Con esto me pongo al día con la dinámica de una lista diaria durante todo diciembre. Raquel Castro, quien la propuso, se retrasó con las suyas y nadie más tiene los temas de cada día, pero ya llegamos al día 28. Raquel explicó la dinámica en su sitio. En Twitter es @raxxie_ y pueden compartir sus listas con #raxxiechallenge. Las mías están allá, pero si no caben en un tuit, sólo aparecen completas en este espacio, junto con mis comentarios adicionales.
El tema designado para el día 28 es
Diez piezas "clásicas" que me gustan
Algunas curiosidades sobre mi relación con la música clásica: 1) el primer concierto al que asistí fue cuando estaba en el jardín de niños (a los 4 o 5 años), y llevaron a mi escuela a la Sala Nezahualcóyotl a un recital de la Orquesta Filarmónica de la UNAM dedicado a Mozart. 2) Pocos años después vi Amadeus (1984), y me obsesioné con la música y leyenda del mítico compositor. 3) Tras mudarnos a casa de mis abuelos, mi único contacto con la música clásica por varios años fue por un tío que era fan de unos discos llamados Hooked on Classics (Atrapado en los clásicos), que eran una selección de piezas populares con arreglos que añadían un beat que las hacían parecer música disco. No quieren saber más.
- Eine Kleine Nachtmusik, de Mozart. Lo primero que me encantó de la música de Mozart fue su aparente simpleza, que la hace muy fácil al oído.
- I Dovregubbens hall, de Grieg. Muchas de mis piezas favoritas tienden a lo majestuoso y grandilocuente, sobre todo si las escucho mientras hago otra cosa, porque son las que atraen mi atención sin riesgo de convertirse en ruido de fondo.
- Also Sprach Zarathustra, de Strauss. Vean la explicación anterior, que me parece también explica la que sigue.
- Ride of the Valkyries, de Wagner. Supongo que también podría responsabilizar a Buds Bunny y los Looney Tunes, donde conocí muchas piezas que me gustan.
- La Overtura a Wilhelm Tell, de Rossini. Culpo al Llanero Solitario.
- Réquiem Dies Irae, de Mozart. No pensaron que iba a poner sólo una suya, ¿verdad?
- Tocata y fuga, de Bach. Creo que a veces la gente le rehuye a la música clásica porque no es consciente de lo extenso que es su uso en la cultura popular.
- Orfeo en el inframundo, de Offenbach. Quizás el ejemplo más claro de lo que mencioné en la explicación anterior.
- La Danza Húngara, de Brahms. Un poco como la anterior. La verdad, tras pensarlo un poco, tal vez la más amplia exposición a la música clásica durante mi infancia fue a través de los Looney Tunes y las animaciones tanto de Warner como de Disney.
- Sonata a la luz de la luna, de Beethoven. No podía dejar fuera de la lista al legendario sordo teutón.
- Mención honorífica para la música de Erik Satie, que me gusta pero encuentro muy nostálgica en su mayoría, por lo qie sólo la escucho si estoy de cierto humor.
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