miércoles, 26 de mayo de 2021

The Woman in the Window (La Mujer en la Ventana)

Pocos directores han tenido tanto impacto e influencia como Alfred Hitchock. A décadas de su producción, muchas de sus obras todavía son motivo de homenajes, referencias e imitaciones. Una de sus películas más arraigadas e el colectivo popular es Rear Window (La Ventana Indiscreta), que además de varios remakes ha sido objeto de cualquier cantidad de tributos y referencias, y tampoco es raro que nuevas historias tomen algo más que inspiración de ella.

De entre los intentos que se han hecho a lo largo de los años por actualizar la historia o adaptarla a las sensibilidades de una audiencia más moderna, destaco en particular Disturbia (2007), película de D.J. Carusso que trasladó la premisa al presente en una historia con situaciones fáciles de ubicar en un contexto contemporáneo y jóvenes protagonistas, que resultó un entretenido y competente thriller, y me parece que en ese aspecto The Woman in the Window (La Mujer en la Ventana), la más reciente película de Joe Wright, protagonizada por Amy Adams y Gary Oldman, la cual se estrenó hace un par de semanas en Netflix, cae en esa misma categoría.

Basada en la novela del mismo nombre de A.J. Finn, adaptada por el actor y dramaturgo Tracy Letts, esta película dirigida por el aclamado realizador de Hanna, The Darkest Hour, Pride and Prejudice, Anna Karenina y Atonement cuenta con las actuaciones de Amy Adams, Gary Oldman, Julianne Moore, Anthony Mackie, Wyatt Russell, Brian Tyree Henry, Jennifer Jason Leigh y Fred Hechinger, y se trata de una producción que sufrió toda clase de complicaciones y retrasos antes de aterrizar con el gigante del streaming.

Producida por Fox 2000 y filmada a fines de 2018, su estreno estaba planeado para el otoño de 2019, pero entre los ajustes tras la fusión entre Fox y Disney y luego de las confusas reacciones a las proyecciones de prueba, se decidió moverla a mayo de 2020 y se contrató a Tony Gilroy para reescribir algunas escenas y filmar material adicional. Luego vino la pandemia, y la cinta fue retirada del calendario de Disney. Hace unos meses se anunció que Netflix adquirió los derechos internacionales y la película se estrenó el pasado 14 de mayo.

Anna Fox (Adams) es una psicóloga infantil que sufrió un colapso nervioso y ahora sufre de agorafobia (miedo a los espacios abiertos). Durante los pasados diez meses ha vivido recluída en una enorme casa (del tipo conocido como brownstone) en Manhattan, y su vida se ha reducido a una dieta de medicinas controladas y vino, acompañados de películas de los años cuarenta. Su único contacto con el mundo exterior son David (Russell), el inquilino que renta su sótano, los repartidores de comida y víveres que se encargan de abastecerla, y Ed (Letts) su psiquiatra, que la visita una vez a la semana para evaluar sus avances.

Todos los días habla con su marido e hija, que ya no viven con ella, y dedica buena parte de su tiempo a espiar a los vecinos, actividad que su doctor dice es positiva porque la curiosidad ayuda a lidiar con la depresión y otros problemas mentales, y auqnue también la alienta a intentar salir a la calle, es algo que Anna todavía no se atreve a hacer. Su rutina se ve alterada con la llegada de unos nuevos vecinos a la casa de enfrente. La visita de Ethan Russell (Hechinger), un retraído e inseguro adolescente, le genera aún más curiosidad sobre la vida de sus nuevos vecinos, y tras conocer a su madre, Jane (Moore), Anna se siente más viva y animada.

Una noche escucha gritos y se acerca a la ventana para ver a Jane apuñalada en su cocina. Asustada, llama a la policía, y con la protección de una sombrilla intenta ir a la casa de enfrente, pero sufre una crisis y pierde el conocimiento. Al despertar se encuentra en casa, donde el padre de Ethan (Oldman) y un detective de policía (Henry), quienes le informan que la señora Russell (Leigh) está bien, y que lo imaginó todo. Pero entonces, ¿quién era la otra mujer? ¿qué tiene que ver con David? ¿quién la mató? Anna misma empieza a cuestionar su cordura, pero inicia una frenética labor detectivesca porque necesita respuestas.

Por desgracia la forma de revelar esas respuestas termina por minar los efectos del tenso thriller construido en los dos primeros tercios de la película, lo que me hace desear saber cómo se resolvían las cosas en la versión original. Y no es que que la resolución sea mala, sino que es presentada de una forma tan fría y básica que me hizo pensar que iban tachando pendientes de una lista. A pesar de ello la película resulta muy disfrutable gracias al excelente trabajo de dirección y ambientación (la fotografía es hermosa y llena de toques noir) y actuaciones sobresalientes de todo el elenco, empezando con la propia Adams.

La veterana actriz hace un excelente trabajo al dar vida a la perturbada psicóloga y nos hace preguntarnos hasta el último momento cuál es su estado mental y cuánto de lo que vemos es solo parte de su imaginación. Su trauma es explorado poco a poco y su origen, presentado en una devastadora revelación, da un peso emocional a la película que la vuelve particularmente relevante en medio de la pandemia, donde el tema de la salud mental en medio de la necesidad de recluirnos en casa por un tiempo indefinido la convierte en una especie de Ventana Indiscreta para tiempos de COVID.

Por fortuna la historia no depende sólo de ese grado de identificación que la situación genera en la audiencia, y el guion de Letts se apoya en los diálogos para hacer de Anna un personaje más complejo que una simple víctima de un colapso mental, pues sus intercambios con otros personajes muestran que, pese a todos sus problemas, la solitaria mujer no ha perdido el sentido del humor y posee una aguda inteligencia que incluso le permite impartir algunas perlas de sabiduría en sus momentos de mayor lucidez, que contrastan con los sutiles temblores y risas nerviosas cuando estṕa bajo mucho estrés.

Quiero hacer énfasis en la fotografía porque el excelente manejo de iluminación y encuadres crea una sensación de claustrofobia pese al tamaño de la casa, y el limitado uso de tomas desde el punto de vista de la voyeurista protagonista hace que uno se mantenga como un mero espectador, lo que refuerza la sensación de no saber que tanto de lo que ve Anna es real. Que la película use una sola locación principal, sumado a los suaves paneos laterales y el énfasis en los diálogos, crean la sensación de estar viendo una obra de teatro en cine, pero llena de pequeños tributos a Hitchcock y al cine noir de los años cuarenta.

A pesar de que el desenlace no está a la altura de las expectativas generadas por la excelente construcción de tensión y suspenso, y a esa sensación de que la película no logró explotar todo su potencial, The Woman in the Window es un muy buen thriller que debe resultar del agrado de casi cualquier aficionado al cine. Sin duda una película bastante recomendable, aunque con las observaciones mencionadas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario