El 5 de junio de 1962 apareció en Estados Unidos Amazing Fantasy #15, y en su interior, en una historia de once páginas, hizo su debut Peter Parker, un héroe distinto a todo lo conocido hasta entonces: Spider-Man. La misma historia, obra de Stan Lee y Steve Ditko, introduce a otros personajes importantes de la mitología de este héroe, incluyendo a May y Ben Parker, Flash Thompson y Liz Allan.
Por lo mismo, fue también la primera vez que existía un héroe con quien los lectores se pudieran identificar con tanta facilidad, pues antes de su aparición era impensable ver a un héroe preocupado al tener que lidiar con temas como la escuela, la ansiedad adolescente o buscar un empleo, además de que tenía toda clase de problemas cotidianos.
La importancia histórica de este cómic es innegable, pero durante mucho tiempo los originales estuvieron perdidos. Fue hasta los años 80 que Marvel implementó un programa para catalogar las páginas originales que conservaban en sus archivos, y gracias a ese inventario se descubrió que había muchos faltantes de singular importancia, incluyendo números históricos como Fantastic Four #1, Hulk #1 y Amazing Fantasy #15. Durante décadas las editoriales se rehusaron a entregar los originales a los artistas, pues tenían la idea de que eran de su propiedad y no tenían obligación de devolverlas.
Con el tiempo el tema fue analizado y se determinó que en realidad pagaban por el derecho a usarlas, pero la propiedad física de cada página era de quienes las habían elaborado. Existe evidencia anecdótica de que en los años 60 y 70 muchas páginas de arte original fueron regaladas, repartidas o incluso destruidas, así que por mucho tiempo se creyó que ese material no volvería a ser visto. Pero las cosas cambiaron en la primavera de 2008, cuando un donador anónimo entregó 24 páginas originales de Amazing Fantasy #15 a la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, incluidas las once que cuentan el origen de Spidey.
Las páginas son de un tamaño mayor al usado en el arte original moderno. Fueron realizadas en papel de 15x21 pulgadas (38x53 cm), a diferencia de estándar actual de la industria que es de 11x17 pulgadas (28x43 cm). La historia nos muestra la transformación de Peter Parker, un nerd de preparatoria, en Spider-Man. En esas once páginas es mordido por una araña radiactiva, descubre sus nuevos poderes, y elabora su telaraña y disfraz. Al final de ese primer capítulo, se leen las líneas que desde entonces definen al personaje: "Con un gran poder viene también una gran responsabilidad".
De acuerdo con Sara W. Duke, curadora de arte popular y gráfico aplicado, quien trabaja en la división de impresos y fotografías de la Biblioteca del Congreso, el antiguo propietario dijo que antes de donar las páginas había contactado a Ditko para ofrecérselas, pero el artista declinó, pues le dijo que eran suyas y podía hacer con ellas lo que le viniera en gana. Según parece, esta persona recibió las páginas como un regalo, pero no por decisión de Ditko ni de manos del artista. De acuerdo con Duke, se eligió a la Biblioteca del Congreso como repositorio porque el donador quería que fueran preservadas.
Sobre lo que representa que las páginas formen ahora parte de su acervo, esto fue lo que dijo en su momento:
"Museos de cómic van y vienen, pero la Biblioteca del Congreso lleva doscientos años aquí. La donación de estos maravillosos dibujos es un precioso regalo para el pueblo estadounidense. La oportunidad de ver el arte original tras las historias publicadas será en beneficio tanto de lectores de cómics como de académicos interesados en la cultura popular. Ver estos dibujos inspira una nueva apreciación por la habilidad del artista y sus elecciones de diseño, e incrementa nuestra comprensión de cómo un superhéroe creado para atraer al público adolescente se convirtió en un ícono cultural con atractivo universal".
Varios periodistas han tratado de entrevistar a Lee y Ditko sobre el tema. El artista se negó a dar entrevistas o comentar el tema, y sobre ir a ver las páginas, dijo que no podía importarle menos. Lee dijo que no creía ir, pues además de tener mucho trabajo, ya las conocía y prefería pasar tiempo en el presente y no en el pasado. Aun así, reconoció la importancia de que el material sea preservado, y expresó arrepentirse de no conservar sus guiones originales. "Desearía tenerlos conmigo, pero ¿quién piensa en guardar esas cosas? Me parece genial que el arte de los cómics sea lo bastante importante como para estar en la Biblioteca del Congreso".
Robert K. Elder, periodista de The Comics Journal, ha visto las páginas en un par de ocasiones, y en 2008, cuando escribía para el Chicago Tribune, entrevistó a Lee e intentó hacerlo con Ditko, quien no quiso hablar con él. Una de sus preguntas se debía a que notó que en la primera página había un parche sobre el logo original. El logo anterior decía "Spiderman" sin el guion intermedio, y usaba una tipografía llena de telarañas. Curioso, preguntó a Lee acerca del cambio. Esto fue lo que el escritor le respondió.
"Ah, es algo muy simple. Cuando vi el rotulado, pensé que podía leerse como 'Superman', y no quería que la gente se fuera a confundir entre ambos nombres. [Y en cuanto a la fuente con telarañas] me pareció que era demasiado rebuscada, lucía saturada".
Blake Bell, autor del libro Strange and Stranger: The World of Steve Ditko, habló de la relevancia histórica de las páginas y de la importancia de que se preserven en un lugar donde puedan ser visitadas por el público en general.
"Es arte importante. Ése fue el cómic más revolucionario desde las primeras historias de Superman y Batman. Se trató de algo que puso de cabeza al medio. Fue el primer título que en verdad intentó capturar la realidad de lo que pasaría si un ratón de biblioteca obtuviera estos poderes. Fue algo que sentó el tono para muchos cómics que vinieron después".
Duke ha compartido detalles de la donación. Afirma que el antiguo dueño ofreció incluir pruebas de que eran los originales, pero no fue necesario. Apuntó que a veces hay que tener cuidado con material similar, pues hay demasiadas páginas de cómic dispersas por el mundo, y suele haber controversia sobre cómo llegaron al mercado. Recalcó también que su valor, más allá del icónico papel de Spider-Man en la cultura popular, radica en que son una rareza, pues material antiguo de cierta importancia es algo muy escaso en estos días. "No creo que ninguno de estos tipos haya pensado que habría gente que desearía coleccionar su trabajo", dijo.
Cuando la cuestionan sobre la identidad del donador, Duke se rehúsa a comentar al respecto, y más de una vez ha dicho que es un secreto que se llevará a la tumba. También ha descartado la idea de que la misma persona tenga planes de hacer más donaciones a la Biblioteca, pues a lo largo de los años se ha especulado que puede ser alguien que tenga en su posesión más material "perdido" de Marvel. Afirma que ésa fue la única vez que habló con la persona, y que no tiene razones para pensar que volverá a verla.
En los primeros años desde que se dio la noticia, hubo especulaciones sobre la identidad del anónimo donador, pero con el tiempo el tema perdió importancia. Quizás nunca sabremos quién tuvo esas páginas en su poder, cómo llegaron a sus manos, o las circunstancias que le llevaron a donarlas a una institución pública. Y tal vez eso sea lo menos importante. Lo que cuenta es que ahora esas históricas páginas son cuidadas en una institución que ya las digitalizó y ofrece al público en general la posibilidad de estudiarlas y consultarlas.
¿Alguna vez han leído la historia original? ¿Qué tan importante creen que sea Spider-Man en la cultura popular del mundo?
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