Leviathan Wakes, de James S.A. Corey (The Expanse 1)

Cada cierto tiempo aparece una saga de ciencia ficción que cautiva la atención de las masas y trasciende la órbita de los fans usuales del género, y el ejemplo más reciente es The Expanse, serie de novelas que partió con Leviathan Wakes en 2011 y que inspiró la serie de TV que produce Amazon Prime Video.

La novela es obra de Daniel Abraham y Ty Franck, que firman con el seudónimo conjunto de James S.A. Corey. Franck fue asistente de George RR Martin y desarrolló el mundo de The Expanse para un juego de rol que nunca se concretó. Abraham, autor de fantasía con un puñado de novelas publicadas, lo convenció de convertirlo en una novela.

El plan original era que Abraham adaptaría la historia de Frank, pero éste corregía todo lo que le mostraba o en ocasiones lo reescribía y era a su vez corregido. Tras algunos intercambios así, decidieron que lo mejor sería escribir juntos, y adoptaron un seudónimo formado por sus respectivos segundos nombres y las iniciales de la hija de Abraham. Sobra decir que el ejercicio fue un éxito, pues Leviathan Wakes, su primera novela, fue un éxito inmediato y al año siguiente fue nominada como Mejor novela en los premios Hugo y Locus.

La historia transcurre en un futuro en que la humanidad ha colonizado el sistema solar con asentamientos en Marte, el cinturón de asteroides, y las lunas de los planetas mayores. La Tierra tiene un gobierno unificado bajo el control de las Naciones Unidas, en tanto que en Marte se estableció la República Congresional Marciana, y ahora actúan como super potencias que compiten por el control de las colonias mineras y los derechos para explotar sus recursos, lo que ha creado un cierto novel de tensión política, en tanto que las colonias en los planetas exteriores ven a ambos poderes con la misma desconfianza.

Jim Holden es el oficial ejecutivo de la Canterbury, una nave que lleva hielo de los anillos de Saturno a las colonias mineras en el cinturón, donde es una fuente de agua. La nave detecta una señal de auxilio y se desvía para atenderla. Holden y un pequeño grupo formado por la ingeniera jefe Naomi Nagata, el piloto Alex Kamal, el ingeniero Amos Burton y el módico Shed Garvey, abordan la Scopuli, una nave dañada y abandonada, y encuentran evidencia que podría desatar una guerra. Mientras vuelven a la Canterbury, el carguero es destruido, matando a toda su tripulación. Holden emite un mensaje, y se prepara a reunirse con las autoridades para iniciar una investigación.

Mientras, en la estación Ceres, el Detective Joe Miller de la empresa privada a cargo de la seguridad local, recibe el encargo de localizar a Julie Mao, hija de un magnate de la Tierra, y enviarla de vuelta a casa. Inicia la investigación, pero se ve forzado a interrumpirla cuando llega el mensaje de Holden, que provoca disturbios entre los disidentes separatistas, que ven el incidente de la Canterbury como una advertencia de que una guerra entre los planetas interiores y las colonias puede ser inevitable.

Holden y su grupo son recogidos por una nave de combate de la armada marciana, pero antes de que puedan hablar con nadie acerca de lo sucedido, son atacados y se ven forzados a escapar en una fragata ligera a la que rebautizan como Rocinante, desde donde contactan a Fred Johnson, un ingeniero con antecedentes militares con quien habían hablado antes, y éste accede a recibirlos y esconderlos. Mientras ellos buscan pistas sobre quién destruyó la Canterbury, Miller reinicia la búsqueda de Julie, y sus caminos se encuentran. Ahora deberán trabajar juntos si es que tienen esperanzas de salir con vida y prevenir una guerra en el sistema.

