La franquicia de los X-Men en cine vivió veinte años de altibajos bajo el control de 20th Century Fox, destacando sus inicios en falso, que resultó en una incapacidad para ligar tres películas sin meterse en algún apuro. Así que de cierto modo es apropiado que esta etapa cerrara rodeada de un caos similar al que marcó toda su existencia.
La adquisición del estudio por parte de Marvel complicó aún más las cosas, pues cualquier posibilidad de filmar escenas adicionales quedó descartada en medio de los retrasos, ya que las actrices adolescentes crecieron en ese tiempo y no habría forma de hacer que una nueva edición funcionara.
Concluida la adquisición y definido que los personajes quedaban bajo control del equipo de Kevin Feige en Marvel Studios, hubo una reunión con Josh Boone, director de la película, para decidir su destino. Le dieron notas para hacer algunos cambios al material que tenía, y buscó un editor (los que trabajaron en el corte original ya no estaban disponibles) y terminó la película. Se definió una fecha de estreno, pero vino la pandemia, y cambió otra vez los planes. Tras un nuevo cambio de fecha se decidió estrenar en agosto donde fuera posible, y se lanzó en formatos domésticos en noviembre pasado.
La historia sigue a Danielle "Dani" Moonstar (Blu Hunt), una joven cheyenne que sobrevive a la destrucción de la reserva en que vive cuando ésta es aparentemente golpeada por un tornado. Cuando recobra la conciencia está en lo que parece un cuarto de hospital, pero está esposada a su cama. Pronto es informada por la Dra. Reyes (Alice Braga) que fue la única sobreviviente al meteoro, y que está en un lugar seguro. Le informa que es una mutante, y que estará bajo observación mientras aprende a controlar su poder, mismo que aún no saben en qué consiste.
Poco después conoce a los otros cuatro jóvenes internados en las instalaciones, que tras una rápida exploración parecen ser parte de un viejo hospital abandonado. Ellos son Illyana Rasputin (Anya Taylor-Joy), Rahne Sinclair (Maisie Williams), Sam Guthrie (Charlie Heaton) y Roberto da Costa (Henry Zaga). Ellos le informan que más que pacientes, son prisioneros en el lugar, y que la doctora habla frecuentemente de un superior que se encargara de ellos una vez que aprendan a controlar sus poderes.
Dani se entera que todos ellos sufrieron una tragedia cuando sus poderes se manifestaron por primera vez, y se pregunta si lo que pasó en su casa fue culpa suya. Pero pronto todos tienen mayores preocupaciones, pues algunas de sus pesadillas parecen volverse realidad sin una razón aparente, así que tendrán que unir fuerzas y aprender a usar sus poderes si tienen alguna esperanza de sobrevivir y descubrir el secreto que se esconde tras su misterioso cautiverio.
La película es bastante corta (94 minutos, créditos incluidos), lo que sin duda es resultado de la edición realizada sin escenas adicionales. El resultado es una película que, contra todos los pronósticos, está realizada de forma bastante competente, incluso a pesar de que no logra explorar de la mejor manera a sus personajes y a que los distintos elementos de drama adolescente, thriller de suspenso y horror, y película de superhéroes no terminan de complementarse como parte de un todo.
Lo primero que sorprende es que se siente como una producción bastante modesta, sobre todo por tratarse de un spinoff de la franquicia de X-Men, que pese a no tener valores de producción a la par de las cintas del MCU, difícilmente podrían describirse como modestas. La locación aislada y un elenco limitado ayudan a crear un cierto ambiente de claustrofobia que le sienta bien al tono de la historia, pero aún así se siente como un producto a medio terminar.
Las actuaciones en general son bastante sólidas, a excepción de Alice Braga, que no tiene mucho que hacer en la historia, pues su papel como antagonista nunca es explorado a fondo. Quienes tienen oportunidad de lucir más son las tras jóvenes, que fueron un acertado trabajo de casting. Sus personajes se benefician además de tener arcos más completos, en especial Taylor-Joy, y aunque sin duda había espacio para hacer algo más con ellas, su trabajo es uno de los aspectos más satisfactorios de la película.
En muchas entrevistas Boone había expresado su deseo de hacer una película de horror en la que el tema de los superhéroes quedara en segundo plano, y mayormente lo consigue. La atmósfera a la Stephen King que dijo quería recrear está presente en buena parte de la cinta, incluso como tema, pues estos no son adolescentes que estén pensando en usar sus poderes para salvar al mundo, pues en realidad los consideran como una maldición y motivo de angustia sin fin, algo que hemos visto o leído en historias de King.
Es difícil ignorar el hecho de que, sin interferencia, la película pudo haber resultado algo memorable, pues se sabe que Kinberg y el estudio querían que los elementos de horror fueran más contenidos y que se añadiera más drama adolescente para balancearlo, lo que llevó a más cambios y a la participación de media docena de escritores en la realización del guion. La respuesta al primer trailer, que se enfocaba en el horror, llevó a pedir que Boone regresara a su idea original de hacer una película de horror con superpoderes, pero luego vinieron los retrasos.
Al final del día, The New Mutants es una sólida película que baila entre el horror y el drama adolescente que sufre por no haber logrado ahondar en lo primero. Es un producto imperfecto y con muchos problemas, pero aún así representa una experiencia más satisfactoria que Apocalypse o Dark Phoenix, las últimas dos entradas de la franquicia principal de los X-Men, a lo que ayuda las bajas expectativas a su alrededor tras todos sus problemas y retrasos. Recomendada, pero con algunas reservas
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