Los lectores asiduos a visitar este espacio ya deben haberse acostumbrado a encontrarse cada pocas semanas con un nuevo comentario dedicado a alguna novela perteneciente a la saga del Mundo Disco, serie de fantasía creada por el difunto escritor británico Terry Pratchett, que desde hace mucho tiempo es uno de mis autores favoritos, sobre todo si hablamos del género de fantasía.
Discworld (Mundo Disco) consta de más de cuarenta novelas de fantasía que más que una gran saga son una multitud de historias ambientadas en el mismo mundo. Hace unos meses, tras retomar la costumbre de comentar libros, renové mi propósito de leer los que me faltaban y comentar todas y cada una de las novelas de la saga hasta completar la serie.
El nombre de la serie se refiere al mundo en que suceden sus historias. La mejor manera de describirlo es como un mosaico formado por elementos mitológicos y de fantasía sacados de fuentes que van de los más tradicionales cuentos de hadas y la literatura clásica de fantasía, hasta la antigua mitología de diversas partes del mundo. Su nombre obedece a su forma, pues es un mundo plano y redondo, como un disco, que descansa sobre los lomos de cuatro elefantes, a su vez parados sobre el caparazón de la tortuga Great A'tuin, que surca el espacio con el mundo a cuestas.
Cada novela tiene un tono de aventura con una fuerte carga de comedia. El sentido del humor de Pratchett se inclina a la sátira o parodia, pero es evidente el profundo amor y respeto que siente por los temas de que se mofa. La serie es una gran carta de amor a la fantasía. Ya he comentado The Colour of Magic (El Color de la Magia), The Light Fantastic (La Luz Fantástica), Equal Rites (Ritos Iguales), Mort, Sourcery (Rechicero), Wyrd Sisters (Brujerías) y Pyramids (Pirómides), primeros siete libros de la serie, y es momento de dedicar unas líneas a Guards! Guards! (¡Guardias! ¡Guardias!), la octava entrega, publicada en 1989.
Mis reseñas nunca incluyen spoilers, además de que en general las novelas de esta serie son autoconclusivas y cada una de ellas cuenta una historia completa, con excepción de la segunda, que es una secuela directa a la primera. Aun así, hay personajes recurrentes que aparecen en distintas novelas a lo largo de la serie, y aunque no siempre son los protagonistas de la historia en turno, en cualquier momento pueden hacerse alusiones a alguna de sus apariciones previas, que aun sin tener peso alguno al momento, pueden causar en el lector la sensación de que se perdió de algo.
La novela sigue una conspiración orquestada por la Única y Suprema Logia de la Hermandad Iluminada de la Noche de Ébano, una hermandad secreta que pretende derrocar al patricio de Ankh-Morpork y reemplazarlo con un rey a quien su propio Supremo Gran Maestro pueda manipular. Para ello utilizan un libro mágico robado, con el que invocan a un dragón para sembrar terror y pánico en la ciudad. El plan es hallar a un supuesto heredero a la corona para que éste se deshaga del dragón y asuma su lugar en el trono. Lo único que se interpone entre la hermandad y sus planes es la Guardia Nocturna, así que todo parece perdido.
Y es que la guardia nocturna está formada por hombres cínicos, cobardes o corruptos (o cualquier combinación de esas características) y lo último que desean es tener que perseguir a alguien o, peor aún, realizar algún arresto. Esto es bien sabido entre la población de la ciudad, así que nadie pone sus esperanzas en ellos, pero las cosas han cambiado. Y es que el grupo formado por el Sargento Colon y el Cabo Nobbs bajo las órdenes del Capitán Vimes, tiene un nuevo recluta: Carrot Ironfoundersson, un enano de dos metros de estatura (el chico fue adoptado) que, además de muy fuerte, es honesto, capaz e idealista.
Sus acciones, como memorizar todas las leyes y ordenanzas de la ciudad, o tratar de arrestar al líder del Gremio de los Ladrones, horrorizan a sus compañeros, pero inspiran algo en el Capitán Vimes, quien decide que quizás no sea mala idea que la guardia intente realizar de la mejor manera posible las tareas para las que fue creada. Así que pronto sus cobardes subordinados se ven arrastrados a la acción detrás de Carrot, y descubren la conspiración. Todo se complica cuando el líder de la hermandad subestima al dragón invocado, y tal vez el idealismo y capacidad de Carrot no basten para resolver las cosas.
“Pueden llamarse la Guardia del Palacio, la Guardia de la Ciudad o La Patrulla. Sin importar el nombre, su propósito en toda obra de fantasía heróica es el mismo: por ahí del tercer capítulo (o a diez minutos de iniciada la película) irrumpen en la habitación, atacan al héroe de uno en uno, y son masacrados. Y nadie les preguntó si querían hacerlo.
"Este libro está dedicado a esos buenos hombres”.
Aunque este libro lo leí originalmente en español (fue uno de los primeros que leí de la serie), ésa es mi propia traducción de la versión en inglés.
Una de las características distintivas en la obra de Pratchett es la forma en que toma fallas y defectos humanos presentados de forma muy realista, pero en un entorno humorístico que suaviza la entrega de la implacable crítica social que representan, así que parte del éxito de la saga viene del divertido análisis que hacen de la civilización y la sociedad humanas. Aunque hay muchas novelas de Mundo Disco que podrían ser un buen punto de entrada para nuevos lectores, ésta es una que suelo recomendar cuando alguien me pregunta por un buen lugar para empezar con la serie.
Guards! Guards! es otra excelente y divertida entrega de Discworld. Como buena parte de la obra de Pratchett, el humor esconde reflexiones acerca de muchos aspectos de la existencia humana. Sin duda se trata de una lectura recomendable para público de todas las edades, y un excelente punto de entrada a esta excelente serie de fantasía.
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