jueves, 25 de noviembre de 2021

Moving Pictures, de Terry Pratchett (Discworld 10)

Si no es su primera vez aquí, es muy probable que en algún momento se hayan topado con uno de mis comentarios de las novelas del Discworld o Mundo Disco, la maravillosa y divertida serie creada por el difunto escritor británico Terry Pratchett, quien, sobre todo si hablamos de fantasía, hace muchos años que es uno de mis autores favoritos.

Es probable que el nombre de Pratchett les sea familiar si han tenido la fortuna de ver Good Omens, la serie de TV producida hace un par de años por Amazon Studios y basada en la novela del mismo título (publicada en español como Buenos Presagios), escrita a cuatro manos con Neil Gaiman (otro de mis escritores favoritos), quien fue el showrunner y ahora trabaja en la segunda temporada. Fue justo por esa novela que conocí a este divertido autor a mediados de los 1990.

El año pasado retomé la costumbre de escribir reseñas de películas y libros, así que renové mi viejo y fallido propósito de localizar cada una de las novelas del Discworld que jamás había leído y completar la serie a fin de comentarlas todas.

Muchos se sienten intimidados al enterarse de que hay 41 novelas de Discworld (Mundo Disco), así que es importante aclarar que no se trata de una de esas kilométricas sagas de fantasía épica que parecen no tener fin. Por el contrario, es posible leer casi cualquiera de los libros sin haber leído nada más de la serie, pues cada novela es una historia completa, y aun si hay personajes recurrentes, conocer las historias previas enriquece la experiencia de lectura pero no es un requerimiento indispensable.

La serie toma su nombre del mundo en que ocurren las historias, y se le puede describir como un mosaico de elementos fantásticos y mitológicos que se alimenta por igual de los tradicionales cuentos de hadas y literatura fantasía que de la mitología de diversas partes del mundo. Se trata de un mundo plano y redondo como un disco, lo que explica su nombre, y descansa sobre los lomos de cuatro elefantes que a su vez están parados sobre el caparazón de la tortuga Great A'tuin, que surca el espacio con el mundo a cuestas.

Cada novela es una aventura completa. El humor de Pratchett tiende a la sátira o parodia, pero adora los temas de los que se mofa y la serie entera es una carta de amor a la fantasía. Ya he comentado The Colour of Magic (El Color de la Magia), The Light Fantastic (La Luz Fantástica), Equal Rites (Ritos Iguales), Mort, Sourcery (Rechicero), Wyrd Sisters (Brujerías), Pyramids (Pirómides), Guards! Guards! (¡Guardias! ¡Guardias!) y Eric, primeros nueve libros de la serie, y toca turno a Moving Pictures (Imégenes en Acción), publicada en 1990.

Mis reseñas no incluyen spoilers, y al tratarse de historias completas que funcionan de manera independiente tampoco revelo detalles de entregas anteriores. El único personaje en Moving Pictures previamente aparecido es el bibliotecario, pero tiene un rol menor. Esta novela inicia el ciclo conocido como Revolución Industrial, que incorpora temas modernos, en este caso Hollywood y la industria del cine, un interesante cambio en los temas que suele explorar esta saga.

La historia transcurre en la colina de Holy Wood, a poca distancia de la ciudad más grande y decadente de Mundo Disco, Ankh-Morpork. Al morir el último guardián de la poderosa magia que yace bajo la colina, un viejo poder influye en la creación del octoceluloide, material que permite capturar imágenes en acción para después proyectarlas ante una audiencia, que pronto convierte a Holy Wood en un lugar que atrae gente a la mágica industria de las imágenes en movimiento.

Esto incluye a Cut-Me-Own-Throat Dibbler, un vendedor capaz de vender lo que sea a quien sea que se convierte en un importante productor, además de Victor Tugelbend, estudiante de magia que lleva años evitando graduarse para seguir con su cómoda vida y quien se vuelve el carismático héroe que vence monstruos y conquista a la chica, y Ginger, una atractiva joven con un misterioso secreto ligado a lo que acecha bajo la colina. Aunque ellos lo niegan, la atracción entre Ginger y Victor es obvia.

Victor hace amistad con Gaspode, un sucio perrito sin gracia pero muy inteligente que puede hablar, pero sólo lo hace con Victor, Ginger y otros animales que comparten su talento, todo por temor a lo que otros pudieran hacer si lo descubren. Victor y Gaspode encuentran un portal a las Dimensiones Mazmorra, hogar de antiguos seres de gran poder y enorme maldad que desean cruzar a la dimensión de Mundo Disco y destruirlo por completo, así que Victor deberá emular a los personajes que representa y salvar al mundo.

La novela está llena de toda clase de referencias a la historia del cine y recrea momentos y escenas clásicos del cine de Hollywood, lo que la hace además una atractiva lectura para cualquier cinéfilo, lo que quizás la convierte en un buen punto de entrada para nuevos lectores que no estén familiarizados con la obra de Pratchett.

El humor está al acostumbrado nivel de la serie, pero tiene mayor variedad temática gracias a que las situaciones que se presentan a lo largo de la novela permiten al autor jugar con los temas habituales de la magia y sus reglas en Mundo Disco, además de elementos surgidos del horror cosmogónico de Lovecraft y las ya mencionadas referencias al cine.

Pratchett es un gran satirista que no sólo se mofa de las cosas, sino que al hacerlo invita a reflexionar sobre muchas cosas, a menudo explorando los defectos y virtudes característicos del ser humano al plantear situaciones ridículas que logran disfrazar la verdad oculta entre sus divertidas observaciones y evitan que sus historias caigan en un evidente cinismo que quizás sería igual de divertido, pero a cambio retiene una entrañable honestidad que hace fácil enamorarse de todo lo que el escritor hace con esta saga.

Mundo Disco es una saga que hace una implacable crítica social que hace un divertido análisis de la sociedad humana, y Moving Pictures es un excelente ejemplo de la facilidad de llevar algunas de las características más criticables de la humanidad a un fantástico mundo capaz de divertir al tiempo que nos invita a echar un vistazo a aspectos de nosotros mismos que nos causan cierta incomodidad. Esta recomendable novela es apta para público de todas las edades y debe ser del agrado tanto de aficionados a Discworld como de nuevos lectores.

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