martes, 28 de septiembre de 2021

Plagi Breslau (Las Plagas de Breslavia, 2018)

Pocos géneros de la ficción criminal son tan populares como las historias de asesinos seriales, y una sólida adición al género es Plagi Breslau (Las Plagas de Breslavia), película polaca de 2018 escrita y dirigida por Patryk Vega inspirada en una serie de populares novelas de crimen del escritor Marek Krajewski, famoso por incorporar en su trabajo elementos de la historia de Breslavia antes de la segunda guerra mundial.

Este thriller criminal toma su título como alusión al nombre dado por el Imperio Prusiano a la ciudad de Breslavia, hoy en Polonia, durante los más de doscientos años que ésta fue parte de Alemania, y que en 1945 cambió a Breslavia cuando se convirtió en parte de Polonia.

La cinta cuenta con las actuaciones de Małgorzata Kożuchowska, Daria Widawska, Tomasz Oświeciński, Katarzyna Bujakiewicz, Andrzej Grabowski e Iwona Bielska. La película se estrenó en Polonia y otras partes de Europa en noviembre de 2018, y Netflix adquirió los derechos internacionales en abril de 2020, cuando la sumó a su catálogo.

La historia está ambientada en el presente en Breslavia, donde la detective de homicidios Helena Ruś (Kożuchowska) descubre un cadáver envuelto en una piel de vaca. Antes de morir la víctima fue marcada con un hiero candente y en su abdomen se lee la palabra "degenerado". La policía todavía no tiene pistas cuando se encuentra con un segundo cuerpo, desmembrado con ayuda de un par de caballos de carreras y con la palabra "saqueador visible en los redtos.

Su superior informa a Helena que enviarán a una agente supervisora desde Varsovia para supervisar la investigación, y así entra en escena Iwona Bogacka (Widawska), una mujer de aspecto serio y desenfadado que de inmediato ofrece una teoría sobre la metodología del asesino serial, que parece estar replicando la purga de criminales que Federico el Grande realizó al anexar a Prusia la región de Silesia, donde estaba Breslau, quien durante seis días seguidos ejecutó a seis criminales para usarlos como ejemplo.

Si su teoría es cierta, habrá cuatro asesinatos más, todos ellos revelados a las 6 de la tarde. Ese mismo día aparece la tercera víctima, ejecutada en público pero con la misma precisión de los crímenes anteriores, dejando un mínimo de evidencia para identificar al responsable. Helena es una mujer hosca que no socializa con nadie, pero conforme avanza la historia descubrimos detalles de su pasado que explican mucho de su carácter, que Iwona parece entender mejor que la gente que trabaja y convive con ella.

La principal fortaleza de la película es el implacable ritmo narrativo impuesto por el director, que recae en los grotescos métodos de asesinato para impactar y cautivar al espectador, sin darle tiempo para respirar o analizar la situación. Y eso es una buena idea, pues la construcción de los crímenes es mínima y someterlos a mayor escrutinio revelaría improbabilidades que se convertirían en una distracción con la posibilidad de sacar de la historia a la audiencia. El resultado es una efectiva y satisfactoria historia de crimen.

Supongo que la comparación más obvia que muchos harán es con Se7en, cinta de 1995 de David Fincher en que Morgan Freeman y Brad Pitt buscan a un asesino serial que comete crímenes basado en los siete pecados capitales, y aunque en términos de historia me parece una comparación apta, el enfoque narrativo es diametralmente opuesto. Donde Fincher opta por un atmosférico tono noir a lo largo de dos horas, Vega apuesta por una narrativa muy gráfica y de alto impacto, con un vertiginoso ritmo que cierra su historia en sólo hora y media.

A pesar de la magra construcción de la historia, Vega se las arregla para imbuir su historia con una no tan sutil carga de comentario social y crear un intrigante personaje en la figura de la detective Ruś, que bajo la dura coraza de rudeza y mal carácter oculta su fragilidad. Conforme se revelan las razones detrás de su peculiar comportamiento y forma de ser, se prepara la explosiva conclusión de la historia, con un último giro de tuerca que deja al espectador pensando que le gustaría volver a visitar este mundo.

A pesar de no ser una historia del todo original y no ofrecer suficiente desarrollo argumental para justificar algunas cosas y hacer que todo tenga sentido, Las Plagas de Breslavia saca el mayor provecho posible a su económica construcción narrativa y representa una atractiva opción para cualquier aficionado a los thrillers de ficción criminal. Película bastante recomendable.

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