Hace un par de años se estrenó en Netflix The Witcher, serie de fantasía basada en la exitosa franquicia de libros del polaco Andrzej Sapkowski que también ha engendrado una popular serie de videojuegos. Por alguna razón nunca la comenté por aquí (ya lo enmendaré antes del estreno de la segunda temporada), pero hace unas semanas el mismo servicio estrenó la película animada The Witcher: Nightmare of the Wolf.
La película funciona como precuela a la serie de The Witcher y se estrenó en Netflix el pasado 23 de agosto.
El protagonista principal de la saga de The Witcher tanto en los libros como en videojuegos o en la ya mencionada serie de Netflix es Geralt de Rivia, y la historia en esta precuela cuenta el origen de Vesemir, su viejo mentor, a quien sigue desde su juventud como mozo en casa de un señor feudal hasta la forma en que dejó atrás a su familia y a su amada Illyana para convertirse en un witcher, y narra también su participación en la guerra que llevó a la casi desaparición de estos.
El joven Vesemir conoció a Deglan, su propio mentor, cuando éste puso fin a la posesión que sufría la esposa de su señor. Deslumbrado ante la idea de ganar fortuna como cazador de monstruos, Vesemir se fue con él para someterse al duro entrenamiento y peligrosos ritos necesarios para convertirse en un witcher. Ya como adulto lo vemos disfrutar los privilegios de que gozan los de su clase, aun a pesar de la desconfianza y mala fe que han generado entre diversos sectores de la población.
Justo esa desconfianza es lo que da pie al conflicto. Un grupo de brujas y magos, dirigidos por Tetra Gilcrest, están convencidos que la aparición de nuevos monstruos en el bosque es obra de los witchers, liberados ahí sólo para justificar la continuidad de su vida de comodidades y lujos resultante del oro que cobran por mantener a salvo a las aldeas y ciudades circundantes. Vesemir debe trabajar junto a ella para tratar de demostrar que no es así, pero las cosas se complican y la guerra es inevitable.
En general la historia no ofrece nada que salga de lo esperado de cualquier historia de fantasía épica y los personajes siguen todos los estereotipos del género, pero dentro de lo limitado que eso pudiera parecer, la película hace un gran trabajo para expandir la mitología de la saga, arrojando luz sobre los sacrificios realizados para que alguien se convierta en un witcher, así como la relación que existe entre ellos y los monstruos que persiguen. Explica también por qué quedan tan pocos witchers, e incluso la sombría personalidad de Geralt.
En ese aspecto, me parece una decisión muy acertada que el protagonista de la película sea Vesemir y no otro witcher, porque permite explorar algunos temas en común desde una perspectiva diferente, pues la actitud y visión del mundo que tiene Vesemir son opuestos totales a lo que conocemos de su discípulo. Geralt se diferencia de muchos otros héroes de fantasía justo porque parece ser miserable sin importar su situación, y en ocasiones, más que sus acciones, lo que importa es lo que ocurre a su alrededor.
En cambio Vesemir es alegre y encantador, con un voraz apetito por los placeres de la vida, y esa diferencia en enfoque nos da una perspectiva más amplia del mundo de magia y monstruos en que viven estos personajes. Lo más importante, en términos de desarrollo argumental, es que ambas personalidades son resultado de la traumática experiencia de convertirse en witchers y ver morir a sus amigos que no lo lograron. Uno abraza su dolor y se vuelve parco y amargado, el otro lo oculta bajo su insaciable hambre por vivir.
Me queda claro que la película fue escrita y realizada como un spinoff de la serie protagonizada por Henry Cavill, lo que apunta a ella como una opción poco recomendable para servir como punto de entrada a la franquicia, pero no estoy tan seguro de que ése sea el caso, pues la historia ofrece suficiente información como para entender qué es un witcher y las características principales de la magia que existe en su mundo, e incluso de la estructura política que prevalece ahí, así que tampoco me parece requisito llegar con conocimientos previos.
También ayuda el enfoque adoptado para contar la historia, que se centra en el viaje de un personaje y es uno lleno de acción y aventura. En ese aspecto, es importante señalar que la razón para identificar esta película como animación para adultos es el alto contenido de violencia gráfica, con emocionantes y sangrientas batallas llenas de mutilaciones y muertos, las que dejan de manifiesto el excelente trabajo de Studio Mir, que presenta toda la acción de forma clara y fluida, lo que habíamos visto en otros de sus trabajos.
En resumen, The Witcher: Nightmare of the Wolf es una muy entretenida película que debe ser del agrado de cualquier fan a la fantasía épica, y más aún si les gusta The Witcher en cualquiera de sus versiones. Y si no han visto la serie de Netflix, quizás sean 90 disfrutables minutos que puedan terminar de convencerlos de darle una oportunidad. Sin duda una película animada bastante recomendable.
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