sábado, 17 de abril de 2021

Train to Busan (부산행 - Estación Zombie, 2016)

El subgénero de zombies siempre ha gozado de gran popularidad, y aunque es común que se le descarte como un tema agotado que fácilmente se vuelve repetitivo, de tiempo en tiempo aparece alguna historia que le aporta una inyección de frescura. Ése fue el caso de Train to Busan (부산행, Busanhaeng - Rumbo a Busan), película sudcoreana de 2016 que en español se conoce como Estación Zombie (y a veces también Invasión Zombie), dirigida por Yeon Sang-ho.

La historia sigue a Seok-woo (Gong Yoo), un agente de bolsa de Seúl, divorciado y dedicado a su trabajo. Vive con su madre y su pequeña hija Su-an (Kim Su-an), pero casi no pasa tiempo con ellas, aun si a veces intenta compensar comprándoles regalos. Estresado y distraido por un negocio que se está viniendo abajo, compra como regalo de cumpleaños para Su-an una consola de videojuegos, sólo para descubrir que unos meses atrás le había regalado una exactamente igual. A modo de disculpa accede a llevar a Su-an con su madre, en la ciudad de Busan, a más de 400 km de distancia.

A la mañana siguiente se dirigen a la estación de tren, y en el camino ven un convoy de vehículos de emergencia que se internan en la ciudad. Abordan su tren y Seok-woo se duerme de inmediato, por lo que no se percata de que parece haber alguna clase de disturbio en la estación justo cuando el tren parte. Justo antes de que éste cierre sus puertas, una mujer aparentemente enferma lo aborda, y minutos después es encontrada por una empleada del tren, quien intenta ayudarla sólo para descubrir que se trata de una persona infectada que la muerde y la convierte en otra siniestra criatura de instintos asesinos.

Los zombies en esta historia recuerdan a los de cintas como 28 Days Later o World War Z: son rápidos y violentos, y transmiten su infección en unos cuantos segundos. En pocos minutos se empiezan a esparcir por el tren, sembrando el pánico entre los pasajeros, que poco a poco intentan organizarse para mantener a raya a los infectados y con la esperanza de poder llegar a salvo a la siguiente estación. Pero, ¿qué pasa si el problema es generalizado y la mayor parte del país se encuentra bajo ataque de los voraces infectados?

Sang-ho respeta la larga tradición de usar las películas de zombies como vehículo para una fuerte carga de comentario social, aunque se desvía un poco del habitual tema de desconfiar de quienes nos rodean sin importar que tanto se vean como nosotros al darle un giro actual y relevante acerca de la forma en que nos relacionamos unos con otros, partiendo con el llano egoísmo y ambición del propio Seok-woo y explotando al máximo la idea de que una situación de pánico extremo puede convertir a cualquier persona en un monstruo egoísta, lo que pone las bases para una historia que enfatiza la importancia de cuidarnos unos a otros.

El director saca el máximo provecho al claustrofóbico entorno que le proporciona el tren, pero evita caer en la monotonía al incluir secuencias en espacios abiertos, como al hacer una parada en una estación intermedia, sólo para descubrir que no es seguro y desencadenar una exhilarante persecución en busca de regresar a la relativa seguridad del tren. Y ahí paga dividendos la bien montada secuencia en que Sang-ho introduce a su elenco secundario cuando Seok-woo y Su-an abordan el tren, quienes van cobrando peso conforme avanza la historia.

Aunque se puede argumentar que la mayoría de ese elenco secundario cae en roles que rayan en el cliché, el director hace un buen trabajo al darles el suficiente tiempo en pantalla como para crear personalidades para buena parte de ellos, y su elenco hace un gran trabajo para darles vida. La película construye sobre muchos de los convencionalismos del género, aunque quizás sean más obvios los ecos del trabajo de George Romero o de la mencionada cinta de Danny Boyle, pero agrega los suficientes toques como para desarrollar una identidad propia.

Más allá del comentario social que incluye, Train to Busan es una entretenida película de acción con una fuerte carga de horror, pero con personajes bien delineados que aportan la suficiente humanidad y profundidad emocional como para llevar la historia más allá de un simple entretenimiento escapista que, además de ofrecer una oscura visión del fin del mundo, representa una invitación a la reflexión sobre la forma en que interactuamos con los demás, llevándonos a cuestionar qué es lo que nos hace humanos.

La película gozó de gran éxito tanto de crítica como de taquilla a nivel local e internacional, e incluso estableció récords de audiencia en Corea. En el verano de 2020 se estrenó Peninsula, una secuela dirigida por el propio Sang-ho, la cual será objeto de un comentario aparte en próximos días. En México es relativamente fácil ver estas películas, pues ambas forman parte del catálogo de Netflix.

En resumen, Train to Busan es una gran película de zombies que debe resultar del agrado de todo aficionado al subgénero, además de una inteligente adición al rico acervo de películas de horror inteligentes y de relevancia social de que hemosd goozado en los últimos años. Sin duda una cinta bastante recomendable.

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