jueves, 14 de octubre de 2021

The Howling (Aullido, 1981)

Pese a tratarse de criaturas bastante populares en la ficción contemporánea, por alguna razón los hombres lobo dejaron de aparecer en cine por casi veinte años. Parte de este medio desde inicios de siglo, se les recuerda por películas como Wolf Blood (1925), Werewolf of London (1935) y, la que los volvió populares, The Wolf Man (1941). Pero luego de The Curse of the Werewolf (1961), producción de la Hammer, desaparecieron de la pantalla a excepción de un puñado de b-movies.

1981 vio el regreso de estos seres a la gran pantalla, no con una, sino cuatro películas estrenadas a lo largo de ese año, y con cierta variedad tonal, desde la boba comedia adolescente Full Moon High (La Marca del Hombre Lobo), de Larry Cohen, hasta el thriller de horror y crimen Wolfen, de Michael Wadleigh. Pero sin duda las dos más recordadas, en buena medida por la espectacular labor de maquillaje en sus escenas de transformación, son An American Werewolf in London (Un Hombre Lobo Americano en Londres), de John Landis, y The Howling (Aullido), de Joe Dante. Del clásico de Landis escribí hace unas semanas, y toca turno a la cinta de Dante.

Luego del sorpresivo éxito de Piranha (Piraña, 1978), había muchas expectativas alrededor del siguiente proyecto de Joe Dante. Se suponía que sería una adaptación de la novela de 1977 The Howling, de Gary Brandner, pero los primeros intentos por adaptar el guion no fueron del agrado de nadie, así que en 1979 Dante contrato a John Sayles, el guionista de Piranha, y esa fue la versión que lo dejó satisfecho, incluso si el resultado guardaba apenas un ligero parecido con la historia de Brandner.

La película es protagonizada por Dee Wallace, Christopher Stone, Dennis Dugan, Belinda Balaski y Robert Picardo, que encabezan un elenco lleno de actores reconocidos, sobre todo cuando se trata de cine de género, como Patrick Macnee (The Avengers), Kevin McCarthy (Invasion of the Body Snatchers), y John Carradine (decenas de westerns y películas de horror), e incluye cameos de Dick Miller y Roger Corman, el famoso productor de b-movies que fuese mentor de Dante.

La historia sigue a Karen White (Wallace), presentadora de TV en un programa de noticias que ha estado recibiendo llamadas de un asesino serial que ha matado a varas mujeres en las últimas semanas. Karen colabora con la policía para poner una trampa al asesino, pero las cosas se complican y por poco se convierte en otra víctima. El incidente la deja traumatizada e incapaz de regresar a su trabajo, así que el doctor Waggner (Macnee) la envía a descansar a un retiro que el maneja en los bosques del norte.

Karen va allá en compañía de su marido, Bill (Stone), pero la comuna es tan extraña de que no está segura de que pueda ayudarle a recuperar la paz mental. Los habitantes del lugar son raros, por decir lo menos, y en las noches se escuchan espeluznantes aullidos que surgen del bosque. Mientras, en la ciudad, sus amigos y compañeros de trabajo Terri (Balaski) y Chris (Dugan) buscan información sobre el asesino y terminan investigando acerca de hombres lobo, sólo para descubrir que el cuerpo del homicida desapareció de la morgue.

Poco a poco se hace evidente que el retiro del bosque es en realidad un santuario para licántropos, y Karen no está segura de seguir contando con el apoyo de su marido. La única interrogante es, ¿cuántos lobos viven ahí? ¿Cómo saber si alguien es humano o no? ¿Quiénes son licántropos? ¿La ninfómana local y su hermano retrasado? ¿El anciano de tendencias suicidas? ¿Sus metiches y peculiares vecinos de cabaña? Y no puede descartar la posibilidad de que todos ellos lo sean.

Es imposible hablar de esta película y no compararla con An American Werewolf in London. No sólo se trata de dos películas de hombres lobo que se estrenaron el mismo año, sino que ademas las dos mezclan horror con comedia oscura. Además, los cambios de fechas forzaron a hacer ajustes, y Rick Baker abandonó este proyecto para trabajar con Landis, dejando la responsabilidad del diseño y desarrollo de prostéticos y maquillaje en manos de su joven protegido Rob Bottin (The Thing, RoboCop, Total Recall, Se7en).

En lo personal encuentro más diferencias que similitudes entre ambas películas. El humor en The Howling es más sencillo pero más sutil. Muchos personajes fueron nombrados en honor a directores de películas de hombres lobo, y hay una gran cantidad de referencias visuales a lobos y licántropos. Esa clase de referencias visuales ha sido uno de los sellos más distintivos en la carrera de Dante, al igual que la fuerte carga de comentario social y político que también están presentes aquí. En cierto sentido ambas películas se complementan a nivel temático.

Landis recurre a los lobos que se transforman bajo la luna llena, en tanto que Dante usa licántropos capaces de transformarse a voluntad y retener conciencia de sus actos mientras están en su forma animal. Landis se centra en los efectos médicos y fisiológicos de la transformación, en tanto que Dante prefiere explorar la psicología de las criaturas, pero sin tomarse las cosas demasiado en serio, lo que es evidente en la forma de comparar la vida en la ciudad contra la naturaleza, ademas de los tributos ya mencionados.

En el fondo se trata de la historia de un matrimonio roto que intenta detener lo inevitable al cambiar de aires, y la crítica social se hace evidente al mostrar la forma en que la naturaleza intenta adaptarse a la vida moderna, así como las muchas trampas ocultas bajo el disfraz de la civilización, encarnadas por los medios y sus vacuas personalidades, así como en el vendedor de libros que sólo cree en el dinero que sus conocimientos pueden representar. Esto se hace muy evidente en la mordaz secuencia final.

A pesar de sus múltiples fallas e imperfecciones, The Howling fue un sólido éxito al estrenarse, a grado tal que generó media docena de secuelas y derivados. Hace unos años se publicó también un cómic que ignora las secuelas y sirve como continuación directa de la película original. Además, hace unos meses se anunció que Netflix iba a producir un remake, que justo ahora se encuentra en preproducción y se espera sea la próxima película de Andy Muschietti una vez que termine The Flash.

The Howling es una fantástica y entretenida película de horror cuyas partes no terminan de encajar, pero que entre los extraños momentos que la forman y el toque de comedia que impregna su hora y media de duración, se mantiene como un disfrutable festín para todo aficionado al horror, incluso a cuarenta años de su estreno. Película muy recomendable, aunque con algunas reservas.

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