En lo que va del siglo, el cine oriental ha ganado popularidad en el resto del mundo gracias a historias que rompen los esquemas de la producción hollywoodense que consumimos regularmente, y ha sido refrescante ver las ideas y sensibilidades que aportan al llamado cine de género, ese que lidia con temas de ciencia ficción, fantasía, horror, crimen y suspenso. Las plataformas de streaming digital han sido parte de la "invasión", pues ofrecen acceso a material que de otra forma sería difícil encontrar.
Este thriller de suspenso con tintes de horror psicológico fue dirigido por Lee Chung-hyun y cuenta con las actuaciones de Park Shin-hye y Jeon Jong-seo, y está parcialmente basado en The Caller, película británico-portorriqueña de 2011.
La historia sigue a Seo-yeon (Park Shin-hye), una joven mujer que se muda de vuelta a la casa donde creció mientras lidia con la enfermedad de su madre, internada en un hospital. Durante el viaje pierde su teléfono celular, así que al llegar a casa busca si hay algún aparato que pueda conectar a la línea terrestre, y en un armario encuentra un viejo teléfono inalámbrico que usa para llamar a su propio número e intentar recuperar su aparato.
Poco después recibe una llamada de una joven que parece aterrorizada y afirma que su madre intenta hacerle daño, y aunque la desconcierta, lo descarta como una llamada al número equivocado. Pero las llamadas se repiten y Seo-yeon empieza a notar detalles extraños y traba conversación con la otra joven. Poco a poco se da cuenta de que, de algún modo, las llamadas vienen de la misma casa en que ella se encuentra, pero veinte años en el pasado, y al parecer del mismo aparato que está usando para responderlas.
La joven es Young-sook (Jeon Jong-seo), una huérfana que vive con su madre adoptiva, una "bruja" que acostumbra practicarle ejercicios y quien trata de tenerla controlada la mayor parte del tiempo. Una vez que ambas entienden la inusual naturaleza de sus llamadas, empiezan a compartir cosas, hasta que la idea de prevenir una tragedia les permite darse cuenta de que es posible cambiar la historia, pero conforme se revela la verdad acerca de Young-sook, Seo-yeon empieza a pensar que nunca debió responder esa llamada...
No quiero decir más acerca de la trama porque mucha de la tensión que genera la historia está construida a partir de las revelaciones y giros argumentales que ofrece la trama, y es la clase de cosas que vale la pena experimentar de primera mano y con la menor cantidad de información previa que sea posible. Para fines prácticos la historia usa muchas convenciones de historias de viajes en el tiempo, así que pueden imaginar que las acciones en el pasado y consecuencias en el presente son el motor narrativo de la película.
Además de una trama bien construida y realizada, la película cuenta con excelentes actuaciones de las dos actrices principales, que proyectan de gran manera los miedos y frustraciones de dos mujeres que conectan al hallar similitudes entre sus vidas y desarrollan toda clase de sentimientos encontrados al descubrir las muchas diferencias que existen entre ambas, que llevan a una confrontación a través del tiempo que mantendrá al espectador tratando de adivinar lo que sucederá a continuación.
La idea de cambiar el pasado sin necesidad de viajar en el tiempo no es nueva. El primer ejemplo que recuerdo es Frequency (Desafío al tiempo, 2000), en que padre e hijo (Dannis Quaid y Jim Caviezel) se comunican a través de un radio de onda corta e intentan prevenir un crimen. No la he visto, pero sé que la serie sudcoreana Signal (también disponible en Netflix) lidia con una idea similar, al conectar vía walkie-talkie a un detective del pasado con un criminalista actual, pero me gustó la peculiar dinámica planteada por The Call.
La película tiene una ambientación propia de una película de horror (casa gótica y aislada con rincones oscuros y habitaciones secretas en medio de una campiña poco poblada) que ayuda a dar atmósfera a este tenso thriller, pero el peso dramático cae en explorar la dinámica de familia de ambas mujeres. Más arriba entrecomillé "bruja", porque me parece que el término resulta engañoso, pues tiene más que ver con el shamanismo propio de países de Asia o Latinoamérica, que con la tradición europeo-estadounidense.
La actuación de Jeon Jong-seo es espectacular, y su trabajo es lo que mantiene al límite la tensión a lo largo de la película, que no llega a las dos horas. Me sorprendió un poco descubrir que parece tratarse apenas de su segundo rol estelar luego de Burning (2018), otro drama de misterio que también está en Netflix y tampoco he visto pero ya agregué a mi lista.
Lee Chung-hyun hace un gran trabajo al centrarse en el desarrollo de personajes y establecer las reglas de su trama antes de revelar el conflicto principal, y el resultado es un excelente thriller que no se resuelve hasta el último momento, lo que me recuerda recomendarles que esperen un poco una vez que inicien los créditos finales de la película. Si andan a la caza de algo distinto y les gustan las historias de suspenso, The Call es una excelente alternativa.
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