Taylor Sheridan es un aclamado guionista de Hollywood, famoso por los guiones de Sicario (2015) y Hell or High Water (Enemigo de Todos, 2016), e hizo su debut como director en 2017 con Wind River. Those Who Wish Me Dead (Aquellos Que Desean Mi Muerte) es su segunda película, estrenada de forma limitada en mayo pasado y ahora disponible en el catálogo de HBO Max.
La película está basada en la novela del mismo título de Michael Koryta, y el guion fue coescrito por el propio Koryta en colaboración con Sheridan y Charles Leavitt. La cinta cuenta con las actuaciones de Angelina Jolie, Finn Little, Nicholas Hoult, Aidan Gillen y Jon Bernthal, y tras los problemas de calendario causados por la pandemia, en mayo pasado fue parte de la iniciativa de Warner de liberar sus películas por un mes en HBO Max de forma simultánea a su estreno en cines donde fuera posible, y hace poco se sumó al catálogo del servicio en Latinoamérica.
La historia parte en dos frentes que poco a poco convergen. Hannah Faber (Jolie) es una bombera, parte de los llamados smoke jumpers que saltan en paracaídas al interior de bosques en llamas en busca de las mejores estrategias para cortar el avance del fuego. Tras un siniestro en que el viento le costó la vida a un bombero y Hannah vio morir a un grupo de jóvenes campistas, atraviesa una depresión. Su desinterés en el trabajo y errática conducta hacen que la retiren del servicio activo y la asignan como vigía de una remota torre en medio del bosque.
Mientras tanto, Owen (Jake Weber), un contador forense que vive en Florida, se entera por las noticias de un extraño "accidente" que costó la vida a una familia, y se convence de que su vida corre peligro a causa de algo que descubrió durante un trabajo realizado para el fiscal de distrito. Asustado, huye junto con su hijo Connor (Little), mientras una pareja de despiadados asesinos profesionales (Gillen y Hoult) intentan descubrir su paradero, y determinan que tratará de esconderse en Montana, donde vive su cuñado.
El cuñado de Owen (Bernthal) es un policía de Montana, pero antes de llegar con él son interceptados por los asesinos. Connor se interna en el bosque y encuentra a Hannah, que ofrece ayudarlo. La torre a que fue asignada se quedó sin radio, pero al saber que su vida corre peligro, decide acompañarlo a través del bosque hasta el pueblo más cercano. Los asesinos provocan un incendio forestal como distracción mientras intentan cerrar el cerco alrededor de sus víctimas, y lo que sigue es una historia de intriga y persecuciones.
En los proyectos antes mencionados Sheridan hizo gala de su habilidad para escribir tensos y emocionantes thrillers de suspenso apuntalados por un gran manejo de personajes y dramas personales, pero en esta ocasión su trabajo carece de la misma solidez y parece quedarse a medias en ambos aspectos. La película es vaga con el tema de quién quiere muertos a Connor y su padre o por qué, y eso mina un poco el desarrollo de la historia, pues las vagas alusiones a los muchos recursos a su disposición se sienten demasiado convenientes.
Por otro lado, quizás a insistencia de Koryta, Sheridan intenta agregar personajes y tramas secundarias. Imagino que en la novela tienen un espacio que permite su adecuado desarrollo, pero aquí se sienten como una distracción de la historia. Los bomberos que trabajan con Hannah, más allá de una breve escena que insinúa los lazos de hermandad y solidaridad entre ellos, no tienen mucho que hacer, y la relación de Ethan con su esposa embarazada, pese a un par de buenos momentos, tampoco parecen relevantes a la trama central.
Y es una verdadera lástima, pues la película parecía tener todos los ingredientes para funcionar mejor, con un rol protagónico que parecía hecho a la medida de las principales fortalezas de Angelina Jolie. En los primeros años de este siglo la actriz logró un interesante balance de papeles al alternar películas de acción con dramas que requerían una buena construcción de personajes, así que el papel de Hannah se siente como uno diseñado para mezclar ambos elementos. Y aunque ella hace un buen trabajo, no tiene el soporte necesario.
Hay varias alusiones al trauma que experimentó tras el incendio que aún le provoca pesadillas, pero no hay contexto para la audiencia. Uno asume que Hannah es dura pero impredecible, fuerte pero invulnerable. Un personaje interesante y con mucho potencial que debe lidiar con el daño causado por un incidente de su pasado y a quien se le presenta una oportunidad de redención al poner en sus manos a un niño inocente y desvalido que necesita ser salvado. Como dije, parece un papel perfecto para Jolie.
Si uno está familiarizado con la labor de los smoke jumpers, puede hacerse una idea de la clase de habilidades que requiere ese trabajo, o de ciertos rasgos de personalidad propios de quienes se ganan la vida en esa arriesgada actividad, pero Sheridan ignora la oportunidad de redondear su historia y a su personaje central (además de justificar la aparición de otros miembros de su equipo), así que Hannah habría funcionado de igual modo de haber sido policía o guardabosques, roles bastante más genéricos.
Aunque el joven Little hace un buen trabajo y hay momentos que apuntan a la creación de un profundo lazo entre Connor y Hannah, al final no van a ninguna parte, pues a esas alturas el guion está tan atareado sumando acción y suspenso para cerrar la historia que el desarrollo de personajes pasa a segundo plano, y combinado con los innecesarios saltos entre subtramas (aunque me hubiera gustado saber más de la relación entre Ethan y su esposa) provoca que la película pierda fuerza conforme se acerca a su desenlace.
Al final del día, Those Who Wish Me Dead es un entretenido thriller de suspenso que se sostiene en el buen trabajo de Jolie, pero me deja con la molesta sensación de que un mejor guion pudo resultar en una película mucho más completa y trascendente, quizás de un modo similar a como lo fue en su momento The Hurt Locker. Recomendable, pero con reservas.
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