Una de las noticias más tristes del verano pasado fue el inesperado deceso de Chadwick Boseman, talentoso actor que saltó a la fama gracias a su interpretación de T'Challa/Black Panther en las películas de Marvel Studios. Desde entonces supimos que Ma Rainey's Black Bottom (La Madre del Blues), película de George C. Wolfe que estaba en post-producción, sería su último trabajo, y a la postre le valió de forma póstuma un globo de oro y una nominación al Oscar. Es la segunda adaptación de la obra del dramaturgo afroamericano August Wilson producida por Denzel Washington, quien planea llevar a la pantalla una decena de sus obras.
El guionista de la adaptación fue Ruben Santiago-Hudson, y la cinta cuenta con las actuaciones de Viola Davis, Chadwick Boseman, Glynn Turman, Colman Domingo y Michael Potts. Ma Raney fue una influyente y exitosa cantante de blues en los 1920, y la película toma su título de una de sus canciones más populares. Contrario a lo que algunos piensan, no es una alusión a "su negro trasero". Black Bottom es el nombre de un baile surgido en las comunidades negras del sur de Estados Unidos que se popularizó por todo el país en la década de los 1920. El título en español es el sobrenombre con que se conocía a la temperamental cantante.
La película es una producción original de Netflix y se estrenó en la plataforma el pasado 18 de diciembre aunque, como se ha vuelto una costumbre para las producciones del popular servicio de streaming, tuvo un estreno limitado en salas de cine de los Estados Unidos a finales de noviembre. La principal razón para esa maniobra es asegurarse de que ninguna de las entregas de premios de la industria cinematográfica pueda ignorar sus producciones. La cinta recibió cinco nominaciones al Oscar, incluidos mejor actor y mejor actriz, y al final ganó las estatuillas a mejor vestuario y mejor maquillaje y peinados.
La historia se centra en una sesión de grabación en un modesto estudio de Chicago, donde Ma Rainey (Davis), famosa por su temperamento y personalidad, antagoniza a los responsables del estudio al tiempo que choca con Levee (Boseman), músico de su banda con aspiraciones de alcanzar el éxito por su cuenta y cuyo talento es sólo igualado por su tendencia a hablar de más y fanfarronear en los momentos menos oportunos. Una escena al inicio muestra que las diferencias entre Ma y Rainey ya se habían manifestado en el escenario, con Dussie Mae (Taylour Paige), la joven y hermosa corista de Ma, como premio en disputa.
Levee aspira a grabar por su cuenta, tanto composiciones propias como arreglos de canciones existentes, y cuenta con el entusiasta apoyo de Sturdyvant (Jonny Coyne), el gerente del estudio, a quien ha convencido, igual que al representante de Ma, de grabar su arreglo de la canción que da nombre a la película, al menos hasta que Ma llegue y se entere de sus planes. Mientras esperan la llegada de la diva, la banda intenta ensayar, aunque la personalidad de Levee provoca discusiones, sobre todo con Cutler (Domingo), líder de facto de la banda y cuya arraigada formación religiosa choca con la blasfema actitud del joven trompetista.
La historia es una sucesión de discusiones y confrontacionea, ya sea entre Levee y Ma, Levee y sus compañeros de banda, o Ma y los encargados del estudio. Con cada nuevo enfrentamiento, los cuales suceden por igual en los ensayos o durante la sesión de grabación, la tesnión en el ambiente crece y se acumula, preparando poco a poco el escenario para una trágica y violenta escena final que dejará marcados de forma definitiva a todos sus participantes.
La película, al igual que la obra de teatro que la inspiró, es un homenaje a una de las más celebradas leyendas del blues y una celebración de la cultura afroamericana de los Estados Unidos, en especial en lo que se refiere a las artes, así que supongo que fue una puntual despedida para un joven talento que nos dejó prematuramente. Es imposible hablar de la película y no destacar de inmediato las poderosas interpretaciones de Davis y Boseman (que ya habían trabajado juntos en Get On Up, cinta sobre la carrera de James Brown), que dan vida a Ma Rainey y Levee con una intensidad que eleva a la cinta por encima de cualquier drama convencional.
Ma es una mujer mayor que entiende que la popularidad de su música y la capacidad de vender discos le da poder sobre quienes buscan explotar su talento, y no tiene reparos en usarlo. La veterana cantante tiene una gran personalidad y es palpable la forma en que pesa sobre el escenario, incluso en momentos de silencio. Además de dominante, es pedante, porque sabe que el éxito de sus discos le permite el lujo de hacerse la difícil, y Davis se regodea ante la oportunidad de interpretar lo que debe ser el papel más grandilocuente de su carrera.
Pero el peso emocional de Ma Rainey’s Black Bottom cae sobre los hombros de Levee, y al abrazar el personaje Boseman realiza la actuación más impactante de su breve carrera. Destacan en particular un par de desgarradores monólogos que ayudan a delinear la personalidad del extrovertido trompetista. El primero es un emotivo recuento de un oscuro episodio de su infancia, mientras que el segundo encapsula el fuego que arde bajo la sonriente fachada del joven músico, y es quizá más potente al ser precedido de una escena en que múltiples emociones pasan por su rostro mientras escucha en silencio una conversación en otra habitación.
Ese segundo monólogo alcanza otra dimensión al entender que cuando se filmó el actor sabía que estaba muriendo, así que es muy probable que muchas de las emociones que expresa, enmarcadas entre un profundo dolor y una ira justificada, hayan sido un reflejo de lo que pasaba por su mente, pero es algo que no interfiere con la película pues, al menos en mi caso, es algo en lo que sólo pensé hasta mucho rato después de ver la película, lo que no hace menos desgarradora y emotiva la escena, que además prepara el camino para la poderosa escena final.
Aunque el grueso de los poderosos discursos en la obra de Wilson son para su pareja de protagonistas, algunos de los personajes secundarios también tienen su momento, y más aún que la historia contada por Cutler que enciende la ira de Levee destaco una escena en que Toledo (Turman), el viejo pianista de la banda, hace una analogía entre cocina y comida y la situación de los negros en Estados Unidos, que ofrece otro contrapunto a muchas de las posturas y aspiraciones de Levee, pues con cierto cinismo oculto bajo la callada dignidad del veterano músico parece minar muchas de las expectativas del joven artista.
Aunque las actuaciones son lo que captura la atención del espectador, me parece que es importante destacar lo puntual del comentario social a lo largo de toda la prelícula. Aunque la obra de teatro se escribió y estrenó hace más de treinta y cinco años, y cuenta una historia ambientada hace casi cien años, la tensión racial que alimenta muchas de las emociones de sus personajes se siente más actual y relevante que nunca, y es debidamente rematada por el agridulce epílogo que acentúa la conocida actitud que el hombre blanco tenía hacia el trabajo de los artistas de color y es un amargo recordatorio de lo poco que han cambiado las cosas.
En resumen, Ma Rainey's Black Bottom es un emotivo pero trascendente tributo a una leyenda del blues del siglo pasado que ahora doblará también como testamento del legado de un joven actor que nos dejó antes de tiermpo pero pudo cerrar su carrera con un poderoso duelo interpretativo con una de las actrices más talentosas de nuestros tiempos. Sin duda una película bastante recomendable.
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