jueves, 10 de diciembre de 2020

Diez cosas que... día 10: Libros inconclusos

Sigo con la dinámica propuesta por Raquel Castro de hacer una lista al día a lo largo de todo diciembre, y llegamos al día 10. Para saber en qué consiste, lean la explicación de Raquel en su sitio y síganla en Twitter como @raxxie_. Si participan, pueden compartir sus listas en redes con el ht #raxxiechallenge. Trataré de poner las mías en Twitter, pero sin hacer hilos, así que cuando no quepan en un tuit estarán completas sólo acá, junto con comentarios adicionales.


El tema elegido para el día 10 es

Diez libros que no he terminado, pero quiero hacerlo

Ésta es una lista que no puedo completar bajo las condiciones en que se presenta, porque hace mucho me hice el propósito de terminar cada uno de los libros que empiezo. Ha habido muy pocas excepciones, y una de ellas es un libro que no tengo el más mínimo deseo de terminar. Lo incluiré aquí, explicando el por qué, y lo completaré con algunas series de cómic que sí tengo pendientes de completar.

  1. The Russia House (La Casa Rusia), de John LeCarré. Me gustan las novelas de espionaje de LeCarré, pero hay una buena razón para no haberla terminado: me la robaron. Ya mencioné que solía leer en los trayectos entre casa y el trabajo, pero una noche, al bajar del transporte público, el libro ya no estaba en mi chamarra. El microbús iba muy lleno, así que me gustaría pensar que fue un accidente y no con dolo, pero nunca se sabe. Por una u otra razón, no lo volví a comprar. Algún día lo completaré.
  2. Slow Chocolate Autopsy, de Iain Sinclair. Éste sí me mira con vergüenza desde uno de mis libreros. Vale la pena aclarar un poco las circunstancias. Lo compré cuando salió, en 1997, y en aquel entonces sólo había leído un puñado de novelas en inglés. Y no es un libro fácil. La esposa de Michael Moorcock dice que Sinclair tiene la prosa más elegante de la literatura británica, y por algo será. Y la historia misma tiene temática y estructura más que inusuales. Pero sin duda deseo terminarlo.
  3. En busca de Klingsor, de Jorge Volpi. Éste me lo prestaron, pero algo pasó con el amigo que me lo prestó y sólo había leído alrededor de la tercera parte. Siempre tengo tantas cosas para leer, que en realidad nunca me he preocupado por buscarlo, a pesar de que me lo han recomendado varias veces.
  4. Arthur, de Stephen R. Lawhead. Soy muy fan de los mitos artúricos, pero el Ciclo de Pendragón de este autor no era para mí. El primer libro, Taliesin, me gustó, pero el segundo, Merlin, me dejó con sentimientos encontrados. Debo haber leído cerca de una cuarta parte de Arthur antes de darme cuenta de que lo iba a sufrir más que a disfrutar. También tengo la cuarta entrega, Pendragon, así que supongo que es cosa de encontrarme del humor adecuado para volverlo a intentar y ver si completo la saga, que consta de cinco novelas.
  5. Billy, de Whitley Strieber. Leí The Hunger porque me gustó la película, y después de ése y The Wolfen pensé que Strieber se iba a convertir en uno de mis autores recurrentes, pero este libro me desanimó y lo dejé cuando llevaba alrededor de tres cuartas partes. No es malo, pero creo que no estaba del humor adecuado, además de me parece que las descripciones de tortura y abuso infantil no logran quedarse del lado correcto de la línea que divide contar una historia sobre monstruos de ensalzar a los mismos. No sé si algún día lo vaya a terminar.
  6. Wildcards, antología coordinada por George R.R. Martin. No es un libro, sino varios, pero después de una docena de tomos aventé la toalla. No sé si algún día reuniré suficiente motivación como para seguir adelante.
  7. Cerebus, de Dave Sim. El mítico cómic de Dave Sim se hizo más famoso por su declaración de lo que planeaba que fuera, una historia épica y finita que contara la vida completa de un personaje, concluyendo con su muerte. Empieza bien y tiene un periodo brillante, pero empezó a diluirse y por fin lo abandoné. Solía pensar que algún día lo acabaría, pero luego de que en los últimos años se revelaron detalles sobre el carácter e ideología de Sim, creo que eso nunca pasará.
  8. Nexus, de Mike Baron y Steve Rude. Éste cómic lo empecé a leer cuando ya había bastante material, y poco a poco me fui haciendo de tomos y colecciones, pero llegó el momento en que la única forma de seguir era a través de los Archives, ediciones de lujo en pasta dura que son demasiado caros. Aún así, algún día me gustaría terminarla.
  9. Grimjack, de John Ostrander y Tim Truman. Un casi bastante similar al anterior. Creo que es bastante poco lo que me falta, así que tal vez algún día de caza a todo el material y lo termine.
  10. Juventud en Éxtasis, de Carlos Cuauhtemoc Sánchez. Éste es el que no tengo intención de completar. Yo estaba e la secundaria y el libro estaba de moda. Alguien me lo prestó y tras quince minutos decidí que no valía la pena, no importa qué tan corto sea. Decir que es malo es hacerle un favor, y miren que hasta Cañitas lo terminé.

2 comentarios:

  1. Hablando de Whitley Strieber, esos son los únicos que he leído. The wolfen debí de leerlo varias veces en una edición que al paso de los años comprendí que era malísima. Siempre me me imaginaba que podía ser una buena película hasta que me enteré que ya existía, la vi un ratito y creo que me aburrió XD

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    1. Hace muchos años que no veo las película, y aunque no recuerdo que fuera mala, creo que sí era algo lenta. De hecho, la vi antes de leer el libro, y el libro me gustó más.

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