Ése fue el caso de I Care a Lot (Descuida yo te cuido), película de 2020 escrita y dirigida por J. Blakeson que, tras una sólida recepción en el Toronto International Film Festival en septiembre pasado optó por vender a Netflix los derechos de distribución para varios territorios, Latinoamérica incluida, y se estrenó a través de ese servicio hace un par de semanas.
Se trata de una comedia oscura protagonizada por Rosamund Pike, Peter Dinklage, Eiza González, Dianne Wiest y Alicia Witt, y marca la segunda ocasión en la carrera de Blakeson en que él mismo escribe y dirige, algo que había hecho al inicio de su carrera con The Disappearance of Alice Creed (2009) en tanto que sólo escribió The Descent Part 2 (2009) y dirigió The 5th Wave (2016) sobre un guion de alguien más.
La película cuenta la historia de Marla Grayson (Pike), una estafadora con base en Massachusetts que se gana la vida manipulando el sistema para obtener la custodia legal de adultos mayores supuestamente incapaces de valerse por sí mismos, sólo para recluirlos en un asilo mientras ella liquida todas sus propiedades y usa el dinero resultante para "pagar" sus honorarios. Para ello cuenta con el apoyo de la Dra. Karen Amos (Witt), que se encarga de validar sus afirmaciones; de Sam Rice (Damian Young), director del hogar de retiro donde retiene a sus víctimas; y de su socia y pareja Fran (González), que parece tener experiencia en procedimientos policiacos, aunque nunca queda claro a qué se dedica.
Cuando la Dra. Amos le informa de una nueva víctima potencial, Marla apenas puede creerlo. Jennifer Peterson (West) es una ex profesionista retirada y sin familia, con una linda casa con muebles antiguos, ahorros bancarios, y ningún pariente vivo. Parece demasiado bueno para ser cierto, pero eso no impide que proceda como acostumbra. Una vez que el juez le otorga la custodia, Marla y Fran vacían la casa para subastar los muebles y decoración y se preparan para vender la propiedad, pero cuando días después aparece un taxista esperando recoger a Jennifer y descubre que ya no vive ahí, se desatan una serie de inesperados acontecimientos.
Marla encuentra un puñado de diamantes en una caja de depósito propiedad de Jennifer, y descubre que no aparecen en el manifiesto de seguro de la caja. Después descubrimos que el taxista trabaja para un misterioso hombre (Dinklage) que parece reunirse una vez al mes con Jennifer, y quien está dispuesto a todo con tal de liberarla de la custodia de Marla, desde pagarle para que la deje ir, hasta amenazarla en caso de que no lo haga. La estafadora no se deja amedrentar, y como retaliación aumenta la presión contra Jennifer, desatando una escalada de violencia en el enfrentamiento entre dos personajes bastante desagradables...
La gran fortaleza de la película son las actuaciones. Rosamund Pike devora el escenario en todas y cada una de sus escenas y construye a un personaje fuerte y con una implacable determinación a hacer lo que desea sin importar qué o quién se interponga en su camino. Peter Dinklage hace un excelente uso de su voz y presencia escénica para dotar de un cierto aire amenazante a su personaje. González hace un sólido trabajo con un papel que requirió m´as rango que los que ha hecho desde su llegada a Hollywood y sale bien librada, en tanto que West, Witt y el resto del elenco hacen un sólido trabajo, incluido Chris Messina como un abogado en una de las escenas más deliciosas de la película.
La película es una ácida crítica al capitalismo extremo y crea un perturbador retrato de personajes aislados de la humanidad que actúan como la personificación misma de la avaricia en un mundo que opera bajo un sistema expuesto a ser explotado por cualquiera sin reparos en inflingir dolor en los demás a fin de de obtener algún beneficio económico. Cada vez que parece que sus personajes han tocado fondo y no pueden ser más crueles e indiferentes, la historia nos hace entender que no hay límites, lo que resulta en una experiencia retorcidamente divertida siempre que uno no sea demasiado sensible a la implacable crueldad que se acumula en las casi dos horas que dura la película.
El único pero que le pongo a la película es que en el último tercio Blakeson parece arrepentirse un poco del amoral y deprimente mundo que ha creado, y empieza a dejar que sus protagonistas muestren sentimientos y emociones, lo que no es malo en sí, pero perturba el tono previamente establecido, con lo que el producto final resulta un tanto disparejo, lo que es una verdadera lástima, porque ni siquiera lo hace en pos de crear una historia de redención, lo que hubiera justificado su decisión, y se conforma al cerrarla con un final cargado de ironía que se siente un tanto fuera de lugar. A pesar de ello, la cinta es bastante disfrutable y las solas actuaciones de Pike y Dinklage justifican sentarse a verla.
La mayor parte del tiempo la película baile entre divertida y aterradora. Cuando Blakeson requiere una secuencia de acción, la realiza de gran manera, creando un aire de tensión expectante y reforzando la idea subyacente de que, en una película sin héroes y donde la moral brilla por su ausencia, nadie puede considerarse a salvo. El más claro testamento de lo que logra con esta cinta radica en que, aunque la protagonista es un despreciable y perturbador parásito, el espectador sigue sus acciones fascinado, casi esperando que se salga con la suya y curioso de saber hasta donde llegará esta despiada mujer capaz de superar cualquier obstáculo o rival gracias a su inteligencia, determinación y recursos.
En resumen, I Care a Lot es una entretenida historia llena de personajes amorales que resulta perversamente divertida, y aunque al final mina un poco la naturaleza satírica y de crítica social con que partió, el gran trabajo actoral permite que resulte una experiencia bastante satisfactoria para todo tipo de público. Sin duda una cinta bastante recomendable siempre y cuando no tengan empacho con la ausencia total de personajes con cierto grado de bondad o brújula moral.
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