Quizá algunos lectores habitules de este espacio ya tengan una idea de la clase de cosas que me gustan, aunque hay otras de las que no siempre encuentro el pretexto para escribir. Por ejemplo, es muy probable que sepan que disfruto de la ficción criminal, pero tal vez no sepan que también me apasiona la historia, y por lo tanto me encanta toparme con relatos de crimen ambientados en otras épocas. Y esas son dos aficiones a las que apela The Alienist, serie de TV emitida por la cadena TNT en 2018, inspirada en la novela de Caleb Carr publicada en 1994.
La serie es un tanto inusual en el sentido de que no tuvo un showrunner, y varios de sus productores ejecutivos participaron como guionistas, destacando Hossein Amini e E. Max Frye, que escribieron la mitad de los diez episodios de esta primera temporada. El plan original era que todos los episodios los dirigiera Cary Joji Fukunaga (007: No Time to Die), pero problemas de agenda lo impidieron, así que asumió el rol de productor ejecutivo y coescribió un par de episodios, reemplazado detrás de la cámara por un puñado de directores. La serie cuenta con las actuaciones de Daniel Brühl, Luke Evans y Dakota Fanning.
La historia transcurre en la ciudad de Nueva York en 1896 y sigue la investigación de una serie de asesinatos de niños de la calle que se alquilan como prostitutos. El Doctor Laszlo Kreizler (Brühl), un alienista, como se llamaba a quienes estudiaban las enfermedades mentales, precursores de la psiquiatría, envía a su asociado John Moore (Evans), un ilustrador que trabaja para el New York Times, a la escena del crimen para capturar cuantos detalles le sea posible. Theodore Roosevelt (Brian Geraghty), el nuevo comisionado de policía, no confía del todo en la fuerza bajo su mando, y da facilidades a Kreizler para investigar.
Roosevelt ofrece el apoyo de los gemelos Marcus (Douglas Smith) y Lucius Isaacson (Matthew Shear), un par de detectives a quienes el resto de la fuerza menosprecia por ser judíos y que muestran interés por el uso de técnicas forenses como herramientas de investigación, lo que se alínea bien con las ideas de Kreizler, y como enlace para mantenerse al tanto asigna a Sara Howard, su asistente, primera mujer en trabajar para la policía de Nueva York en un área ajena a la limpieza. Al sumarse los homicidios se revela un patrón y una naturaleza ritual en ellos, lo que confirma la teoría de Kreizler de que el asesino es una persona perturbada.
Pero conforme avanza la investigación se hace evidente que la policía, o al menos parte de ella, intenta mantener en secreto los detalles de los asesinatos, como si protegieran a alguien. Cuando el alcalde y el ex jefe de policía, ahora retirado, parecen obstruir abiertamente la investigación, Roosevelt sospecha que el asesino puede ser parte de una de las familias más ricas de la ciudad, lo que complicaría aún más la situación. ¿Podrán Kreizler y su improvisado equipo resolver el caso antes de que se acumule más víctimas, o de que alguien más logre silenciarlos o sacarlos del caso?
Lo primero que llama la atención de esta serie es su pulida apariencia. Su cuidada fotografía le saca provecho al excelente diseño de producción y vestuarios, que crean la atmósfera perfecta para este thriller de misterio en que historia y ficción convergen para crear un entorno que no desentonaría en alguna versión de Sherlock Holmes. Las técnicas forenses, análisis de conducta y métodos deductivos de Kreizler y sus asociados se suman a esa impresión, aunque desde el principio se le da un giro más siniestro, tanto por la naturaleza de los homicidios como la gráfica forma en que son presentados.
Me queda la impresión de que los primeros episodios tardan un poco en sentar el tono de la serie, pero una vez que encuentran un balance y se concentran en el desarrollo de personajes, a la vez que se empieza a develar el misterio, la serie toma ritmo y encuentra su propia identidad, a pesar de un notorio bache de un par de episodios hacia la mitad de la temporada en que la trama principal parece estancarse. En general la mezcla de intriga y misterio con personajes atractivos e interesantes en un entorno crecientemente complejo y bien desarrollado, es más que suficiente para mantener la atención del espectador.
Daniel Brühl da vida al frío y distante Kreizler con su acostumbrada sobriedad y capacidad interpretativa. Evans es un actor más limitado, pero su Watson para el Sherlock de Brühl no exige nada más allá de sus capacidades, además de que se apoya tanto en el actor alemán como en Dakota Fanning, que a lo largo de toda la temporada amaga con robarse el protagonismo de la serie, pues el personaje de Sara Howard es, por mucho, el más interesante y mejor logrado de entre el trío de protagonistas, en buena medida gracias al buen manejo que se hace del tema de la misoginia de la época.
Y eso es otro de los aciertos de la serie, pues como parte de su construcción de mundo los escritores incorporan a la historia toda clase de menciones y referencias a sucesos reales, como el surgimiento del movimiento socialista o los inicios de la lucha por el sufragio para la mujer, y aunque hay uno que otro anacronismo presente, en general la historia balancea bien sus distintos elementos y saca provecho al mundo construido tanto en apariencia como en tono y contenido, lo que resulta en una entretenida historia de corte detectivesco.
El tema del asesino serial en esa época en particular resulta bastante efectivo, pues a pesar de no ser una ocurrencia exclusiva del siglo XX en adelante (hay incluso una mención a Jack el Destripador), el estado de los procedimientos policiacos y técnicas de investigación hace que la cacería de un criminal así sea peculiarmente complicada, lo que incrementa las posibilidades dramáticas de la serie, además de ofrecer oportunidades para desarrollar a sus protagonistas con sus reacciones y respuestas a los obstáculos que se les presentan.
Más allá de los problemas de ritmo en la parte central de la temporada, The Alienist es un sofisticado drama que saca el mayor provecho a un intrigante misterio y a un talentoso y estelar elenco, y sin duda será del agrado de cualquier aficionado a los thrillers de suspenso. Existe una segunda temporada, estrenada en 2020 y basada en la novela secuela del propio Carr, pero eso ya será motivo de un comentario separado. Serie bastante recomendable.
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