Por más de una década el género de superhéroes ha probado ser uno de los más exitosos y populares en los Estados Unidos, pero es interesante ver visiones del género de otras partes del mundo. Freaks: You're One of Us (Freaks – Du bist eine von uns) es una película alemana de 2020 coproducida por Netflix. Fue dirigida por Felix Binder sobre un guion de Marc O. Seng, y cuenta con las actuaciones de Cornelia Gröschel, Tim Oliver Schultz y Wotan Wilke Möhring.
La historia sigue a Wendy (Gröschel), una empleada de un local de comida rápida que vive con su esposo (Frederic Linkemann) y su hijo Karl (Finnlay Berger), con deudas acumuladas que amenazan con hacerlos perder su casa. El carácter tímido y retraido de Wendy le impide pedir un ascenso a su mandona y malencarada jefa (Gisa Flake), y pronto descubrimos que por años, desde un incidente escolar en su infancia, ha estado en terapia con la Dra. Stern (Nina Kunzendorf) y medicada de forma permanente.
Tras un encuentro con un vagabundo, éste le dice que sabe que ella es diferente, como él, y la invita a dejar de tomar sus pastillas para redescubrir lo que su doctora y las autoridades le han tratado de ocultar. Indecisa, Wendy lo hace y por accidente descubre que tiene fuerza sobrehumana. Confundida busca al vagabundo, que se llama Marek (Möhring), es invulnerable, y le explica que no son los únicos, que hay muchas otras personas con poderes, y que aquellas que no son medicadas están recluidas en una institución mental.
Todavía indecisa sobre qué hacer con su descubrimiento, Wendy irrumpe en la oficina de su psiquiatra y revisa sus expedientes, que le confirman que varios de sus pacientes toman el mismo medicamento para reprimir sus poderes, incluyendo a Elmar (Schultz), su compañero de trabajo, un joven de familia acomodada que lleva una mala relación con su padre y está obsesionado con las historietas... y con Wendy. Ella no lo sabe, así que le sugiere abandonar su medicamento, y poco después éste le revela que tiene poderes eléctricos.
El joven se obsesiona con la idea de ser un superhéroe y adopta el nombre de Electro Man, pero en vez de buscar formas de usar sus poderes de forma positiva se obsesiona con la idea de volverse famoso, y conquistar a Wendy, claro. Tras un fallido intento por liberar a otros de la clínica donde son retenidos, Marek y Wendy se dan cuenta del potencial peligro que representa Elmar, y deciden dar vuelta atrás y retomar sus vidas, pero la obsesión de Elmar desencadenará una serie de eventos que cambiarán sus vidas para siempre.
La primera mitad de la película es bastante sólida. El personaje de Wendy está construido de tal modo que la audiencia simpatiza de inmediato con ella. Es fácil desear que que pueda usar sus poderes y su nueva fuerza interior para resolver sus problemas y superar las adversidades. El tema de los superpoderes y la forma de explorar el modo en que estos funcionarían en un entorno realista me recordó por momentos al trabajo de M. Night Shyamalan en Unbreakable, pero por desgracia la segunda mitad de la historia pierde el rumbo.
Las historias de perdedores son atractivas porque la audiencia se involucra a nivel emocional con los personajes, y es emocionante ver la transformación de Wendy al descubrir sus poderes. A nivel interno la suya es la historia de alguien débil que de pronto descubre que no hay razón para sentirse intimidado por la vida y todos sus problemas cotidianos. El problema es que una vez que nos muestra ese crecimiento de la protagonista, la historia no sabe que hacer con ella, y termina por convertirse en una sucesión de clichés.
Elmar empieza de forma similar a Wendy pero tiene un arco menos trabajado, y su falta de profundidad lo convierte en un pobre antagonista. Su historia pudo usarse como un paralelo oscuro a la de Wendy y explorar la forma en que la experiencia individual puede alterar el resultado de un viaje similar, pero los realizadores optaron por dejarlo en que él sí requería ayuda psiquiátrica. Incluso ese enfoque habría sido más interesante si explorasen el argumento de que los superhumanos estaban mejor aislados de la sociedad.
Queda la sensación de que el motor narrativo de la historia era explorar el tema de la supresión emocional y la forma en que Wendy la supera, pero una vez que lo hace desaparece todo conflicto dramático, lo que hace que el peso narrativo pase de los personajes a la trama, con lo que la película pierde fuerza. Ni siquiera la gran actuación de Gröschel basta para mantener la historia a flote, aunque el tercer acto tiene algunos momentos brillantes que sólo sirven para poner en evidencia que los responsables de la cinta desaprovecharon una gran oportunidad.
Lo peor es que la película ni siquiera resulta mala. Es imposible esperar que cada nuevo estreno haga algo completamente original, pero el problema es que, al abandonar a la mitad todo lo que la hacía distintiva, se convierte en una génerica historia de origen que ni siquiera abraza del todo la idea de que su protagonista es un superhéroe. Lo que empezó como una entretenida historia de género con tintes de drama social se va diluyendo de forma irremediable, y quizás de no ser por el trabajo de Gröschel y el atractivo soundtrack ochentero, sería aburrida.
Al final, Freaks: You're One of Us es una entretenida pero olvidable película que pudo haber sido más. Como toda historia de superhéroes que se respete, tiene una escena post-créditos, pero se antoja difícil que pudiera ser indicativo de una posible secuela. Recomendable, pero con muchas reservas.
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