Uno de mis géneros favoritos dentro del cine de ficción criminal son las heist movies, o películas sobre robos, y uno de los directores más apreciados por este tipo de películas es Steven Soderbergh, responsable de la trilogía formada por Ocean's Eleven (La Gran Estafa) y sus dos secuelas durante la primera década de este siglo, así que hace un tiempo que tenía entre mis pendientes Logan Lucky (La Estafa de los Logan), película con la que el talentoso director salió de su "retiro" en 2017.
El proyecto aún conserva cierto misterio, porque no se sabe quién lo escribió. El guion está acreditado a Rebecca Blunt, de quien no se sabe absolutamente nada, aunque existe la teoría de que en realidad lo escribió Jules Asner, esposa de Soderbergh, y que eso se mantuvo en secreto por un tema de relaciones públicas. Como sea, Logan Lucky cuenta cn un elenco estelar que incluye a Channing Tatum, Adam Driver, Riley Keough, Daniel Craig, Seth MacFarlane, Katie Holmes, Hilary Swank, Katherine Waterston y Sebastian Stan, entre otros, y se estrenó en el verano de 2017.
El protagonista principal es Jimmy Logan (Tatum), un ex jugador de fútbol americano colegial que vio truncados sus sueños a causa de una lesión, y trabaja como obrero para una compañía minera. Tras perder su empleo, se entera que su ex mujer (Holmes) y su nuevo marido planean mudarse a otro estado, lo que hará un poco más complicadas las visitas para ver a su hija. Desesperado, Jimmy decide planear un robo y así conseguir el dinero necesario para mudarse mientras consigue otro empleo, e involucra a su hermano Clyde (Driver), quien perdió parte del brazo sirviendo con el ejercito en Medio Oriente.
Su plan es robar la bóveda que almacena las ganancias de los locales de comida y cerveza en el Charlotte Motor Speedway, popular autódromo sede de algunas de las carreras más importantes en distintas categorías de automovilismo. Su plan requiere a un experto en explosivos, así que los hermanos deciden involucrar al mejor: Joe Bang (Craig), quien está sirviendo una condena en la prisión de Monroe, pero eso no debiera ser impedimento para que participe en el golpe. Bang suma a sus hermanos (Jack Quaid y Brian Gleeson) al plan, y los Logan incluyen a su hermana Mellie (Keough) como conductora.
Soderbergh sigue todas las reglas de una heist movie, explicando en términos generales en qué consiste el plan antes de mostrar las etapas de preparación para el mismo y dedicar el tercer acto a su ejecución, con las esperadas complicaciones y sucesos imprevistos que hacen de este género uno de los más entretenidos, y el resultado es una divertida película que mantiene a la audiencia preguntándose que tan estúpidos (o listos) son sus protagonistas, además de mantener al acecho la idea, sostenida por Clyde, de que la familia Logan es víctima de una maldición que en cualquier momento se hará presente.
De una u otra manera, la película se siente como la prima granjera e ignorante de Ocean's Eleven, con un grupo de delincuentes que nada tienen que ver con el sofisticado y glamoroso grupo dirigido por George Clooney y Brad Pitt en aquella saga. a menos que cuenten, claro, que en términos generales se dedican a lo mismo, y que son interpretados por un talentoso y carismático grupo de actores. El resultado es una entretenida película que logra una balanceada mezcla de humor y suspenso, aderezada con un toque de comentario social y un preciso montaje como los que acostumbra Soderbergh.
El plan de Jimmy suena tan simple que es claro que es extremadamente complejo, y es por ello que resulta una genialidad hacer que todos los participantes sigan los estereotipos del redneck estadounidense: ignorantes, con un bajo nivel de educación y propenso a creer toda clase de cosas sin sentido, por lo que aun si es fácil simpatizar con ellos, uno nunca se sacude del todo la idea de que su plan es algo que está por encima de su habilidad para llevarlo a cabo, lo que es el detonante para muchos de los momentos más divertidos de la cinta.
Los problemas de discapacidad física de Jimmy y Clyde combinados con las expectativas de su poca capacidad intelectual, establecida desde los primeros minutos de la cinta, también rompen muchos de los estereotipos más comunes de las heist movies, donde los ladrones suelen ser capaces de superar cualquier reto que se les presenta gracias a su habilidad física y gran inteligencia. Y eso, sumado a una historia cuya trama se siente familiar pero presenta ideas y detalles originales o incluso innovadores, hace que la película resulte tan entretenida.
Igual que con Ocean's Eleven, el nivel de las actuaciones es sobresaliente y resulta esencial para que la cinta funcione. El guion ofrece lo suficiente como para que el espectador se haga una idea de las personalidades de los Logan y los Bang, y sus interacciones, ya sea entre ellos o con otros personajes, enriquece la trama del robo. Hilary Swank y Macon Blair dan vida a un par de agentes del FBI y Sebastian Stan a un piloto de Nascar, e incluso ellos tienen sus momentos. Varios pilotos reales tienen cameos a lo largo de la película, y un par se interpretan a sí mismos.
Algo que me sorprende en muchas películas de Soderbergh es que, además del amplio poder de convocatoria que le permite reunir elencos impresionantes, parece crear un favorable entorno de trabajo, lo que resulta en una química en pantalla que, cuando la historia no es demasiado oscura o incluye humor, permite apreciar que los actores involucrados se estaban divirtiendo por lo menos al mismo nivel que quienes vemos la película, y siempre he sido de la idea de que cuando uno se divierte al hacer su trabajo, lo contagia a la audiencia, lo que hace aún más agradables a este peculiar grupo de ambiciosos perdedores.
La historia refleja experiencias de Tatum, que creció pobre en el sur de la Unión Americana y perdió una beca como jugador de fútbol americano tras lastimarse una rodilla. No sería la primera vez que su vida enriqueciera una película de Soderbergh, pues su experiencia como stripper antes de ser actor fue la base para Magic Mike, película de 2012. Su amistad con los Soderbergh y que Asner sea nativa de West Virginia, donde se desarrolla la historia, apunta a que ella escribió el guion, y si consideramos que su marido fue el editor y cinematógrafo (bajo seudónimos) de la película, creo que es plausible.
Como sea, Logan Lucky es una divertida película que elige no tomarse las cosas demasiado en serio y representa una excelente opción de entretenimiento ligero. Además, si les interesan los aspectos técnicos o les agrada entender cómo narra historias un maestro del medio, el trabajo de montaje y la forma en que Soderbergh usa ángulos y encuadres para ocultar o revelar información de forma orgánica son algo digno de apreciar. Película bastante recomendable.
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