Por fin lo hice, pero poco después casi abandoné el sitio. Hace un par de meses, al retomar los comentarios de libros, recordé que en su momento me había hecho el propósito de leer y comentar los libros de Mundo Disco que me faltaban, y eso es lo que voy a hacer. Los iré alternando con otros libros, claro, pero la obra de Pratchett tendrá una presencia constante aquí.
Discworld o Mundo Disco es el nombre del mundo en que tienen lugar estas novelas, y podría describirlo como un mosaico que combina elementos fantásticos y mitológicos que toman su inspiración de toda clase de fuentes. Su nombre obedece a que se trata de un mundo plano y redondo, el cual reposa sobre los lomos de cuatro elefantes que a su vez están parados sobre el caparazón de la tortuga Great A'tuin, que surca el espacio con el mundo a cuestas sin quejarse jamás. O al menos nadie ha escuchado que lo haga.
Los libros son aventuras de fantasía con una fuerte carga de humor que por lo regular recurre a la sátira o la parodia, pero siempre con respeto. Podría decirse que, a pesar del tono de mofa, estas novelas son una larga carta de amor de Pratchett hacia el género de fantasía en todas sus vertientes y subgéneros. Hace años comenté aquí el primer libro de la serie, The Colour of Magic (El Color de la Magia), y hace unas semanas compartí mi reseña de The Light Fantastic (La Luz Fantástica), segunda entrega, y hace años había comentado también Equal Rites (Ritos Iguales), tercer volumen. Así que toca el turno al cuarto tomo, Mort.
Nadie parece interesarse en él, pero antes de la última campanada de medianoche aparece la Muerte y lo toma como su aprendiz, aunque su padre se queda con la idea de que será aprendiz de enterrador. En los dominios de su nuevo amo, Mort conoce a Ysabell, hija adoptiva de la Muerte, y a Albert, su anciano sirviente. De inmediato empieza a acompañar a su nuevo tutor en sus rondas, pero intenta impedir el asesinato de un rey, por lo que es reprendido. La Muerte le explica que cada deceso está predeterminado y que no debe interferir con el destino, pues las consecuencias serían funestas.
A pesar de la advertencia, Mort lo hace de nuevo y salva a la Princesa Keli, la hija del rey a quien trató de salvar. Su acto provoca la creación de una línea temporal paralela e inestable, y con ayuda de Ysabell intenta resolver el problema antes de que la Muerte se percate de lo sucedido. Mientras tanto, la Muerte pasa cada vez más tiempo tratando de experimentar lo que significa estar vivo, dejando muchas de sus responsabilidades en manos de Mort, quien sólo cuenta con la ayuda de Ysabelle y debe lidiar además con la desconfianza de Albert, quien oculta sus propios secretos.
Hay detalles en el humor de Pratchett que dudo sobrevivan a la traducción. No he leído en español ninguna de las novelas en que aparece Muerte, pero el primer chiste es implícito y resulta el más obvio: todo sus parlamentos aparecen en mayúsculas. ¿La razón? Uno de los nombres para éstas en inglés es "capital letters", letras capitales, adjetivo usualmente asociado a la Muerte.
Uno esperaría que teniendo a la Muerte y su aprendiz como protagonistas de la historia, el libro tendiera a usar humor negro en su comedia, pero Pratchett nunca se caracterizó por tomar el camino fácil. En vez de eso se las arregla para retratar la fascinación de Muerte por la vida, los intentos de su aprendiz por evitar cuantas muertes pueda, y explorar las ideas que existen en Mundo Disco (que suelen ser reflejo de algunas sociedades en el mundo real) alrededor de la muerte y su naturaleza.
Mort es una divertida novela de fantasía que, sin importar que sea parte de una saga, es perfectamente disfrutable por separado, incluso si no son aficionados al género de fantasía. Incluso destaco el hecho de que la parodia y sátira usadas por Pratchett son sólo un aderezo adicional en una novela bien contada y llena de personajes atractivos e interesantes. Sin duda una muy recomendable opción de lectura para gente de todas las edades.
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