Quienes me conocen, además de muchos lectores de este blog o escuchas de Comicverso o Comikaze, saben de mi afición por los mitos artúricos, y que soy lector de cómics. Ambas cosas no van necesariamente de la mano, pero a veces se da alguna conjunción, como es el caso de la trilogía de novelas conocida como Modern Arthur, escritas por Peter David, un popular escritor de cómics que también es un prolífico novelista que ha escrito gran cantidad de tie-ins para franquicias como Star Trek, Babylon 5, además de ser responsable de las novelizaciones de varias películas basadas en personajes de Marvel Comics.
Así que es momento de cerrar mi ciclo de comentarios de esta trilogía con Fall of Knight, novela publicada en 2006 que completa la saga que narra las aventuras del Rey Arturo tras su reaparición en pleno siglo XXI, donde decide que la mejor forma de ayudar al mundo es involucrándose en la política.
La novela es una secuela directa de One Knight Only, por lo cual, además de la naturaleza misma de esta trilogía, lo ideal es leer los tres libros en orden, pues a pesar de que aquí hay una historia completa, hay demasiadas alusiones a los libros anteriores, lidia con algunas consecuencias de lo sucedido en ellos, y se cierran varios cabos sueltos de la trilogía en general. Por lo mismo, parte de lo que escribo en las siguientes líneas puede representar spoilers, no de esta novela (algo que trato de evitar siempre), sino de sus predecesoras. Si planean leer estas novelas, procedan bajo advertencia.
El exitoso atentado en contra de la primera dama, lady Gwen DeVere Queen, llevó a que Arthur renunciara a la presidencia para buscar el Santo Grial. Ahora, tras haber recuperado a su reina, ambos deciden alejarse de la vida pública, pero en el siglo XXI no existe nada como la verdadera privacidad, y cuando el mundo se entera de que Gwen está viva, exigen explicaciones. Sin forma de saber lo que está por desatar, Arthur decide que es mejor ser honesto y revela su verdadera identidad, así como las de Gwen y Percival, y explica que su esposa está viva gracias al Grial.
Pronto se ve agobiado por la gran cantidad de enfermos y moribundos que suplican que los cure con la mística copa. Cuando un empresario le sugiere usar el Grial para embotellar el agua, Arthur acepta, pero el éxito comercial del agua de Grial trae consigo muchos otros problemas (si todo mundo puede comprar la cura para todo, ¿quién necesita hospitales?), pero la situación se vuelve realmente peligrosa cuando el agua se convierte en pieza clave de los planes de un oscuro adversario que, con ayuda de otra mítica reliquia, lejos de curar al mundo, pretende destruirlo.
Cabe aclarar que no digo que los personajes estén mal, pues todos ellos, desde los políticos, empresarios o líderes religiosos introducidos en esta novela, hasta Arthur, Gwen, Percival o Merlin, están bien construidos. En particular me gustó mucho ver a Merlin de vuelta, pues sus interacciones con Arthur y Gwen son algunas de las partes más entretenidas de la novela. Pero tengo la impresión de que en esta ocasión, contrario a lo que pasa con el grueso de la obra de David, ya sea en cómics o en prosa, aquí la historia toma precedencia sobre los personajes. A pesar de ello, hay momentos de personajes que me parece dignos de resaltar, como la escena en que Arthur reconoce que su vida pasada tuvo momentos muy oscuros y que no siempre fue una buena persona.
Este reconocimiento de sus defectos e imperfecciones humaniza al personaje, evitando caer en la trampa de idealizar al monarca, algo muy común en muchos derivados de los mitos artúricos. Por otro lado, aunque el humor vuelve a tomar un papel importante en esta tercera entrega, creo que aquí tiene un tinte ligeramente más oscuro al presentado al inicio de la saga. Además, la historia contiene algunas interesantes reflexiones sobre temas como el consumismo, la fe y la religión, y su papel en el mundo moderno. La magia y los mitos son un recurso para mostrar que a veces es imposible hacer algo bueno sin provocar una reacción negativa, y eso lleva a toda clase de cuestionamientos morales.
En resumen, Fall of Knight es una muy entretenida novela que da un buen cierre a esta trilogía. Queda la impresión de que David no quiso cerrar la puerta a la posibilidad de seguir con la serie, pero a casi quince años de distancia ahora se antoja como algo improbable. Este libro debería ser del agrado de todo fan del Rey Arturo o de los aficionados a la fantasía urbana, donde la magia aparece en situaciones contemporáneas. Lectura bastante recomendada.
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