Uno notorio cambio en nuestro consumo de entretenimiento causado por la popularización de plataformas de streaming es la facilidad para acceder a material de otras partes del mundo, sobre todo Asia, que años atrás era muy complicado. Netflix tiene alianzas con varias productoras de Corea del Sur, así que ofrece en su catálogo gran cantidad de contenido de ese país. Un género bastante popular allá es el horror, y Dulce Hogar (스위트홈 - Sweet Home) es una exitosa serie de diez episodios que lo ejemplifica bien.
Basada en un popular webcomic con más de 2.5 millones de suscriptores, obra de Camby Kim y Hwang Young-chan (que pueden leer en español en Webtoons) y producida por Studio Dragon con apoyo de Netflix y Production Plan, la serie cuenta con las actuaciones de Song Kang, Lee Jin-wook, Lee Si-young y Lee Do-hyun, entre otros. La primera y hasta ahora única temporada consta de diez episodios, y difiere del cómic en varios aspectos, además de que se realizó antes de que éste concluyera. Se estrenó en Netflix en todo el mundo en diciembre de 2020.
Tras perder a su familia en un trágico accidente, Cha Hyun-su (Song Kang) se muda a un apartamento en el complejo habitacional Verde Hogar. El lugar parece tranquilo, pero él no convive con nadie, lo que resulta una buena idea porque poco después aparece una infección que transforma a la gente en toda clase de temibles monstruos muy difíciles de matar. Alguien encerró a los habitantes del edificio, quienes deben organizarse para racionar víveres y tratar de protegerse de los monstruos dentro y fuera del edificio.
La serie explora las relaciones y fricciones que se dan entre el peculiar grupo de vecinos obligados a trabajar juntos, muchos de los cuales ni siquiera se conocían antes de que sucediera todo esto, y lidia con los peligros que enfrentan para salir de sus propios departamentos antes de mudarse a las áreas comunes en la planta baja. El misterio sobre el origen de la infección o los en apariencia aleatorios efectos que tiene en distintas personas en un misterio que persiste a lo largo de los diez episodios, y es siempre secundario al drama interpersonal.
Quizás al personaje que mejor llegamos a conocer a lo largo de esta temporada es el de Hyun-su, aunque hay varios otros que reciben su momento cuando ya sea a través de flashbacks o de conversaciones entre ellos nos permiten dar un vistazo a los sucesos en su pasado que los convirtieron en la clase de personas que son, lo que es una buena forma de desarrollar a los personajes para enfatizar la dinámica que existe entre ellos y dar énfasis a los conflictos que se presentan cada vez que hay diferencias de opinión o se necesita llegar a un consenso.
El primer episodio es una tensa presentación del caos que se desata al aparecer los primeros infectados y la amenaza que representan para el resto de la población, pero el segundo mete el freno para explorar el edificio e introducir a algunos de los vecinos, lo que crea la sensación de estar viendo una historia común sobre un apocalipsis zombi, aunque en este caso los no-muertos se convierten en extrañas criaturas con distintas habilidades. Por fortuna la serie encuentra pronto una identidad propia, aun si el resultado es un tanto disparejo.
Concentrarse en los personajes y explorar tanto sus conflictos internos como los que tienen con quienes les rodean resulta acertada, y combinada con un elenco que da vida a un diverso grupo de personajes interesantes mantiene la serie avanzando, incluso luego de que las secuencias de horror van pasando a segundo plano hasta casi desaparecer por completo. Esto se da al mismo tiempo que la serie ofrece una idea sutil pero no por ello menos perturbadora: no es necesario infectarse o sufrir una transformación para ser un monstruo.
Los efectos visuales son obra de varios estudios que han realizado trabajo para grandes producciones de Hollywood, pero son bastante disparejos. Ver una mezcla de stop motion con prostéticos y efectos digitales que no siempre se integran de la mejor manera puede ser una distracción, así que esa es otra razón por la que resulta afortunada la decisión de enfocarse en los habitantes del edificio y no tanto en los monstruos o las escenas de acción y pelea cada vez que alguno de ellos ataca.
El elenco en general (o al menos aquellos que tienen líneas y una historia propia) hace un gran trabajo al dar vida al grupo de sobrevivientes, lo que permite que el espectador se involucre a nivel emocional con algunos de los personajes y llegue a preocuparse por lo que suceda con ellos, algo esencial en esta clase de historias, sobre todo luego de decidir que la acción y horror corporal serían cuestiones secundarias. Los conflictos de familia y las explosiones de egoísmo mantienen en movimiento la dinámica de grupo y el avance de la trama,
El cierre de la serie resulta un tanto polémico, pues plantea nuevos misterios y cierra con un cliffhanger, lo que me lleva a pensar que existe la intención de crear una segunda temporada, incluso si a medio año de su estreno aún no hay noticias oficiales acerca de la renovación de la serie. La decisión de dejar el final abierto es aun más interesante si consideramos que los autores del webcomic prefirieron seguirlo con una precuela en lugar de una secuela, pero eso también tiene que ver con la forma en que ellos cerraron su historia en un medio distinto.
Al final, Dulce Hogar es una serie de drama y suspenso con tintes de horror que puede ser del agrado de aquellos que gustan de algo más que gore y violencia en sus historias, aunque también tiene bastante de esos elementos. Serie recomendada para los aficionados al género, y con algunas reservas para el público en general.
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