Imagino que cualquier persona que me conozca, así como la gran mayoría de los lectores de este blog, saben que soy muy fan de los mitos artúricos, y que los cómics son uno de mis medios de entretenimiento favoritos. A lo largo de los años he descubierto que algunos escritores de cómics han hecho la transición a escribir prosa, además de que varios autores de novelas han incorporado los cómics a su producción habitual. El caso de Peter David es un tanto curioso, pues sus dos carreras se han dado de forma paralela casi desde el principio. Hace unas semanas comente Knight Life, su primera novela, vendida antes que su primera historia para cómics, pero publicada cuando ya era colaborador habitual en Marvel.
Esta segunda novela sucede unos años después, y Arthur ha llevado su carrera política a las últimas consecuencias: ahora es el presidente de los Estados Unidos de América...
Ni siquiera su vida pasada como monarca de la Gran Bretaña pudo preparar a Arthur Penn para el arduo y complicado trabajo que implica ser el hombre más poderoso del mundo. El hecho de que su consejero, el legendario mago Merlin, haya sido convertido en una estatua no hace las cosas más fáciles, pero Arthur y Gwen, la primera dama, se las arreglan para navegar los múltiples problemas que surgen de tener que lidiar con el Congreso y la política internacional, y Gwen se prepara incluso para promover iniciativas radicales, como una reforma del sistema de salud.
Pero el terrorismo sigue siendo un problema primordial, y un atentado perpetrado a instancias de Sandoval, un terrorista de Oriente Medio que es considerado como el más grande enemigo del mundo occidental y, por lo mismo, enemigo mortal de Arthur, deja en coma a Gwen. Arthur está desesperado, pero sabe que existe una forma de salvar a Gwen y recuperar a Merlin: el Santo Grial. El problema es que buscar la mítica copa no es una tarea sencilla, y el hombre que lo logró en el pasado, su fiel caballero Percival, ha desaparecido. Sin más opciones, Arthur renuncia a la presidencia y se lanza en una búsqueda con la esperanza de salvar a la mujer que ama y tal vez hallar la solución a otros problemas.
En términos generales, la novela es una buena secuela a Knight Life, aunque eso no la exenta de algunos problemas. La comedia es un poco más ligera, pero a la vez se vuelve dependiente de situaciones no tan universales. Existe una buena dosis de crítica a la pomposidad de la política en Washington, desde el staff de la Casa Blanca hasta el funcionamiento del Congreso o los muchos errores en el manejo de la política internacional de nuestros vecinos del norte. Pero quizás lo que más me sorprendió es el poco trabajo que David dedicó al desarrollo de personajes.
Me desconcertó un poco el tono de la novela, bastante más disparejo que en la entrega anterior, sobre todo porque tiene escenas muy violentas y humor un poco más subido de tono, aunque sigue mezclando leyendas antiguas con situaciones contemporáneas de forma creativa y divertida, así que resulta una lectura divertida a pesar de carecer de mucha de la frescura de su predecesora. En todo caso, no recomendaría leerla por su cuenta, no tanto por la historia, sino porque parece que omite trabajar en una introducción al tono y situación general de la obra, como si asumiera que todo mundo lo entendió desde Knight Life.
En resumen, One Knight Only es una novela bastante entretenida que debe resultar del agrado de cualquier fan de los mitos artúricos o de lectores que gustan de las historias de fantasía urbana, aquellas en que elementos mágicos conviven con entornos y situaciones contemporáneos. Lectura recomendada, pero con las reservas ya mencionadas.
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