No es extraño construir historias alrededor de la música, ni es algo exclusivo de biopics y musicales. Hace un par de años, Yesterday, de Danny Boyle y con música de The Beatles, fue un éxito alrededor del mundo, aunque me decepcionó bastante. Ese mismo año se estrenó, con mucha menos fanfarria, Blinded by the Light (La música de mi vida), en la que Gurinder Chadha y Sarfraz Manzoor usan la música de Bruce Springsteen como hilo para tejer una emotiva historia sobre crecimiento y búsqueda de identidad al seguir nuestros sueños.
Manzoor es un respetado periodista que en 2007 publicó un libro de memorias bajo el título de Greetings from Bury Park: Race, Religion and Rock N' Roll, donde habla de su juventud en el pequeño pueblo de Luton y la forma en que la música de Bruce Springsteen lo inspiró a seguir sus sueños y convertirse en escritor. Chadha, que también es fan del popular cantante de Nueva Jersey, quería convertir el libro en película desde que lo leyó, así que ambos colaboraron en un guion que logró la aprobación del equipo de trabajo del cantante.
En vez de limitarse a retratar las memorias de Manzoor en una película biográfica, escritor y directora desarrollaron una historia que crea a un personaje ficticio al que dan una experiencia similar al descubrir la música de "El Jefe", y construyen a su alrededor un retrato de lo que era la vida para los inmigrantes asiáticos en la Gran Bretaña de finales de los 1980, cuando las políticas de Margaret Thatcher dieron pie a la aparición de intolerantes y racistas grupos de extrema derecha, causando una profunda división entre los habitantes de aquel país.
La historia transcurre en 1987 en Luton, Inglaterra, un pueblo unos kilómetros al norte de Londres. Javed (Viveik Kalra) es un tímido adolescente musulmán de ascendencia pakistaní. En medio de la recesión su familia pasa apuros económicos, lo que provoca un elevado nivel de tensión en casa, exacerbado por la conservadora actitud de su padre (Kulvinder Ghir), que no permite que Javed o sus hermanas tengan vida social o se diviertan como los chicos de su edad, situación que el joven encuentra cada vez menos tolerable.
Javed oculta a sus padres casi todas las facetas de su personalidad, empezando por sus sueños de ser escritor. Matt (Dean-Charles Chapman), su único amigo, canta en un grupo de New Wave y Javed le escribe letras. Su maestra (Hayley Atwell) lo alienta a escribir, pero su inseguridad no se lo permite, al menos hasta que conoce a Roop, un chico sikh que le presta un par de cassettes de Bruce Springsteen. Al fin de un día frustrante, Javed pone uno en su walkman y se sorprende al descubrir que las canciones de El Jefe reflejan sus propias ideas y frustraciones.
La revelación de que un cantante estadounidense de una generación anterior pueda hablarle de forma tan directa a él, hijo de inmigrantes musulmanes en otro país, le vuela la cabeza y se convierte en una obsesión. Javed cambia su forma de actuar y vestirse, su peinado y su actitud ante la vida. Muestra sus poemas a su maestra y empieza a escribir para el diario escolar, e incluso reúne el valor para invitar a salir a Eliza (Nell Williams), una joven activista a quien conoció en su clase de inglés.
La película funciona en varios niveles. No sólo es una historia acerca de volverse adulto y hallar su lugar en el mundo, sino que habla del poder que nuestros gustos, ya sean en música, películas, libros o cualquier otra cosa, pueden impactar nuestra vida, la experiencia de descubrir en el momento correcto algo que hable de tus sueños e inquietudes, de convertirse en fan de algo de forma tan completa que cambia tu forma de ver el mundo. Y no sólo eso, sino que se da tiempo para recrear un momento social que se siente relevante por las similitudes con el mundo actual.
Fanatismo como el de Javed suele ser motivo de burlas, pero creo que estas vienen de gente que nunca vivió la experiencia de disfrutar algo de modo tal que se vuelve parte importante de tu vida, algo que quisieras compartir con el resto del mundo y que suele forjar amistades de por vida si hallas a otros que comparten tu pasión por algo. Es la clase de experiencia que cobra mayor fuerza en la adolescencia porque es impulsada por una inocencia y pureza que un adulto ya no tiene, y me queda claro que es algo que Manzoor y Chadha comparten.
A veces, al preocuparse por llenar con música la película, se corre el riesgo de que la banda sonora sea sólo un acompañamiento musical, lo que en ocasiones puede convertirse en una distracción, haciendo que la historia o los personajes pasen a segundo plano, algo que me parece es muy notorio en películas como Yesterday o Bohemian Rhapsody. Chadha evita que le suceda lo mismo al usar las letras en sustitución de algunos diálogos, además de mostrarlas en pantalla durante algunas secuencias, rodeando o envolviendo a Javed mientras absorbe las palabras.
Al igual que en sus películas anteriores, la directora da un lugar importante en la historia a la experiencia de crecer como inmigrante o hijo de inmigrantes. Ya sea en una historia original como Bend It Like Beckham (Jugando con el Destino), una reinterpretación de un clásico como Bride and Prejudice, o la adaptación de la experiencia de alguien más, como es el caso de Blinded by the Light, la realizadora busca experiencias comunes para crear un sentido de pertenencia e integración más allá de la tolerancia, pero sin cegarse a la realidad de la xenofobia y prejuicios.
Otro tema importante en la película es el de la brecha generacional, presente no sólo en la relación entre Javed y su padre, sino también entre Matt y el suyo, que parece llevarse mejor con Javed, o entre Eliza y sus ultraconservadores padres, y que es explorado desde las cosas más insignificantes, como los chicos que piensan que Springsteen es música para sus papás, hasta cuestiones más fundamentales, como el miedo de los padres a que sus hijos olviden sus valores y tradiciones, algo especialmente marcado en casa de Javed, donde su padre insiste en que sus hijos son pakistaníes aunque hayan nacido en el Reino Unido.
Al final, Blinded by Light es una emotiva celebración de la música y fandom, pero también un drama sobre padres e hijos. Es una reflexión acerca de lo que une pese a nuestras diferencias, de lo que nos distingue a pesar de nuestras similitudes, y del poder de los sueños cuando uno se aferra a ellos. Y el pegamento que une a todas esas partes es la música de un cantante de Nueva Jersey que, al hablar de los sueños y tribulaciones de la clase trabajadora, se convirtió en una voz con atractivo universal.
En su momento esta película tuvo muy mala distribución en México. Estaba en pocas salas, muchas de ellas sólo en versión doblada al español, con horarios que nunca pude acomodar en mis excursiones al cine. Ahora está disponible en el catálogo de HBOmax, o puede rentarse a través de otras plataformas digitales, como Amazon o Cinepolis Klic. Si tienen oportunidad de verla, les recomiendo que lo hagan, no se van a arrepentir.
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