David Mamet es un aclamado y premiado dramaturgo cuyo éxito se tradujo al cine a partir de los ochenta, primero como guionista en cintas como The Postman Always Rings Twice (El Cartero Llama Dos Veces) o The Untouchables (Los Intocables), y después como director en thrillers y dramas independientes. Heist (Asalto) fue la primera de sus películas que vi en el cine, cuando llegó a México a fines de 2002, casi un año después de su estreno en Estados Unidos.
El guion es del propio Mamet y la película cuenta con las actuaciones de Gene Hackman, Danny DeVito, Delroy Lindo, Rebecca Pidgeon, Sam Rockwell y Ricky Jay. Tras pasar por algunos festivales, se estrenó en Estados Unidos en noviembre de 2001, y aunque en taquilla no le fue tan bien como los productores esperaban, al aparecer en formatos domésticos se convirtió en un éxito de culto. El título es un término que se usa para referirse a un robo planeado, y es también como se conoce al género de películas cuya trama gira alrededor de uno.
Joe Moore (Hackman) es un veterano ladrón de joyas que ya contempla el retiro. La película abre con un meticuloso robo a una joyería con ayuda de su equipo, formado por su esposa Fran (Pidgeon), Bobby Blane (Lindo) y "Pinky" Pincus (Jay). Cuando va a ver a su fixer, Bergman (DeVitto), éste se rehúsa a pagarles su parte del botín a menos que hagan un último trabajo que ya habían discutido. A regañadientes Moore acepta, solo para descubrir que tendrán que incluir en el golpe a Jimmy Silk (Rockwell), el sobrino de Bergman.
Moore tiene un talento especial para planear los golpes y acostumbra tener alternativas para cuando las cosas salen mal, así que su primera prioridad es tratar de deshacerse de Silk para, de ser posible, cancelar el golpe e irse del país dejando atrás su pasado criminal, pero tras una sucesión de engaños y traiciones se ve forzado a ajustar su plan para realizar el robo mientras intenta mantenerse un paso adelante tanto de las autoridades como de la gente de Bergman, lo que lleva a curiosos giros argumentales.
Aunque el título de la película parece demasiado simple y genérico, lo encuentro muy apropiado para una película que condensa de gran manera muchos de los elementos más característicos del género. La historia incluye a una brillante mente maestra, secuaces básicos con habilidades específicas, diálogos que parecen sacados de un pulp, planes ingeniosos, engaños y distracciones, además de la infaltable dosis de traiciones que da un sabor especial a las películas de crimen sin importar el tono que adopten.
Lo más característico en el trabajo de Mamet son la construcción de personajes y sus diálogos, y esta película es un buen ejemplo. Aunque la mayoría de los personajes encajan en estereotipos definidos a lo largo de las décadas, el autor se asegura de trabajar las relaciones entre ellos a partir de diálogos e interacciones, lo que da a la película una personalidad que rara vez encontramos en las fastuosas producciones del género realizadas por grandes estudios, y de ahí la importancia de contar con un buen elenco, como en el caso de Heist.
Mamet es aficionado a la magia, y sus películas suelen tener una estructura que recuerda un acto de prestidigitación, con intérpretes que entregan sus diálogos con una convicción y dominio escénico que distrae la atención del espectador de lo que realmente sucede, y eso es lo que hacen Hackman y Lindo como veteranos y fríos ladrones. Eso contrasta con la callada presencia de Jay o la exhuberante manera de hablar de Pidgeon, cuya interpretación se aleja por completo de lo que esperamos de una femme fatale, aun si ofrece resultados similares.
No es raro ver críticas que se quejan de la "falta de realismo" en las historias de Mamet, y siempre me ha llamado la atención. En efecto, nadie en la vida real habla como sus personajes (nadie puede ser tan cool) pero al concentrarse en su forma de hablar ignoran lo que ocurre a su alrededor. En Heist, pese a las elaboradas estratagemas de Moore, sus robos tienen un aire de plausibilidad inusual en el género, y un tiroteo muestra a personajes que actúan como si siempre cargasen un arma pero rara vez tuvieran que usarla mientras alguien les dispara.
En lo personal siempre estaré a favor de una historia bien contada por sobre una que sea realista o fidedigna, y eso me lleva a los diálogos. Como ya dije, nadie en la vida real habla como los personajes de Mamet, pero justo eso hace que cada una de sus películas ofrezca más frases memorables que una docena de producciones de estudio. En ese sentido, DeVitto tiene muchas de las mejores líneas, diseñadas para su enérgica forma de hablar, y las cuales brillan en un par de excelentes intercambios con Hackman.
Esta película parece sacada de una era anterior a la aparición de los grandes efectos especiales o fastuosas producciones con el presupuesto para filmar en locaciones exóticas, y su construcción se basa en ingenio, inteligencia y buenas actuaciones. En la superficie es una historia que hemos visto antes: el viejo ladrón en busca de un último trabajo antes de retirarse, pero no se trata de la historia, sino de la manera en que se cuenta. En parte decidí volver a verla para limpiarme el artificial y superfluo sabor de boca que me dejó Red Notice.
Heist es una inteligente y entretenida historia de ladrones, llena de elaborados planes y traiciones, con un elenco estelar y un escritor que se divierten con lo que hacen y contagian ese entusiasmo al espectador. Es una película inusual, pues algunos de sus momentos más emocionantes son las conversaciones entre sus personajes y no los robos o balaceras, pero el resultado es una sentida y satisfactoria carta de amor al género. Sin duda una película bastante recomendable, y disponible en el catálogo de HBO Max.
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