martes, 5 de julio de 2011

Reseña: Source Code (8 Minutos Antes de Morir).

Duncan Jones dirigió Moon (Luna: 1095 Días), que ya comenté aquí y fue una de mis películas favoritas del año pasado (aunque en realidad sea de 2009) y parece ser que este año piensa repetir en mi lista con su segunda película, Source Code (estrenada en México bajo el horrendo título de 8 Minutos Antes de Morir).

Como hijo de David Bowie no debería sorprender a nadie que Jones haya optado por la ciencia ficción su género de elección, al menos en sus primeras películas, ni tampoco que sea una persona talentosa y capaz de hacer las cosas a su manera incluso sin el apoyo de los grandes estudios de Hollywood.

Colter Stevens (Jake Gyllenhaal) es un piloto de helicóptero estacionado en Afganistán, así que cuando despierta a bordo de un tren camino a Chicago es comprensible que esté confundido. Y más al descubrir que ocupa el cuerpo de alguien más minutos antes de que el tren explote, matando a todos sus ocupantes.

Por si eso no resultase lo bastante estresante, se ve forzado a repetirlo una y otra vez. Y es que el Capitán Stevens es parte de un revolucionario programa experimental designado Source Code (Código Fuente), el cual es operado por una rama militar del gobierno de los Estados Unidos.

El programa permite a un operativo ocupar el cuerpo de otra persona durante los últimos ocho minutos de su vida, y es utilizado para intentar determinar causas o culpables detrás de ataques terroristas y atentados a fin de evitar su repetición. En este caso, la explosión del tren en cuestión fue seguida de una amenaza de ataque nuclear en el centro de Chicago, por lo que Stevens tiene que intentar descubrir al responsable del ataque a fin de prevenir ese segundo atentado.

A bordo del tren conoce a Christina Warren (Michelle Monaghan), una amiga del dueño del cuerpo que está ocupando y hacia quien empieza a desarrollar una atracción conforme repite las regresiones, al punto que decide consultar con su supervisora de misión, Colleen Goodwin (Vera Farmiga) y con el creador del Source Code, el Dr. Rutledge (Jeffrey Wright) sobre la posibilidad de salvarla, junto con el resto de los pasajeros del tren, algo que, parece, es imposible.

Jones cuenta su historia con un ritmo rápido pero fácil de seguir y muestra gran habilidad para trabajar dentro del reducido espacio que representa el interior del tren sin que su película se vea encerrada u obscura. La historia es lo suficientemente sencilla como para que cualquiera la siga sin esfuerzo pero lo suficientemente inteligente y bien planteada como para satisfacer a quienes buscan algo más que un blockbuster veraniego.

Source Code es una entretenida película de ciencia ficción que toma elementos de películas y series tan dispares como Groundhog Day (Hechizo de Tiempo), Quantum Leap (Viajeros en el Tiempo), o Inception (El Origen), y les da una sensibilidad reminiscente de las series producidas por Rod Serling en los 1950 y 60. Sin embargo, cuenta su historia en un entorno contemporáneo y completamente creíble.

Las actuaciones de su compacto pero talentoso elenco son esenciales para el desarrollo de la historia, y destacan en particular Gyllenhaal y Monaghan, que tienen gran química como pareja y se convierten en el motor emocional de la película. Gyllenhaal posee el carisma suficiente para ser un héroe al que la audiencia quiera ver triunfar y me parece que su trabajo es clave para que la película resulte tan disfrutable. Además, la breve participación de Scott Bakula debe ser del agrado de los fans de Quantum Leap.

Source Code es una adición más a la reciente oleada de películas de ciencia ficción que buscan integrarse al mainstream disfrazando de manera inteligente los elementos más obvios del género, evitando caer en el terreno de material discriminado por aquellos espectadores que escuchan ciencia ficción y de inmediato asocian el término con pistolas láser y platillos voladores o algunos otros elementos igualmente predecibles.

La película todavía se encuentra en exhibición en varias salas de la Ciudad de México y el interior de la república, por lo que les sugiero verla ahora que aún tienen la oportunidad. Absolutamente recomendada.

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