Una curiosa tendencia en el cine de acción en años recientes es la de romper con el estereotipo del héroe, y el éxito de Liam Neeson en el género es el ejemplo más obvio. Ahora Bob Odenkirk, actor mayormente conocido por su trabajo en las series Breaking Bad y Better Call Saul, se suma a la moda con Nobody. Aunque tiene más o menos la misma edad que Neeson cuando lanzó la franquicia de Taken, hay que destacar que Odenkirk mide unos 20 cm. menos y es mucho menos corpulento que el popular actor norirlandés.
La historia sigue a Hutch Mansell (Odenkirk), un callado hombre de familia y empleado de oficina que lleva una vida rutinaria, ordinaria y hasta cierto punto aburrida. Trabaja con su suegro (Michael Ironside) y su cuñado, y en casa es mayormente ignorado por su esposa Becca (Nielsen) y sus hijos. Luego de que un par de asaltantes irrumpen en su casa para robar, Hutch deja pasar la oportunidad de detenerlos, lo que deja confundida a su familia y lo vuelve objeto de las burlas de su cuñado y vecinos.
Cuando descubre que los ladrones se llevaron el objeto favorito de su hija, decide hacer algunas pesquisas, y pronto se hace evidente que Hutch no es lo que aparenta. Lo que más desea es hallar el modo de ventilar su frustración, y encuentra el pretexto perfecto cuando un puñado de bravucones ebrios molesta a una chica en el autobús nocturno en que se dirige a casa. Como resultado de ese enfrentamiento, Hutch se encuentra en la mira de la mafia rusa, aunque ellos no imaginan lo que se oculta bajo su fachada de Don Nadie.
Supongo que era importante mencionar que Naishuler, Kolstad y Leitch son las mentes detrás de esta película a fin de que nadie la vea con la idea de tomársela siquiera un poco en serio. A pesar de que no es una comedia, la historia está llena de momentos de humor negro, y la violencia es tan gráfica y exagerada como uno esperaría del equipo creativo detrás de John Wick, Hardcore Henry o Atomic Blonde, lo que supongo que se puede resumir diciendo que esta película es justo la clase de cosa que gustará a quienes disfrutan esta clase de cosas.
Aunque la capacidad interpretativa de Odenkirk no es ninguna sorpresa pues lo hemos visto encarnar de gran manera a toda clase de personajes, dudo que alguien lo viera como una opción viable para ser un héroe de acción, pero aquí demuestra que una fuerte presencia escénica no implica fortaleza física, y hace su trabajo con una convicción que no deja duda de que se trata de un hombre tan capaz de llevar una rutinaria vida como hombre de familia como de pelear de forma implacable contra asesinos profesionales.
El resto del elenco también hace una labor sobresaliente, incluso a pesar de que algunos personajes no tienen suficiente tiempo en pantalla como para apreciar su labor. En particular me hubiera gustado ver más de Connie Nielsen como Becca y quizá entender mejor su relación de pareja, o explorar la dinámica de trabajo con Ironside en el papel de su suegro. RZA y Christopher Lloyd merecen una mención especial por lo que aportan a la historia, sobre todo porque refuerzan el tono general de la película.
Aunque el género de acción suele dejar que la construcción de mundo sea algo secundario y la historia suele verse sólo como un pretexto para hilar secuencias de acción, el guion de Kolstad hace un buen trabajo y da a Nobody una inesperada inteligencia que evita que la película sea una de tantas que carecen de identidad propia, desde pequeños momentos que establecen la personalidad de Hutch o sus rivales, hasta creativos montajes que además de crear contexto ayudan a establecer el tono de la historia.
Esas escenas permiten que Odenkirk establezca los manerismos característicos de Hutch antes de que la acción adopte un ritmo implacable y de creciente intensidad, y la forma en que el personaje aborda sus más violentas actividades se alimenta de algunas de esas características. Lo mismo aplica, aunque en menor medida, al personaje de Yulian, un capo de la mafia rusa responsable por cuidar la riqueza de sus socios y quien decide iniciar una vendetta personal en contra del aparentemente inocuo hombre de familia.
Una vez establecido el tono de la historia y luego de la primera secuencia de acción (una memorable pelea a bordo de un autobús), la película cobra un ritmo que parece ir en aumento constante antes del climático enfrentamiento entre Hutch (con un poco de ayuda de su familia) y los rusos, y el resultado es una película muy disfrutable que se siente incluso más corta que los 90 minutos que dura en realidad. Por fortuna, y a excepción de una secuencia, Naishuller contiene su tendencia a sobreextender algunas escenas.
Aunque me hubiese gustado que los primeros minutos de la película trabajaran un poco más los personajes de Becca y sus hijos a fin de que no se sintieran sólo como un plot device, el mero pretexto para hacer que Hutch rompa la rutina y revele la verdad sobre quién es, mantenerlo al mínimo refuerza la economía narrativa de la cinta, que mantiene una historia compacta y bien enfocada, lo que es una de las características más efectivas y apreciadas en la franquicia de John Wick, sobre todo en la primera entrega.
Esa economía narrativa significa que, a diferencia de otras cintas recientes del género, que exploran tramas rebuscadas y en ocasiones demasiado complejas para su propio bien, Nobody deja que la historia se apoye en una sólida construcción de escenas y un exquisito trabajo de coreografías en todas sus secuencias de acción, ya sean peleas cuerpo a cuerpo o espectaculares balaceras, optando por hacer bien las cosas dentro de una estructura conocida en vez de tratar de romper el molde sólo porque sí.
Me gustó que la película dejara abierta la posibilidad de una secuela, pues este mundo y personajes ofrecen posibilidades que valdría la pena explorar mejor. Además, dado el tono de la historia y la construcción de mundo realizada por Kolstad y Naishuller, tampoco me molestaría ver un crossover con John Wick, pues en general me parece que sería menos complicado hacer que funcionara que la comentada posibilidad de ver a John cruzar caminos con Lorraine Broughton, la protagonista de Atomic Blonde.
Nobody es una inteligente y entretenida película de acción con suficiente violencia como para satisfacer a los aficionados más exigentes, pero sin llegar a niveles que puedan escandalizar al espectador casual. Se trata de una refrescante y disfrutable inyección de adrenalina que saca provecho al carisma y capacidad actoral de su protagonista para crear algo que se siente nuevo y original sin necesidad de hacer cosas radicales. Sin duda una opción bastante recomendable para cualquier aficionado al cine de acción.
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