jueves, 29 de abril de 2021

The Falcon and the Winter Soldier (Marvel Studios/Disney+)

Esta semana se cumplieron dos años desde el estreno de Avengers: Endgame, y desde entonces no ha habido una nueva película del Universo Cinematográfico Marvel. Pero esta pausa coincidió con el lanzamiento de Disney+, el servicio de streaming de la Casa del Ratón y, más recientemente, la expansión de las producciones de Marvel Studios a la pantalla chica, comenzando con WandaVision (ya comentada aquí), y ahora con The Falcon and the Winter Soldier, cuyo último capítulo se estrenó el pasado viernes.

La temporada consta de seis episodios, dirigidos por Kari Skogland y con Malcolm Spellman fue showrunner y jefe de escritores. La serie explora las secuelas de los eventos en Endgame, enfocada en los personajes de Sam Wilson y Bucky Barnes, que lidian con el legado de Steve Rogers mientras el mundo intenta ajustarse a la reaparición de la mitad de su población, desaparecida cinco años atrás. Sebastian Stan y Anthony Mackie retoman los papeles titulares y se les unen Wyatt Russell, Erin Kellyman, Danny Ramirez, Georges St-Pierre, Adepero Oduye, Don Cheadle, Daniel Brühl, Emily VanCamp, Florence Kasumba y Julia Louis-Dreyfus.

Un anciano Steve Rogers volvió para despedirse de sus mejores amigos y dejó en manos de Sam Wilson (Mackie) el escudo y presumiblemente el legado de ser Captain America, pero el joven oficial de la Fuerza Aérea no parecía muy seguro de estar a la altura de ese rol, así que decidió entregar el escudo a las autoridades federales y asistió a la ceremonia en que éste fue colocado en una vitirina en el nuevo y flamante museo dedicado al héroe. Esa decisión no le cayó nada bien a Barnes (Stan), quien considera una traición que Sam renunciara al legado que Steve puso en sus manos.

Las recriminaciones entre ambos deben esperar debido a la complicada situación mundial. Thanos eliminó a la mitad de la población del universo, y los resultados parecían darle la razón. Ya no había impedimentos para que países por todo el mundo recibieran refugiados: ahora había empleos, viviendas y recursos suficientes para aceptarlos a todos. Por eso la súbita reaparición de los desaparecidos planteó toda clase de problemas, y existe una iniciativa internacional para dar marcha atrás y enviar a los refugiados de vuelta por donde vinieron.

Eso provoca la aparición de un radical grupo de activistas cuyas protestas rayan en el terrorismo: los Flag Smashers. Sus integrantes son refugiados que ven como una injusticia que tras cinco años de trabajar y esforzarse por integrarse a la sociedad en sus nuevos hogares, los vayan a echar para recibir de vuelta a los reaparecidos tras el blip. Falcon y Bucky se involucran en tratar de contener sus actividades, pero realizan un preocupante descubrimiento: algunos miembros de los Flag Smashers, incluida su lider, Karli Morgenthau (Kellyman) recibieron alguna versión del suero del supersoldado.

Si eso no fuese lo bastante complicado, Sam y Bucky se llevan otra sorpresa al ver que el gobierno de los Estados Unidos presenta de forma oficial a John Walker (Russell), un dedicado y condecorado militar, como el nuevo Capitán América, lo que envía un mensaje claro y nada sutil: en realidad no tenían problema alguno con la idea de que hubiera un nuevo Centinela de la Libertad, era sólo que preferían que no fuese un hombre de color. Claro que no lo pueden decir abiertamente, así que le asignan un compañero en la figura de Lemar Hoskins (Clé Bennet), soldado afroamericano que es el mejor amigo de Walker.

La búsqueda de respuestas lleva a Sam y Bucky a rastrear el origen del suero, y eso los pone en contacto con rostros conocidos que suman sus propias agendas a la situación: El Barón Helmut Zemo (Brühl) y la ex agente de S.H.I.E.L.D. Sharon Carter (VanCamp). Todo ello sumado a los problemas personales de Sam (quien debe lidiar con un problema familiar que vuelve a poner en la mesa el tema racial) y Bucky (que aún trata de hacer las paces con las consecuencias de sus años como asesino al servicio de HYDRA), aporta más subtramas de las que hubieran tenido cábida en una película de algo más de dos horas.

Desde el inicio de la franquicia la gran fortaleza de las producciones de Marvel ha sido el manejo de personajes, y The Falcon and the Winter Soldier no es la excepción. La serie aprovecha el tiempo adicional de este formato para añadir momentos personales que ayudan a definir de mejor manera a sus personajes titulares, y hace tan buen trabajo incluso con los antagonistas que es difícil identificar a alguno de ellos como un villano tradicional, pues todos ellos son presentados con los suficientes matices como para validad la gran mayoría de sus acciones.

Claro que eso no implica olvidar otros elementos importantes en las propiedades del MCU, por lo que tampoco nos podemos quejar por falta de escenas de acción o momentos de humor a lo largo de los seis episodios de la serie. La combinación de acción y desarrollo de personajes con intriga internacional y un sobrio y puntual comentario social que aborda temas tan relevantes y de actualidad como el racismo institucional o la crisis mundial de refugiados resulta en una grata experiencia que no aporta algo positivo al continuo desarrollo del MCU.

Claro que la serie tiene sus imperfecciones (el arco de personaje de John Walker se siente un tanto apresurado justo antes de la resolución del conflicto, a veces se acusa una necesidad de ser más empáticos con el mensaje y no dejar tantas cosas a la interpretación del espectador, y los últimos minutos parecen una suma de epílogos encaminados a recordarnos que esta serie es sólo una pieza más en el enorme mosaico que es la franquicia de los héroes Marvel), pero a pesar de ello me parece que el resultado es positivo más allá de que siento que habría funcionado mejor como un estreno simultáneo y no en entregas semanales.

Al final, me queda la impresión de que se trata de una producción difícil de juzgar más allá de su valor como entretenimiento, pues esos cabos sueltos y la sensación de que dejó muchos temas sobre la mesa sin buscar una verdadera resolución o al menos una postura clara y bien establecida provocan la sensación de que vimos sólo una parte de la historia, y que será necesario ver la conclusión para emitir un juicio de valor, lo que nos deja a la espera de que se confirme si eso será el tema detrás de una segunda temporada o de una cuarta película de Captain America, ya con Sam Wilson como protagonista.

En resumen, The Falcon and the Winter Soldier es una sólida adición al MCU que ahonda en las motivaciones y personalidad de algunos de sus personajes y plantea algunos temas a explorarse en futuras entregas. Esa peculiar estructura debe dejar satisfechos a la mayoría de los fans de las películas de Marvel, aunque puede resultar un tanto frustrante para un espectador casual. A mi juicio se trata de una serie bastante recomendable, aunque con esas pequeñas reservas.

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