El libro no es corto (son casi 600 páginas de historia), pero nunca se siente como una lectura larga o pesada. El ritmo narrativo es muy ágil, en buena medida gracias a que los autores usan un lenguaje claro y sin descripciones rebuscadas. También es importante apuntar que evitan volverse expositivos, y toda la situación político-social de la vida en las colonias se va presentando poco a poco como parte del contexto. Algo similar sucede con las cuestiones tecnológicas, pues incluso cuando se describen los principios técnicos de cómo funcionan las cosas la información es presentada de forma clara y fácil de seguir, sin sentirse como si uno estuviera en una clase de ingeniería.

Los capítulos se alternan entre los puntos de vista de Holden y Miller y al tiempo que se va revelando ty desentrañando el misterio, los autores hacen un gran trabajo con los personajes, no sólo a nivel personal, sino como una forma fácil de entender las diferencias ideológicas que existen entre los nativos de los planetas interiores, como Holden y Alex, y los "belters", como se conoce a los nacidos en las colonias y estaciones del cinturón de asteroides y las lunas de los planetas exteriores, y entre los que se cuentan los otros miembros de la tripulación del Roci y el propio Miller. Los capítulos de este último tienen un cierto aire noir, como una clásica historia de detectives, pero ambientada en el espacio.

Más allá del gran trabajo de desarrollo de personajes, el punto fuerte de esta novela es la construcción de mundos. La expansión humana en el sistema solar de la mano de corporaciones e inversionistas privados suena como el camino más viable. El funcionamiento de los hábitats en esas colonias se siente plausible y lógico, al igual que el impacto de las distintas condiciones atmosféricas y de gravedad tendrían en la fisiología de los colonos y sus descendientes. La mentalidad colonial y la desconfianza y recelo hacia la población de los planetas interiores es motivo de interesantes reflexiones, y son otro elemento que eleva al libro por encima de una mera aventura espacial.

Tras terminar esta novela y antes de lanzarme sobre el segundo volumen de la saga, quise cazar las novelas cortas y cuentos cuyos sucesos transcurren antes o durante estaa novela. Sólo me faltó el cuento más breve, The Last Flight of the Cassandra, que apareció con el libro de reglas del juego de rol lanzado en 2019 y, hasta donde sé, no está disponible en ninguna otra parte. Es material bastante interesante que enriquece el mundo presentado en la novela, pero no pesa en la historia principal.

Drive es un cuento que narra el origen del propulsor usado por las naves en esta saga para viajar entre mundos, En cuanto a las novelas cortas, The Churn ofrece un vistazo a la vida en los barrios bajos de una sobrepoblada ciudad de la Tierra unos años antes de los hechos narrados en Leviathan Wakes, mientras que The Butcher of Anderson Station es un vistazo al pasado de Fred Johnson, muestra lo que pasó en esa estación y el efecto que tuvo con él, y nos ayuda a entender como llegó al lugar y posición con que lo conocimos en la novela. Las dos novelas cortas están disponibles como ebooks producidos por Orbit y son fáciles de hallar en casi cualquier librería en línea.

Imagino que la mayoría sabe de la existencia de la serie de televisión, lanzada en 2014 por SyFy y cancelada luego de tres temporadas. Fue retomada por Amazon Prime Video para las temporadas cuatro y cinco (ésta última ahora en desarrollo) y ya se anunció una sexta y última. Si quieren hacerse una idea de la historia, pueden echar un vistazo a la serie, pues esta novela es adaptada en aproximadamente temporada y media. En cuanto a los libros, al momento hay ocho novelas, cinco novelas cortas y tres cuentos, y se espera que a fines de este año aparezca la novena y última novela de la serie, a la que seguiría poco después una novela corta que serviría como epílogo a la saga.

En resumen, Leviathan Wakes es una ágil y entretenida novela de ciencia ficción que confirma que el viejo estigma que pesaba sobre las space operas como un subgénero infantil y sin valor es cosa del pasado, pues además de ser gran entretenimiento, se trata de una historia absorbente que ofrece una gran construcción de mundo, misterios, batallas espaciales, suspenso, intrigas y un genial elenco de personajes bien desarrollados. Sin duda se trata de una lectura muy recomendable, incluso si piensan que las historias de ciencia ficción no son lo suyo.