viernes, 17 de diciembre de 2021

Interview with the Vampire (Entrevista con el Vampiro, 1994)

Durante octubre pasado comenté varias películas de horror, y me di cuenta de la gran cantidad de historias de vampiros que he visto y de las muchas que aún tengo pendientes, así que decidí seguir adelante con los "viernes de vampiros". Mi lista es tan larga que espero comentar una cinta de vampiros cada semana a lo largo de todo el próximo año, por lo menos. Interview with the Vampire (Entrevista con el Vampiro, 1994) ya estaba contemplada, pero con la reciente noticia de la muerte de Anne Rice, decidí adelantarla.

No fue fácil llevar a la pantalla la clásica novela gótica de 1976, pero al final, con Neil Jordan (The Crying Game, Byzantium) como director y con un guion adaptado por la propia escritora, la película se filmó a fines de 1993. Actúan Tom Cruise y Brad Pitt, rodeados por un sólido elenco que incluyó a Antonio Banderas, Stephen Rea y Christian Slater, además del debut de Kirsten Dunst, que al momento de filmar tenía apenas 11 años de edad.

La película se estrenó en noviembre de 1994, y a pesar de recibir críticas encontradas, su éxito en taquilla fue inmediato, y al concluir su exhibición había recaudado nivel global recaudó casi cuatro veces su presupuesto original.

La historia parte cuando Daniel Molloy (Slater), un reportero de San Francisco, acude a una cita con un misterioso individuo que le promete una gran historia. El extraño se presenta como Louis de Pointe du Lac (Pitt), y afirma ser un vampiro convertido en 1791 por Lestat de Lioncourt (Cruise). A partir de ahí la historia muestra los sucesos narrados por Louis, con ocasionales cortes para mostrar las reacciones de Molloy o atender las preguntas que le surgen durante la conversación.

El relato se enfoca a la relación entre Louis y Lestat, explica el tiempo que pasaron juntos, primero en América y después en Francia, y las experiencias de Louis al abrazar su nueva inmortalidad. e ahí pasa a los conflictos que surgen entre ambos, que llevan a Lestat a convertir en vampiro a Claudia (Dunst), una niña, para tratar de retener a Louis a su lado. Esto provoca un conflicto con algunos vampiros más antiguos, como Santiago (Rea) y Armand (Banderas), que termina en tragedia.

Hacía muchos años que no veía esta película, y aunque me sorprendió ver que no ha envejecido mal y es, de hecho, mejor de lo que recordaba, mis principales problemas con ella siguen siendo los mismos que los que encontré la primera vez que la vi en cine. Parte del problema es que descubrí las novelas de Rice pocos años antes, y tenía ciertas expectativas sobre lo que vería en una adaptación de la historia. La inexperiencia de Rice en medios audiovisuales también fue factor para que algunas cosas no funcionaran.

Escribir el guion fue una de las principales exigencias de la autora, así que encuentro un tanto extraño que ella misma haya dejado de lado algunos de los mejores aspectos de su novela. Una de las grandes fortalezas del libro es el viaje de autodescubrimiento y cuestionamientos existenciales de Louis al volverse inmortal, así como el conflicto moral que representa para él tener que matar a otros para subsistir, y en la película todo eso pasa a segundo plano para enfocarse en explorar al personaje de Lestat.

Y eso nos lleva al mayor problema de la película: el casting. Lestat es un personaje fascinante y se entiende que Rice y los realizadores quisieran darle más relevancia, pero Tom Cruise no era el actor indicado para interpretarlo. Circulan muchas historias, y de acuerdo con algunas versiones, Cruise iba a interpretar a Louis y un actor más veterano daría vida a Lestat. Se dice que quizá Rutger Hauer, pero no sé si sea cierto. Creo que cambiar los roles, con Pitt como Lestat y Cruise como Louis, hubiera sido una mejor alternativa.

Aun así, la película se sostiene bastante bien, sobre todo gracias al buen trabajo de dirección de Jordan, que a lo largo de su carrera ha mostrado afinidad con algunos temas de la historia original, como la idea de explorar la vida de aquellos que se ven rechazados por la sociedad y deben vivir marginados, o los efectos de la culpa, sobre todo en alguien con formación católica o religiosa. Para recrear la atmósfera gótica de la historia, Jordan reclutó los servicios del reconocido director de arte y diseñador de producción Dante Ferretti.

