Busiek llevaba varios años escribiendo para Marvel Comics, y aunque su trabajo era bastante sólido, nada de lo hecho hasta entonces había gozado de éxito significativo. Por su parte, Ross empezaba a abrirse paso en una industria en que los pintores eran considerados sólo como artistas de portada u opciones para el ocasional tomo de lujo, sobre todo por el tiempo requerido para completar un cómic con interiores totalmente pintados.
La historia sigue a Phil Sheldon, un fotógrafo que a fines de los años 30 intenta abrirse paso en el competitivo mundo del periodismo en la ciudad de Nueva York, y tiene la suerte de estar presente en el evento en que el Profesor Phineas Horton presentó al mundo a Jim Hammond, el androide conocido como Human Torch, la antorcha humana original. A partir de ahí la carrera y la vida de Phil se ven ligadas de una u otra forma a las "maravillas" (Marvels, en inglés), como él llama a todos los seres especiales que a lo largo de las décadas aparecen por el mundo, pero en particular en la ciudad de Nueva York.
Además de la antorcha, Phil es también testigo de las primera aparición de Namor, pero siente aprehensión al no saber qué significa para la humanidad la aparición de estos seres, e incluso cancela su compromiso porque no cree que sea buen momento para iniciar una familia. La aparición del Capitán América lo tranquiliza. Después de casarse se va a Europa como corresponsal de guerra, donde cubre las actividades de los héroes que pelean al lado de las fuerzas aliadas. Después de la guerra Phil vuelve a América y las cosas parecen haberse calmado un poco, así que él sigue con su vida.
Todo cambia con la llega de los años sesenta. Las maravillas aparecen cada vez con mayor frecuencia, y muy pronto Nueva York es hogar de dos equipos de héroes de alto perfil: los Fantastic Four y los Avengers. Phil ve como una buena señal el regreso del Capitán América, y tanto le atrae la idea de capturar en imágenes todas las maravillas que le rodean e inmortalizarlas, que planea hacer un libro con ellas, además de empezar a escribir notas periodísticas sobre sus apariciones. Es testigo, entre otras cosas, de la boda de Reed Richards y Sue Storm, la invasión de Atlantis, y la llegada de Galactus.
Pero no todo es positivo. También le toca vivir de cerca la histeria contra los mutantes y la aparición de los centinelas, y aunque al principio él también se siente temeroso, su perspectiva cambia tras conocer a una inocente niña. La aparición de Spider-Man y la implacable campaña en su contra por parte de J.J. Jameson, a quien Phil conoció cuando ambos apenas empezaban, reaviva su interés por capturar la historia. La busca de la verdad lo lleva s contactar a Gwen Stacy, con quien hace amistad, hasta que los trágicos sucesos en el puente George Washington lo llevan a retirarse y olvidar el asunto.
Aunque técnicamente la miniserie cubre la historia del Universo Marvel de 1939 a 1974, es importante apuntar que no se trata de un recuento cronológico. Aunque los héroes son el centro de la historia, el protagonista de la misma es Phil Sheldon, así que en todos los casos tenemos sólo su perspectiva de las cosas, así que es la clase de historia que, aunque se disfruta más si uno está familiarizado con las historias originales, no requiere estar al día con la continuidad clásica de Marvel, pues todos esos sucesos y aventuras son sólo en entorno en que un fotoperiodista experimenta un asombroso mundo en constante transformación.
El enfoque de tener el punto de vista de una persona normal, un hombre cualquiera que vive en medio de una ciudad donde los héroes y villanos se han vuelto cosa de todos los días fue una idea inspirada, pues se trata de una forma de resaltar aquello que separaba a Marvel de su distinguida competencia. Mientras los héroes de DC son dioses superpoderosos enfrascados en épicas a gran escala, desde el primer día los personajes de Marvel, sin importar qué clase de poderes o habilidades los separan del resto del mundo se caracterizaron por su profunda humanidad, lo que hace muy interesante ver su impacto en la vida del hombre común.
