Además de las múltiples complicaciones que el tema de la pandemia ha ocasionado en todos los ámbitos de la vida diaria de gente de todo el mundo, y más allá de qué tan directamente nos hayamos visto impactados por ella, una forma palpable de entender el nivel de disrupción que la COVID-19 ha provocado en nuestras vidas la vemos en la forma en que ha alterado la industria del entretenimiento, que suele ser nuestro escape de los problemas cotidianos. La franquicia más exitosa de la última década es la del Universo Cinematográfico Marvel (MCU, por sus siglas en inglés), que pasó más de un año sin estrenar un nuevo proyecto.
La sequía de proyectos producidos por Marvel Studios llegó a su fin hace un par de meses con el estreno en Disney+ de WandaVision, una serie de nueve episodios creada y desarrollada por Jac Schaeffer, que también sirvió como showrunner y jefa de escritores, y dirigida por Matt Shakman. Elizabeth Olsen y Paul Bettany retomaron los papeles de Wanda Maximoff y Vision para encabezar a un elenco que incluye a Debra Jo Rupp, Fred Melamed, Kathryn Hahn y Teyonah Parris, con Randall Park y Kat Dennings reasumiendo los papeles que habían interpretado en las películas de Ant-Man y Thor, y la sorpresiva adición de Evan Peters.
La serie parte unas semanas después de los sucesos en Avengers: Endgame (2019), y en ella vemos a la pareja de héroes viviendo en lo que parece ser una idílica realidad alterna creada por Wanda y modelada a partir de los clichés de sitcoms familiares producidos por la televisión estadounidense en décadas pasadas. Poco a poco descubrimos que Wanda se apoderó del pueblo de Westview y alteró las mentes de sus habitantes para encajar con su realidad de bolsillo, dejando a la pequeña comunidad aislada del resto del mundo, aun si ella misma no parece del todo consciente de lo que hizo o de todas las implicaciones que ello puede tener en las vidas de los demás.
Los primeros episodios pueden ser un tanto confusos. La idea de emular el tono y estructura de comedias como I Love Lucy, The Dick van Dike Show, Bewitched o The Brady Bunch es una divertida curiosidad, aunque no se entiende cuál es la intención o propósito de ello. Una vez que se revela lo que ocurre al exterior de Westview, la cosa cambia, y queda claro que el ligero tono de comedia nostálgica es sólo un dulce recubrimiento para una historia bastante más oscura y compleja, construida alrededor del tema del duelo y el dolor, y la forma en que estos sentimientos son enfrentados por uno de los seres más poderosos del planeta.
Lo primero que me parece importante destacar es la atrevida decisión de Marvel Studios de iniciar la expansión del MCU más allá del cine con un proyecto tan poco convencional, sobre todo considerando que en estos momentos no tienen necesidad de correr riesgos o alejarse del estilo y formas que tanto éxito les han dado. Lo que parte como una nostálgica carta de amor al pasado de la televisión familiar estadounidense pronto se transforma en una emotiva y profunda historia llena de temas personales que, aderezada con giros argumentales y oscuros cambios de tono, recae en lo que ha sido la constante a lo largo de la existencia del MCU: un sólido manejo de personajes.
En ese aspecto, creo que lo primero que debo mencionar (y elogiar) es el excelente trabajo de Olsen y Bettany, a quienes el guion dio la posibilidad de desplegar su gran rango interpretativo, desde comedia física en su forma más pura e inocente, hasta un profundo drama cargado de matices. Me sorprendió en particular el trabajo de Olsen, pues a Bettany había tenido oportunidad de verlo en gran variedad de proyectos e interpretando toda clase de personajes (aunque la comedia resultó algo nuevo), y a ella sólo la había visto en un puñado de proyectos. Su carisma y expresividad dominan los primeros episodios y su absurdo humor, pero su alcance interpretativo, sobre todo en el tercio final de la serie, es impresionante.
Otro aspecto importante para el éxito del MCU es la capacidad con que sus autores han logrado contar historias que a su vez forman parte de algo más grande, dando a la franquicia una cualidad modular que no siempre es apreciada como se debe, y ese aspecto también está presente en WandaVision. Una piedra angular de la franquicia desde el día uno ha sido S.H.I.E.L.D., que aquí es reemplazado por S.W.O.R.D. de forma tan orgánica que apenas resulta perceptible, algo a lo que sin duda ayudó la presencia de rostros familiares, como el agente Jimmy Woo (Randall Park) o la Dra. Darcy Lewis (Dennings), y con la importante introducción de Monica Rambeau (Parris).
Me parece que la subtrama con esos personajes y el director Hayward tendrá repercusiones en proyectos como Secret Invasion o Captain Marvel 2, pero aquí, además de esa doble función de ofrecer lazos al pasado y sembrar semillas para futuras entregas del MCU, tiene un importante rol como contrapeso al drama que sucede al interior de Westview, con una mezcla de intriga y aventura que resulta afín al tono de otras propiedades del estudio, y demuestra que se trata de un mundo cuyo desarrollo no siempre se da a cuadro y en medio de grandes aventuras. ¿En serio hay quienes encuentran descabellado que Darcy completara un doctorado desde la última vez que la vimos? ¡Consíganse una vida!
Mención especial merece Kathryn Hahn y su fabulosa interpretación de Agnes, cuya revelación como villana de la historia fue una sorpresa, pero con mucho sentido si analizamos el desarrollo de la trama. Agatha Harkness es un personaje con una rica historia en los cómics de Marvel y con relaciones a varios personajes, por lo que será interesante ver qué uso recibe más adelante. La existencia de la magia en el MCU ya estaba establecida, pero el uso de brujas y el folklor que las rodea fueron una curiosa decisión, bien ejecutada y con el añadido de ofrecer un pretexto para rescatar el nombre de heroína de Wanda, que hasta hace no mucho era inaccesible por una cuestión de derechos.
Claro que no todas las revelaciones gozaron de buena recepción, y no podía faltar la polémica respecto a algunos giros argumentales y sus eventuales explicaciones. El caso más concreto es de la participación de Evan Peters, actor que diera vida a Pietro Maximoff, alias Quicksilver, en las películas de los X-Men producidas por Fox. En el MCU ese papel lo había interpretado Aaron Taylor-Johnson, por lo que la presencia de Peters fue interpretada por muchos fans y varios medios especializados e influencers, como una confirmación tácita de la existencia de un multiverso dentro del MCU, pero al final resultó ser sólo una distracción creada mediante el casting de un rostro conocido.
Muchos dicen que usar a Peters fue un recurso barato y sis sentido, que mina el peso emocional de la historia porque su presencia significa algo para la audiencia pero no para Wanda, y no estoy de acuerdo. Su aparición se da al final de un episodio en que ella trata de explicar a sus hijos que la muerte es parte del ciclo de la vida y que hay que lidiar con ella y no buscar soluciones mágicas, como el regreso de un ser amado, lo que crea en ella una cierta disonancia respecto a la existencia misma de su pequeño universo de bolsillo. Así que tener a un Pietro alterno no era Wanda accediendo al multiverso para reemplazar a su hermano muerto, era una advertencia de que había otros poderes en juego y de que Wanda no estaba en control de todo.
Imagino que muchas de las críticas vienen del hecho de que se trata de la segunda vez que la audiencia llega a una historia esperando ver la revelación del multiverso y descubriendo que la realidad es algo muy distinto. La primera fue en Spider-Man: Far from Home, donde descubrimos que el supuesto multiverso del que salió Mysterio era sólo una ilusión. Y no puedo dejar de preguntarme si es algo que Marvel Studios esté haciendo con toda la intención. Casi desde que inició la franquicia hemos tenido a su alrededor toda clase de teorías y elucubraciones en redes sociales y medios especializados que pueden llegar a ser una distracción, además del enorme riesgo de spoilers que su proliferación representa.
En el caso de WandaVision el tema se vio exacerbado por el formato empleado, pues en vez de la espera de meses entre películas, el bombardeo de teorías de fans crecía y se multiplicaba semana a semana antes del estreno de cada nuevo episodio. Las menciones a Ralph que hacía Agnes dieron pie a toda clase de especulaciones sobre Mephisto o Nightmare como el posible villano de la serie, y la aparición de Peters puso a todo mundo a fantasear con el multiverso y la incorporación de los mutantes al MCU, cuando en realidad ambas instancias iban relacionadas a la eventual revelación de Agnes como Agatha y la explicación de cómo estaba manipulando a Wanda para entender su poder.
Ése es un tema que no va a cambiar. Vivimos en una cultura donde la inmediatez está sobrevalorada y en medio de una creciente necesidad de atención todo mundo se muere por compartir sus teorías, con la esperanza de poder lanzar un sonoro "¡Se los dije!" si sus especulaciones son confirmadas. Si combinamos eso con medios e influencers cuyos ingresos dependen por completo de su capacidad de lograr interacciones, es fácil entender la proliferación del clickbait y la creación de un caldo de cultivo para un entorno tóxico en donde grandes sectores de la audiencia están preocupados por toda clase de cosas que rara vez tienen que ver con la idea de ver o disfrutar las historias a nuestro alcance.
Así que aplaudo que Marvel Studios haya aprendido a manipular a ese sector de la audiencia. Para quienes nunca hemos caído en ese juego, nada ha cambiado. Sólo necesitamos un poco de paciencia, cuidado al navegar la red, y dejar que cada historia se complete antes de juzgar sus méritos o defectos, sin esperar que lo que sus creadores hagan se apegue a nuestras expectativas personales. En realidad no es un concepto difícil de comprender: que una historia no se apegue al canon en mi cabeza o no cumpla con mis especulaciones favoritas, no la hace mala. Y si de verdad estamos convencidos de que podemos hacerlo mejor, nunca había sido tan fácil compartir nuestras propias historias como lo es ahora.
Así que, volviendo a la serie, WandaVision es una sólida adición al MCU, que no sólo ofrece una especie de epílogo a Avengers: Infinity War y Avengers: Endgame, lidiando con las consecuencias de lo que vimos en esas dos películas, al tiempo que ofrece un cierre para dos de sus héroes, mismo que además abre posibilidades futuras para ellos, y todo al mismo tiempo que expande lateralmente el alcance de este universo y crea nuevos lazos con otras propiedades de la franquicia, con un ojo evaluando el pasado y el otro considerando el futuro de este complejo y entretenido mundo de aventuras y superhéroes.
El formato de televisión ofrece al MCU la posibilidad de explorar aspectos de sus historias que el límite de tiempo en una película ha hecho quedar en segundo plano. Por ejemplo, aunque el tema de la familia y el romance han sido parte de varias de sus producciones, nunca habían adquirido una importancia como la que alcanzan en WandaVision, que además se da el lujo de tocar con mucho tacto el delicado tema de la salud mental al explorar el duelo y la forma en que Wanda lidia con éste. Parece trivial la idea de crear una fantasía como salida de la televisión, pero bajo el contexto de que ése era "el lugar feliz" de su infancia, se trata de un tema que cobra peculiar relevancia.
En resumen, WandaVision es una entrenida serie que ofrece altas esperanzas de que la adición de series al MCU nos dará un producto más rico. Se trata de un emotivo drama muy humano que se esconde bajo la ilusión de una comedia ligera para explorar aspectos íntimos de dos personajes a los que les venía bien un poco más de humanidad, y sin duda es una experiencia que vale la pena disfrutar al margen del ruido a su alrededor. Sin duda una serie bastante recomendable.
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