La película fue dirigida por el veterano director sueco Mikael Håfström (1408, The Rite, Escape Plan) y se estrenó hace un par de semanas en la popular plataforma de streaming, convirtiéndose en la película más vista de ese fin de semana.
La historia sucede en 2036 en Ucrania, donde hay una guerra civil entre insurgentes que desean anexarse a Rusia y la resistencia local. Como suele pasar en esa clase de conflictos, los Estados Unidos tienen fuerzas armadas en la región, desplegadas con la intención de pacificar la zona. Los marines cuentan con el apoyo de "Gumps", que son soldados robóticos de alta tecnología. Durante una operación en las calles donde una unidad mixta de marines y gumps son emboscados, el teniente Thomas Harp (Idris), un piloto de drones asignado como apoyo aéreo, desobedece una orden directa y lanza un misil Hellfire contra un camión que sospecha en un lanzacohetes enemigo.
Su acción salva a 38 marines, pero provoca la muerte de otros dos, lo que inicia una investigación. Como medida disciplinaria, Harp es relevado de su puesto, y con la idea de que podría beneficiarse de conocer el terreno donde se pelea de forma cercana y no sólo a través de una pantalla al otro lado del mundo, debe reportarse de inmediato en el Campamento Nathaniel, base de las operaciones estadounidenses en territorio ucraniano. Al llegar al lugar descubre que no tendrá la simpatía de nadie, pues todos los marines asignados a la base saben quién es y qué hizo para ser enviado allá.
Debe ponerse a las órdenes del Capitán Leo (Mackie), un oficial que opera por su cuenta y aislado del resto del personal. Tras una breve entrevista, Harp descubre por qué: Leo es un avanzado androide experimental, diseñado para servir como súper soldado y capaz de hacerse pasar por humano. Harp y Leo salen de la base para entregar vacunas en un hospital de la resistencia, pero su misión es localizar a Victor Koval, un terrorista que planea tomar el control de los silos de misiles nucleares que quedaron en Ucrania luego de la Guerra Fría. Su convoy se encuentra con un grupo de locales que saquean un camión cargado de alimentos, y descubren que éste fue atacado por insurgentes pro-rusos para preparar una emboscada para los marines.
La película avanza a un ritmo bastante ágil, pues Håfström logra un buen balance entre sus secuencias de acción y los momentos de drama alrededor de sus personajes, aun a pesar de las muchas limitaciones que le impone el guion, acreditado a Rowan Athale y Rob Yescombe. El talentoso elenco tiene poco para trabajar, pero le sacan el máximo provecho, y la única razón para que la película funcione al grado que lo logra es por la gran capacidad de los actores involucrados y el oficio del director, que impiden que un guion mediocre se convierta en un desastre absoluto, aunque si queda la sensación de que había los suficientes elementos como para hacer algo más interesante con esta historia.
Mackie hace un buen trabajo al interpretar al soldado artificial, limitando cualquier despliegue emocional que hubiera estado fuera de lugar, incluso a pesar de las torpes insinuaciones en algunos de sus parlamentos. A Idris sólo lo ubicaba por un par de papeles de reparto, pero hace un trabajo bastante sólido que complementa de buen modo a Mackie, y el trabajo de ambos es enmarcado por un sólido elenco secundario del que destacan Beecham y Michael Kelly, aun cuando éste último sólo tiene escenas de peso en la parte final de la película.
Queda la sensación de que Leo debía ser el centro temático de la historia, pero pasa casi media película antes de que podamos ver en acción al peculiar súper soldado, que es una eficiente máquina de combate sin necesidad de convertirlo en un terminator. La trama gira alrededor de sus acciones y motivos, pero incluso la verdadera naturaleza de su misión es mal manejada por un guion que se empeña en ser vago y ambiguo en situaciones que no lo necesitan, en tanto que recurren a cuanto cliché lograron insertar en la película, tanto en cuestión de escenas como de parlamentos. La película no es mala, pero el pobre manejo de los temas que debían darle fuerza la vuelve algo aún peor: olvidable.
En resumen, Outside the Wire es un entretenido thriller militar de ciencia ficción que deambula por caminos demasiado transitados como para aspirar a algo más que mera diversión pasajera. Una buena dirección con sólidas secuencias de acción y un elenco que se siente desperdiciado en este material mantienen a flote el producto, pero al final del día es una de esas películas que uno disfrutar hasta cierto punto, pero no recuerda nada unos días después. Recomendada, pero con muchas reservas.
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