Al mismo tiempo, que el protagonista y narrador de la historia sea un fotógrafo permite sacarle el mayor provecho al espectacular estilo fotorrealista de Ross, que tiene una capacidad narrativa limitada, algo que el guion de Busiek capotea con clase al pedirle capturar momentos sin preocuparse demasiado por mostrar acciones. Esto no significa que la historia sea aburrida o se vuelva estática, pues está llena de imágines de los héroes en acción. Es sólo que la historia no requiere mostrar secuencias de esas acciones, sino sólo aquellos momentos que mayor impresión dejaron en Phil, lo que hace de forma muy efectiva.
Busiek encuentra el modo más efectivo de contar la historia al poner a su protagonista en el rol de impotente testigo. Con él crea un emotivo retrato de los miedos, emociones y esperanzas que los héroes y villanos de Marvel inspiran en la gente de su mundo, y comparte una íntima visión de la sensación de asombro que uno podría esperar de un mundo lleno de personajes y sucesos extraordinarios. Tan exitoso resultó este experimento narrativo que desde entonces se ha convertido en un recurso bastante recurrido por otros escritores, o incluso por el mismo Busiek, que lo usado con gran efecto en Astro City.
La historia detrás de la serie también es bastante peculiar. Como ya mencioné, los autores no eran famosos o populares. Ross sólo tenía publicadas un par de historias cortas y algunas portadas, pero deseaba hacer algo con los héroes clásicos de Marvel. Contactó a Busiek porque años atrás éste lo contrató para una historia en la antología Open Space, que él editaba, y aunque ya no era parte del staff de la Casa de las Ideas, Ross pensó que tendría los contactos necesarios para presentar una propuesta. La idea del pintor era una antología de historias ilustradas por distintos artistas, él incluido, pero Busiek lo disuadió.
Era poco probable que Marvel aceptara una propuesta de un artista desconocido que ni siquiera iba a ilustrar todo el proyecto. Empezó a darle consejos para armar una historia más en forma, así que cuando el guionista con quien Ross trabajaba abandonó el proyecto, éste invitó a Busiek a colaborar con él. A través de Clive Barker, que quería a Ross para una historia de Hellraiser, algunas muestras del artista (la historia corta de Human Torch que después se publicó como Marvels #0) llegaron a manos de Marcus McLaurin, editor en Marvel, quien contactó a Ross para pedirle una propuesta en forma, y el resto es historia.
Además del espectacular arte de Ross, la serie llamaba la atención por su diseño. A fin de no obstruir el arte de las portadas, se agregó a cada uno de los cuatro números una sobrecubierta de acetato, en la cual se imprimieron logo, código de barras y demás elementos comerciales. El resultado fue un éxito de ventas a pesar de que cada número costó el cuadruple que un cómic regular de la época, y al año siguiente la serie ganó los premios Eisner en las categorías de mejor serie finita, mejor pintor y mejor diseño de publicación, además de que estuvo nominada por mejor artista de portadas y mejor número individual.
La historia fue recopilada en un tomo de pasta blanda en 1995, y en 2004, para celebrar su décimo aniversario, se publicó un tomo de pasta dura de 400 páginas. y en 2019, para su veinticinco aniversario apareció una edición remasterizada, que incluye además un nuevo epílogo realizado por Busiek y Ross en que Phil y su familia son testigos del ataque de los centinelas contra los X-Men en el Rockefeller Center. Para aprovechar el nuevo interés, Busiek coordinó ocho especiales titulados Marvels Snapshots, además de una antología llamada Marvel y una recién lanzada serie regular con el título de The Marvels, con portadas de Alex Ross.
A menudo la gente pregunta por opciones que sean un buen punto de partida para nuevos lectores, y auqnue rara vez se le menciona, creo que Marvels cumple todos los requisitos para servir como la perfecta introducción para cualquier lector que quiera entender la esencia del Universo Marvel más allá de las películas del MCU o su continuidad actual. Sin duda se trata de una historia que cualquier lector estaría orgulloso de sumar a su comicteca personal.
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