Un aspecto que me sorprendió un poco porque no recordaba que ése fuera el caso es lo sangrienta que es la película, sobre todo en los primeros quince o veinte minutos. Supongo que en un mundo en que existen las películas de Twilight (Crepúsculo), nuestra idea de una versión demasiado "rosa" de los vampiros es muy distinta a la que teníamos hace un cuarto de siglo. O quizás simplemente sea otro caso de reaccionar de forma excesiva a una pieza de entretenimiento que no se ajusta a nuestras expectativas.

En todo caso, abrir la película con tanta sangre mientras Louis narra el salvaje frenesí con que él y Lestat se alimentaban en aquellos primeros días es parte importante de lo que Jordan intenta hacer con la película: convencer al espectador de que los vampiros y la secreta hermandad que los une alrededor del orbe podrían existir sin mayor problema en un mundo como el nuestro. En general tiene éxito y eso es lo que permite que uno deje pasar aquellas cosas que no funcionan.

Sobre el trabajo de Cruise como Lestat, quiero aclarar que no me parece del todo malo, aunque deja la sensación de que no proyecta de forma creíble todos los aspectos que hacen de este vampiro uno de los personajes más fascinantes de la ficción popular de las últimas décadas. Conforme avanza la cinta uno se acostumbra a su trabajo, pero nunca pasa de ser aceptable, y dado el peso que la historia pone en su figura, su interpretación parece amarrar y limitar el desarrollo de la cinta.

Cabe aclarar que al principio Rice se opuso pública y vocalmente a que Cruise interpretara la parte. Después cambió su discurso, pero quizás ella misma predispuso a mucha gente a no dar un voto de confianza a la estrella. En todo caso, ésa no fue la única decisión controvertida en el elenco. En lo personal creo que el trabajo de Antonio Banderas como Armand echa por tierra algunos de los aspectos más interesantes del personaje, pues en la novela era un adolescente de apariencia angelical, lo que contrasta con muchas de sus acciones.

En cuanto al guion, la pobreza de los diálogos y lo diluido de los personajes le ganó críticas a Rice, pero se sabe que el mismo Jordan reescribió partes del guion, condición que puso para aceptar dirigir la película, incluso si no recibía crédito. Además, Rice, temerosa de las reacciones homofóbicas que la película podía enfrentar, había cambiado el género de Louis, así que cuando de último momento se decidió mantener al personaje como un varón, algunas escenas debieron reescribirse sobre la marcha.

Eso me hace pensar que hubo más gente que metió mano al guion, aunque por cuestiones contractuales sólo Rice podía recibir crédito. La película tiene momentos en que el tono varía de forma tan drástica que uno se pregunta que tanto de lo que vimos se creó en el cuarto de edición reciclando material que en principio tenía otra intención. Hay partes que se sienten como una convencional historia de horror, y tiene momentos de farsa que amenazan con convertirla en comedia, pero en general es un prolijo drama de época.

Siento que tratar esta historia como un drama era la decisión correcta, además de que eso se alinea con muchas de las fortalezas de Jordan como director. Por otro lado, esa misma elección de interpretar la historia como un drama hace evidente la falta de profundidad de Louis y algunos personajes secundarios, además de que pone en evidencia muchas de las limitaciones interpretativas de Cruise, a las que no ayuda en lo más mínimo tener diálogos que se sienten forzados.

Como resultado, la película funciona mejor cada vez que Lestat desaparece de la escena. Por el contrario, el trabajo de Dunst como la chica que envejece por dentro pero conserva su apariencia infantil es excelente, y Pitt hace una sólida labor como un alma atormentada por la culpa. El propio Banderas, a pesar de mi queja antes expresada, hace un buen trabajo como el líder de los vampiros de París, pero la suma de las partes se siente como un mosaico que no termina de funcionar como un todo.

Interview with the Vampire es una imperfecta pero interesante adición a la mitología vampírica del siglo XX, y pese a sus muchas fallas y limitaciones, ofrece suficientes momentos bien logrados como para representar una opción bastante interesante y recomendable para cualquier aficionado al género. En México y el resto de América Latina es posible ver esta película a través de HBO Max.

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