miércoles, 6 de julio de 2011

The Colour of Magic (El Color de la Magia), de Terry Pratchett (Discworld 01)

Hace un par de años dediqué por primera y única ocasión un texto al Discworld, o Mundo Disco, como se le conoce en español al Universo fantástico creado por el autor británico Terry Pratchett en una saga que comprende casi cuarenta novelas donde fantasía y comedia se mezclan en una deliciosa sátira.

Se trata de una serie literaria que disfruto mucho y fue creada por uno de mis autores favoritos de toda la vida, así que me parece inaceptable que estos libros no tengan mayor presencia en este espacio, y planeo corregir eso en los próximos meses, pues tengo intención de localizar y leer todos los libros de la saga que aún no leo, y comentarlos todos.

Discworld, el mundo donde se desarrollan esas novelas, es un mosaico fantástico y mitológico inspirado en muchas fuentes. Es un mundo redondo y plano (de ahí su nombre) que reposa sobre los lomos de cuatro elefantes que a su vez están sobre el caparazón de la tortuga Great A'tuin, que surca el espacio con el mundo a cuestas y sin quejarse jamás (al menos nadie la ha escuchado nunca).

Discworld es una serie de novelas de fantasía escritas mayormente en tono de sátira o parodia, contando ya con más de treinta títulos, de los que debo haber leído poco más de una docena. Por fortuna la existencia de sitios como Amazon o Book Depository significa que ya no dependo de lo que encuentre en el mercado local ni debo preocuparme por la calidad de la traducción cuando encuentro alguno de estos libros.

Para empezar, quiero comentar el primer volumen de la serie, The Colour of Magic (El Color de la Magia), que es justo uno de los que jamás había leído. Tal vez se pregunten como puedo ser fan de una serie que ni siquiera había leído desde el principio, y debo confesar que es una duda que yo mismo tenía antes de empezar a leerlos.

Ese inicio se dio con The Light Fantastic (La Luz Fantástica), segundo tomo de la serie y primero que conseguí hace ya muchos años. Los libros se dejan leer bastante bien de manera individual e independiente, aunque no sugeriría empezar con alguno más avanzado en la serie, pues las referencias a eventos pasados se empiezan a acumular, y aún cuando no son esenciales para seguir la historia, si ayudan a disfrutar mejor este bien construido mundo fantástico.

Ankh-Morpork es una de las ciudades más importantes del Discworld y en ella se desarrollan (o al menos empiezan) la mayoría de las novelas de la serie. Ahí llega Twoflower, el primer turista en la historia del mundo. Proveniente de la capital del Imperio Agateo, Twoflower viaja sólo con la compañía de un baúl mágico que contiene su equipaje y el oro necesario para solventar sus vacaciones.

La inflación es muy distinta entre el Imperio y Ankh-Morpork, y lo que Twoflower considera suficiente para sobrevivir un par de meses es una fortuna que podría comprar parte de Ankh-Morpork, lo que pone al despistado turista en la mira de curiosos personajes. Uno de ellos es Rincewind, un incompetente y cínico mago expulsado de la Unseen University que se gana la vida con su instinto de supervivencia y talento para los idiomas. Twoflower y su oro son una oportunidad, y se ofrece como guía e intérprete y se embarca en la aventura de su vida.

Dioses enfrascados en juegos, una Muerte frustrada pero celosa de su trabajo, bárbaros, dragones, temibles y hermosas guerreras, montañas de cabeza, dragones, continentes perdidos, y una expedición al fin del mundo son algunos de los elementos de este libro que pese a estar lleno de referencias y parodias del género fantástico, es mucho más que eso.

Entre los homenajes y referencias que aparecen en esta novela, destaco los que hacen alusión a la obra de algunos autores clásicos de fantasía como Fritz Leiber, Robert E. Howard o Anne McCaffrey, que se dan en forma de la aparición de personajes de soporte que es imposible ignorar están basados en Fahfrd y el Ratonero Gris, Conan, y los dragoneros de Pern, respectivamente.

Más allá de tomar estos estereotipos del género y hacer mofa de ellos, Pratchett los convierte en una forma de enriquecer un mundo mágico lleno de detalles curiosos que sin duda harán las delicias de los aficionados al género.

Muchas de las situaciones presentadas resultan divertidas incluso sin necesidad de entender las referencias y eso, sumado a un muy buen trabajo de caracterización y una trama interesante y bien contada me hacen pensar que el libro puede resultar del agrado incluso de lectores que no son tan aficionados a la literatura fantástica. Sin duda se trata de una lectura altamente recomendada.

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