Hace muchos años que estoy por completo desconectado del mundo de los videojuegos, así que cuando hace unos meses vi un trailer para Werewolves Within (Un hombre lobo entre nosotros), no tenía idea de que era una película basada en un videojuego, pero se veía divertida e hice una nota mental esperando que en algún momento llegase a México. El fin de semana me sorprendí al encontrarla en el catálogo de Prime Video.
La película se filmó en febrero de 2020 y se estrenó en el Tribeca Film Festival en junio de 2021. Poco después se distribuyó de forma limitada en cines de los Estados Unidos, y en julio pasado se puso disponible como video on demand en la unión americana y partes de Europa.
La historia transcurre en la pequeña comunidad de Beaverfield, Vermont, que vive un conflicto, pues un tal Parker (Duvall) quiere construir un oleoducto, y su propuesta ha dividido a los vecinos entre quienes desean aceptar su jugosa oferta y los que no, y la obra no procederá a menos que todos acepten. Finn (Richardson) es el nuevo ranger asignado a la reserva federal que rodea al pueblo. Es un hombre tímido y demasiado bueno para su propio bien, así que un conflicto general no es el entorno ideal para establecerse en su nuevo hogar.
En el hotel/posada local, propiedad de Jeanine (Curtin), conoce a Parker y a Cecily (Vayntrub), la vivaz y alegre chica a cargo del correo, y ella se ofrece a mostrarle el lugar. Así conocemos a Trish (Watkins) y Pete Anderton (Chernus), una pareja de egoístas conservadores de ideas de derecha; Devon (Jackson) y Joachim Wolfson (Guillén), un acaudalado matrimonio homosexual; Gwen (Burns), la mecánica del pueblo, y Marcus (Basil), su marido, que llenan el perfil de una sucia pareja de white thrash.
Cuando se descubre que hubo un asesinato en el pueblo y se especula que pudo ser obra de un hombre lobo, todos ellos, además de Emerson Flint (Fleshler), un paranoico y reservado hombre que vive en una cabaña a las afueras del pueblo, y la ambientalista Dra. Ellis (Henderson), serán sospechosos, y cuando una fuerte tormenta los deja incomunicados y atrapados en el pueblo, las cosas se complicarán, dando pie a toda clase de divertidas situaciones mientras crecen las especulaciones de quién de ellos es el lobo, si es que en realidad hay uno.
En muchos sentidos la película me recordó un poco a Clue (El juego de la sospecha o ¿Quién es el culpable?, 1985), sobre todo porque se trata de un misterio de asesinato con variopintos personajes que tienen una divertida dinámica, y con el añadido de involucrar a un hombre lobo en la trama. El ágil ritmo narrativo que usa Ruben, además del peculiar uso de encuadres y música para establecer sus escenas, me recordó un poco a las primeras películas de Edgar Wright, sin que se sienta como una copia.
Como suele ser el caso con una comedia, en particular si es de género, en este caso horror, más allá de la trama, el éxito depende de un buen montaje y dirección y un elenco adecuado, y en ese sentido hay que aplaudir el trabajo de Richardson, que aporta un inocente candor a un personaje con el que es muy fácil simpatizar, pero debo destacar en especial a Vayntrub, que con una mezcla de carisma y oportuna entrega de sus líneas con una mezcla de sarcasmo, ironía e inocentes coqueteos, se roba cada escena en que aparece.
El resto del elenco hace una excelente labor para dar vida a la energética población de Beaverfield, divertida por la peculiar dinámica de interacciones entre todos ellos, explotando los defectos y peculiaridades de cada personaje, pero al final son Richardson y Vayntrub quienes cargan con la película, desafiando clichés y convenciones del género (y de la sociedad en general) para crear una divertida historia que tiene un poco de todo. Se puede argumentar que los suyos son los únicos personajes que reciben desarrollo, sobre todo fin, y es cierto.
A pesar de ello, aunque la mayoría del elenco secundario se sienten como caricaturas que tratan de hacerse pasar por personas reales, la ligera mano con que Ruben aborda el misterio de asesinato mientras juega con la tensión sexual entre Finn y Cecily o explota la paranoia entre todos los personajes lleva al espectador a entender pronto que no hay por qué tomarse las cosas demasiado en serio, y al final, aun si el nivel de competencia no era alto, logra hacer la mejor película basada en un videojuego que se haya hecho jamás.
Al final me queda la sensación de que el diálogo pudo hacer un poco más para que la película fuese aún más divertida. Creo que hay una marcada escasez de líneas memorables, lo que sólo se hace evidente después del desenlace, y sospecho que mucho de ese aire de contención que rodea a muchos de los parlamentos tiene que ver con el intento por mantener abierto el misterio de si hay o no un hombre lobo mientras los vecinos intentan acusarse unos a otros, lo que al momento de verla no disminuye en lo más mínimo lo disfrutable que es la película.
Si les gusta la comedia que no depende de excesos físicos o chistes subidos de tono, y les divierte cuando se juega con los elementos tradicionales del horror para obtener algunas risas, deben echarle un ojo a Werewolves Within. Si tienen acceso a Amazon Prime Video, les recomiendo que la busquen, les garantizo que se llevarán una entretenida sorpresa con esta peculiar comedia de horror que pasará desapercibida para la gran mayoría de la gente. Bastante recomendable.
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