Para ser un director "retirado", Steven Soderbergh ha estado muy activo, y No Sudden Move (Ni un paso en falso), un thriller criminal estrenado hace unas semanas por HBO Max, es su sexta película en cinco años.
Además de dirigirla, Soderbergh se hizo cargo también de la cinematografía y la edición, bajo seudónimos, claro, como es su costumbre desde hace muchos años. La película se estrenó en el Tribeca Film Festival en junio pasado, antes de su lanzamiento oficial como parte del catálogo de HBO Max en julio.
La historia transcurre en 1954 en la ciudad de Detroit, y parte con el misterioso señor Jones (Fraser), que está a cargo de reclutar a tres tipos rudos, Curt Goynes (Cheadle), Ronald Russo (del Toro) y Charley (Culkin), para que irrumpan en casa de Matt Wertz (Harbour), un contador en una empresa automotriz, para tomar como rehenes a su esposa (Seimetz) e hijos (Jupe y Lucy Holt) y obligarlo a ir a su oficina para sustraer un documento de la caja fuerte fuerte de su jefe (Hugh Maguire) con ayuda de la secretaria (Shaw).
Pero las cosas no salen de acuerdo al plan, y Curt y Ronald se ven forzados a improvisar para tratar de salir con vida y quizás ganar algo de dinero en el proceso. Todo apunta a una conspiración en la industria automotriz que involucra a un par de magnates del rubro (Damon y Kevin Scollin), y atrae la atención de Frank Capelli (Liotta) y Aldrick Watkins (Duke), dos mafiosos locales, además de Joe Finney (Hamm), un policía demasiado celoso de su trabajo, quien se interesa en el tema tras la aparición de un cadáver.
Tampoco ayuda que Curt tenga en su poder algo que Watkins quiere y que Ronald sea el amante de Vanessa (Fox), la mujer de Capelli, lo que los pone en la mira de los mafiosos y complica todavía más las cosas. Más traiciones y revelaciones se van desarrollando durante la parte intermedia de la película, lo que lleva a un sorpresivo e inteligentemente planteado desenlace que revela todavía más intrigas y conspiraciones.
En la superficie el guion de Solomon emplea una mezcla de motivos ocultos y errores que se acumulan para construir y avanzar su historia, pero combina esos elementos propios del género con una economía narrativa que sorprende, pues la historia es bastante compleja y hacia la mitad se llega incluso a sentir como demasiado complicada, debido en parte a la cantidad de personajes involucrados, y la incesante avalancha de revelaciones y giros argumentales.
La historia tiene como tema central uno de los favoritos (o al menos recurrentes) en la filmografía de Soderbergh, que es cuestionar las estructuras de poder en distintos campos, y aquí van desde el crimen organizado hasta la industria automotriz y la corrupción en general, además de que incluye una saludable dosis de crítica social con sutiles alusiones al racismo y misoginia propios de la década de 1950. Y no es como si hoy día las cosas hubiera cambiado radicalmente.
Con semejante elenco, no es ninguna sorpresa ver gran cantidad de actuaciones que van de sólidas a sobresalientes, sin importar que tan breves sean las apariciones de algunos personajes, y creo que David Harbour y Brendan Fraser son el perfecto ejemplo, seguidos muy de cerca por Damon y Hamm. Cheadle tiene uno de los roles centrales y lo hace, como de costumbre, de excelente manera, pero en general me parece un destacado trabajo grupal.
A pesar de que el meollo de la trama son las intrigas en la industria automotriz y los extremos a que estaban dispuestos a llegar con tal de no reconocer su impacto negativo sobre la calidad del aire, ese elemento de la historia se convierte en el trasfondo en que se desarrollan una serie de intrigas y conflictos humanos que son sólo el pretexto para explorar temas como ambición, envidia y lujuria con un grupo de personajes que deben pensar sobre la marcha y a veces improvisar sólo para mantenerse a flote.
En ese sentido, me gustó la metáfora planteada en un parlamento temprano en la cinta: "Yo no creé el río, sólo soy quien rema en la balsa. Todos estamos en el río. Algunos reman, otros nadan. Algunos se ahogarán, y otros más sólo tratan de empujar a los demás por debajo del agua". Y es que así es la vida, ya sea que nos dejemos llevar por la corriente o estemos tratando de llegar a la otra orilla, lo más importante para cada quien es no ahogarse en el intento.
Soderbergh hace un gran trabajo con la forma de usar la cámara, jugando con ángulos y encuadres para darle una identidad propia a la película sin que parezca estar experimentando o tratando de hacer cosas nuevas. La mezcla de un guion preciso y bien enfocado con grandes actuaciones, un sólido trabajo de cámaras y una muy efectiva banda sonora dan como resultado una película muy discreta pero jamás predecible o aburrida, lo que bien podría ser una descripción apropiada para mucha de la filmografía de Soderbergh.
No Sudden Move es una interesante adición a un impresionante volumen de obra, y si les gustan las historias de crimen, el noir o neo noir, no se la pueden perder. Absolutamnrte recomendable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario