En los últimos años ha cobrado fuerza en el mundo del cómic (y el entretenimiento en general) el tema de la inclusión y diversidad, lo que ha resultado en una mayor representación de personajes pertenecientes a minorías étnicas o sexuales, así como de autores de los mismos grupos históricamente marginados. Pero lo más importante es que, aunque ciertos grupos intolerantes insistan en que se trata de un tema de "cuotas" y corrección política, eso nos ha permitido conocer historias de gran calidad con un alto contenido social. Y ése es el caso de Bitter Root, cómic coescrito por David F. Walker y Chuck Brown, y dibujado por Sanford Greene, publicado por Image Comics desde finales de 2018.
No estaba familiarizado con el trabajo de Brown, en tanto que a Walker y Greene los descubrí hace unos cinco años cuando se hicieron cargo de revivir la serie de Power Man & Iron Fist, que resultó una grata sorpresa en medio de un periodo en que Marvel Comics apostó por algunas series fuera de lo convencional que resultaron bastante disfrutables.
La historia en Bitter Root sigue al Clan Sangerye, una familia de cazadores de monstruos que durante generaciones ha protegido a su gente de los jinoo, siniestras criaturas que los acechan, y ha hecho lo posible por curar a éstas, que no son otra cosa que gente común y corriente cuyas almas han sido infectadas por una peculiar variedad de odio: el racismo. Pero mientras el siglo XX se acerca a cumplir con su primer cuarto, los días de gloria de la familia van en declive, y existe una creciente división entre los primos, que se debaten entre la necesidad de curar a los monstruos y la conveniencia de matarlos y ahorrarse futuros problemas.
Así que es el peor momento posible para que aparezca una nueva clase de infectados en los alrededores de Harlem. A diferencia de los jinoo, nacidos del odio y el racismo, los inozondo son producto del trauma y el dolor, y no es tan fácil tratar de curarlos. Harlem está bajo asedio de un ejército de las nuevas criaturas, y cuando uno de los Sangerye es infectado y poco a poco empieza a transformarse, la familia tendrá que hacer a un lado sus diferencias y luchar para salvar al mundo antes de que sea devorado por la maldad. ¿Podrán superar las adversidades, o dejarán que su propio dolor y sufrimiento los transformen en más de esas criaturas?
La serie ganó el Eisner como mejor nueva serie y recibió toda clase de elogios y reconocimientos, y es fácil entender por qué. Walker y Brown han creado una historia rica en mitología y comentario social, un explosivo coctel de ideas que cobra vida bajo el atractivo trazo de Sanford Greene y los vibrantes colores de Rico Renzi en los primeros números y de Sofie Dodgson a partir del segundo arco argumental. En las páginas de este cómic conviven y se mezclan horror gótico y sobrenatural, referencias históricas y elementos folklóricos que celebran el legado africano y caribeño de la comunidad afroamericana de los Estados Unidos.
El horror y la ficción fantástica siempre se han caracterizado por el uso de alegorías para comentar temas de actualidad, y aunque no es la primera vez que el racismo es usado como origen del horror (Alan Moore lo hizo en Swamp Thing), hacerlo en el contexto del Renacimiento de Harlem proporciona un entorno que altera por completo el resultado, con el curioso efecto de usar el pasado para dar al tema una implacable actualidad. Además, los autores no se quedan en la superficie. Cada número de esta serie incluye material adicional de lectura, desde recomendaciones de libros o discos de autores y artistas afroamericanos, hasta ensayos de reconocidos académicos.
Todo esto sería muy positivo tan sólo por su impacto social, pero que se use como el empaque para una emocionante y entretenida historia es la verdadera razón tras el éxito de esta inusual e inteligente serie. Las historias de cazadores de monstruos siempre resultan atractivas, y usar a una familia añade el bienvenido ingrediente de drama interpersonal en diversos sabores, desde la joven que reciente la idea de que su abuela y algunos de sus primos prefieran verla en la cocina preparando sueros y curas en vez de peleando, hasta las rivalidades entre hermanos y distanciamientos que son comunes al interior de cualquier familia.
Si a todo esto le sumamos el dinámico y atractivo trabajo artístico de Sanford Greene, con un dinámico diseño de páginas y un estilo narrativo en que la acción amenaza con escapar de las páginas, el resultado es un cómic muy entretenido, lleno de intriga y misterios. El cambio de colorista me sorprendió un poco, y aunque soy fan del trabajo de Rico Renzi, me queda la impresión de que Sofie Dodgson tiene una sensibilidad más afín a lo que Greene está haciendo en este cómic. Hay viñetas en que el artista añade una cantidad de detalles que parece excesiva, y donde Renzi sólo crea atmósferas, Dodgson es capaz de añadir variaciones tonales que permiten apreciar mejor el trazo de Greene.
Sé que hay lectores a los que les preocupa que la inclusión de temas políticos o sociales vaya en detrimento de la historia, pero en el caso de Bitter Root nadie se puede quejar de que se trate de un cómic que exista para sermonear al lector. Es decir, los temas sociales son parte integral de la historia, pero nunca la reemplazan, pues el guion está escrito de tal modo que esos elementos se van integrando de forma orgánica al resto de la construcción del mundo creado por Walker, Brown y Greene. Los autores también hacen un gran trabajo al incorporar a su relato sucesos reales relevantes, como el ya mencionado Renacimiento de Harlem, o tragedias como el Red Summer o la Masacre de Tulsa.
Lo único de lo que uno se podría quejar quejar con este cómic es de la espera que se da tras la conclusión de cada arco argumental. Hubo un receso de unos meses luego de los primeros cinco números y antes de la aparición del Bitter Root Red Summer Special, que fue seguido unos meses más tarde por los números correspondientes al segundo arco narrativo, que sufrió otra interrupción, esta vez provocada por el cierre de la industria durante el inicio de la pandemia pero concluyó a fines del año pasado. Ahora la serie está a punto de regresar con su tercer arco argumental, y es un excelente momento para ponerse al día y seguir esta entretenida y relevante serie.
En resumen, Bitter Root es una intrigante y entretenida serie de fantasía oscura que debe resultar del agrado de los aficionados al género, y el contenido social y las alegorías no hace más que enriquecer el mundo en que suceden estas aventuras, razón más que suficiente para que valga la pena echarle un vistazo. Sin duda se trata de una lectura bastante recomendable.
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