El género de superhéroes creció en popularidad a lo largo de los últimos diez años (al menos en medios distintos al cómic) gracias a la gran cantidad de series y películas producidas y con Marvel Studios encabezando la carga. Sin embargo, me queda la impresión de que muchos proyectos dentro del género parecen sentir algo de vergüenza hacia el material de origen y tienden a buscar un tono un tanto más oscuro que el de los justicieros tradicionales.
El marketing de la película giró alrededor de James Gunn, quien se formó como director en el circuito de b-movies de horror y alcanzó el éxito con las cintas de Guardians of the Galaxy, de Marvel Studios, pero no tuvo participación activa del lado creativo de esta cinta, de la cual es productor. El guion es obra de Mark Gunn y Brian Gunn, hermano y primo de James, y el director es David Yarovesky, que había dirigido el video Inferno como material adicional para Guardians of the Galaxy Vol. 2. El elenco incluye a Elizabeth Banks, David Denman, Jackson A. Dunn, Matt Jones y Meredith Hagner.
La historia está ambientada en 2017 en el pequeño poblado de Brightburn, Kansas, y sigue a Brandon (Dunn), un niño de doce años a quien Tori (Banks) y Kyle Breyer (Denman) adoptaron once años antes bajo condiciones inusuales. El joven matrimonio tenía problemas para concebir hasta que una noche presenciaron la caída de un meteorito y descubrieron que en realidad era una nave espacial cuyo único tripulante era un bebé. Brandon sabe que fue adoptado, pero desconoce los detalles y lleva una vida normal y feliz, más allá de ser blanco del bullying de algunos de sus compañeros por ser el chico más brillante de su clase.
Poco después de que Brandon cumple 12 años, empieza a tener pesadillas, aunque en realidad puede que sea algo más que eso. Sus padrex ocultaron la nave en que cayó en un cobertizo subterraneo en su granero, pero ésta parece estar activa y enviando instrucciones a Brandon. Cuando el chico enpieza a manifestar fuerza y habilidades sobrehumanas, el bullying en la escuela y el estrés asociado a un chico que empieza a crecer se convierten en detonantes que podrían representar el fin de la pequeña comunidad. ¿Podrán sus padres reconectar con el joven antes de que éste cruce una línea de la que no haya retorno?
Como muchas b-movies, Brightburn no es nada sutil al mostrar sus influencias. El bebé caído del cielo y adoptado por una pareja de granjeros de Kansas es una obvia referencia a Superman, y no es la única. Brandon desarrolla poderes similares a los del Hombre de Acero, y a lo largo de la película es común verlo enfundado en ropa de colores azul y rojo, de forma similar a lo que vestía Clark Kent en la serie Smallville. El nombre aliterativo (misma inicial en nombre y apellido) es otro elemento muy característico de los cómics, aunque fuera de personajes secundarios de Superman es de uso más común en Marvel.
Al usar elementos del mito más conocido de los cómics los realizadores pueden enfocarse en contar su historia sin preocuparse demasiado por explicar algunos detalles. El problema es que hacen algo similar con el horror en la historia y usan elementos muy fáciles de identificar para cualquier aficionado al género, sobre todo cuando trata del tema de los hijos malvados, así que las alusiones a películas como Omen, The Bad Seed, Carrie, Children of the Corn, Orphan o incluso The Exorcist son muchas y frecuentes, lo que se convierte un problema cuando más que meras referencias se convierten en parte esencial de la trama.
Por ejemplo, nos encontramos con el cliché de los padres de opiniones divididas, en que uno de ellos está convertido de que su hijo es un peligro mientras que el otro lo considera incapaz de hacer aquello de lo que lo acusan. El desenlace de ese desencuentro es también bastante común, al igual que la idea del padre defensor que cambia de parecer e intenta detener a su hijo mientras le recuerda que lo ama y todo lo que hace es por su propio bien. También nos encontramos con que la maldad del hijo es mayormente impulsada por una fuerza exterior y en apariencia superior que da órdenes o instrucciones de cómo debe actuar.
El problema al usar clichés y lugares comunes de ambos géneros es que queda muy poco espacio para cosas nuevas u originales, y al depender de una construcción prefabricada no parece haber necesidad de trabajar más a los personajes o agregar tramas secundarias, por lo que a pesar de que la película dura sólo 90 minutos se siente demasiado ligera en lo que a historia se refiere, como si hubieran puesto sobre la mesa las piezas a usar y se hubieran limitado a colocarlas en su lugar e hilarlas una detrás de otra sin mayor esfuerzo por hacer algo más que presentar su trama sin mayor desarrollo.
Lo cual me parece una verdadera lástima, porque el planteamiento ofrece muchas ideas que hubiera sido interesante explorar. Por ejemplo, la máscara que usa Brandon parece inspirada por algún insecto, lo que parece hacer eco de un parlamento suyo en que menciona que existe una peligrosa especie de avispas que deja a sus crías en nidos ajenos para que otras avispas se encarguen de cuidarlas y alimentarlas hasta que llegue el momento de ocupar su lugar, lo que parece un paralelo de la situación de Brandon como miembro de otra especie que fue "sembrado" en la Tierra para algún propósito futuro.
En otra escena, cuando Brandon visita a la chica de su escuela a quien ha estado atormentando, ella trabaja en un ensayo escolar títulado "La decadencia de la verdad y la justicia en el mundo moderno", una clara alusión a los ideales que desde siempre se han asociado a la figura de Superman, que son "la verdad, la justicia y el estilo de vida americano", lo que me dejó deseando que la película se hubiera tomado el tiempo de desarrollar a fondo sus ideas y explorado el concepto de la perversión de Superman más allá de un simple y predecible "¿qué pasaría si en realidad Kal-El fuese malvado?"
Al final de la película hay una especie de epílogo que ofrece otra interesante idea: que este mundo oculta horrores que incluyen malvadas criaturas marinas (¿Aquaman?), brujas armadas con sogas (¿Wonder Woman?), un misterioso alienígena (¿Martian Manhunter?) y un vigilante encapuchado (¿Batman?), que parecen ser un guiño a la audiencia al insinuar la posible existencia de una perversa versión de la Liga de la Justicia. Por desgracia no pasa de una mera curiosidad, pues no hay la suficiente construcción de mundo como para justificar que la película sirva como punto de partida para una franquicia.
Brightburn es una entretenida película de horror que usa elementos del género de superhéroes para construir su premisa, pero es presentada de una forma tan parca y formulaica que no pasa de ser hora y media de entretenimiento escapista y olvidable que me dejó la sensación de haber sido testigo de una oportunidad desperdiciada. Sólo queda imaginar lo que pudo haber sido si sus realizadores hubieran trabajado a fondo sus ideas y se hubieran atrevido a presentarlas de una forma más original. Recomendada, pero con reservas.
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