerco de seguridad para impedir que los civiles se acerquen al lugar hasta que se considere que es seguro regresar. Debido a que Gang-Du tuvo contacto cercano con el monstruo, es aislado para hacerle estudios, pues existe la noción de que la criatura está esparciendo un nuevo y desconocido virus.
En el hospital Gang-Du recibe una llamada de Hyun-Seo, que está en una enorme cloaca donde el monstruo almacena alimento. Nadie le cree que su hija está viva, así que con ayuda de su padre y sus hermanos, el desempleado Nam-Il (Park Hae-Il) y la arquera de competencia Nam-Joo (Bae Doo-Na), Gang-Du escapa, y la familia unida parte en busca de la niña, armados con rifles adquiridos en el mercado negro y un mapa del sistema de drenaje que circunda el río. ¿Podrán encontrar a tiempo a la niña?
La primera sorpresa de la película es que, a pesar de la obvia influencia de viejas películas de monstruos (autoridades negligentes, desechos tóxicos que causan mutaciones, monstruo anfibio que surge del agua para aterrorizar a la población), Bong sigue sus propias reglas. En vez de construir suspenso antes de revelar al monstruo, muestra a su criatura en los primeros veinte minutos, pero es imposible quejarse luego de la excelente escena del ataque, que concluye con el "secuestro" de la niña y plantea el conflicto dramático de la historia.
Otra cosa que en su momento parece haber sorprendido a la crítica es la fuerte carga de crítica social que contiene la película, lo que me hace pensar que no han visto suficiente cine de horror o nunca le han puesto atención, pero en el caso de Bong ésta toma un aire de sátira que, junto con la sólida caracterización de sus protagonistas, añade un elemento de humor, y aunque horror y humor suelen ir de la mano, es inusual que se integren de tan buena forma como en esta película que, además, resulta bastante emotiva.
Con gran maestría Bong manipula al espectador y cambia a placer el tono de la película, de horror a comedia o drama en un constante ir y venir que mantiene a la audiencia atenta a lo largo de sus casi dos horas de duración, Si desglosara los dispares elementos que forman la historia (familia disfuncional, científicos locos, conspiración gubernamental, corrupción policíaca, equipos de contención bacteriológica, armas químicas y un espectacular monstruo anfibio), uno pensaría que se trata de un caos. Y en cierto modo lo es.
Pero se trata de un caos controlado y magistralmente orquestado que ofrece un demencial e inteligente espectáculo que, además de entretener, invita al espectador a la reflexión y, para todos los amantes del cine de monstruos, introduce a una de las criaturas más hermosas y fascinantes que hayamos visto alguna vez en pantalla, que además de un gran diseño, fue creada gracias a una combinación de prostéticos y efectos prácticos y digitales, con un resultado tan estéticamente atractivo como fascinante y misterioso.
Ya antes he hablado de que encuentro que uno de los grandes atractivos del cine y TV que se producen en Corea del Sur es su capacidad de adquirir una relevancia universal al usar a gente común y en muchas ocasiones de bajos recursos como protagonistas. Esa decisión de usar personajes con quien uno pueda simpatizar o incluso identificarse es un bienvenido cambio en relación a los acostumbrados genios y duros atletas que Hollywood prefiere como héroes, lo que además permite un gran uso del comentario social sin importar el género o tipo de historias.
Gwoemul o El Huésped es un thriller de horror, un drama familiar, una sátira política, una comedia sobre una familia disfuncional y una dura crítica al irresponsable intervencionismo estadounidense, pero antes que cualquier otra cosa es una de las mejores películas de monstruos jamás realizadas, y una cinta a la que todo mundo debería dar una oportunidad.
(En México está disponible como parte del catálogo de Netflix).
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