La más reciente película de Clint Eastwood está basada en un caso de la vida real, la historia de Richard Jewell, un guardia de seguridad en el Centennial Park de Atlanta, Georgia durante los Juegos Olímpicos de 1996, quien descubrió la bomba que estalló una noche y evitó que hubiese un mayor número de víctimas.
La cinta cuenta con las actuaciones de Paul Walter Hauser, Sam Rockwell, Kathy Bates, Jon Hamm, and Olivia Wilde, y el guion fue escrito por Billy Ray, inspirado en un artículo publicado en la revista Vanity Fair en 1997, y pese a una buena recepción de la crítica, ha sido en centro de una controversia que parece haber afectado su desempeño en taquilla.
La historia que cuenta es la Richard Jewell (Hauser), el guardia que alertó a las autoridades de la presencia de un paquete sospechoso en el parque durante uno de los conciertos que tenían lugar ahí cada noche. El artefacto estalló mientras se llevaba a cabo la evacuación, pero el consenso es que el número de víctimas y lesionados hubiese sido mucho mayor si Jewell no hubiera detectado el paquete.
Tras un par de días de atención mediática en que se le trató como un héroe, un artículo de la reportera Kathy Scruggs (Wilde) publicado por el diario Atlanta-Journal Constitution informó que el FBI tenía a Jewell como sospechoso, pues sus antecedentes como un solitario hombre blanco que vive con su madre y sueña con ser policía coinciden con el perfil de criminales que buscan atención y provocan una tragedia para después rescatar gente y ser vistos como héroes.
La publicación del artículo provocó que la vida de Jewell y su madre Barbara (Bates) se convierta en un caos, sujetos al escrutinio público y a un incesante acoso de parte del FBI, que ante la reacción pública tras la filtración de la nota está presionado para completar la investigación y resolver el caso. Acorralado, Jewell busca la ayuda de Watson Bryant (Rockwell), un abogado con quien trabajó en un empleo anterior.
A partir de ahí la cinta hace un recuento de la batalla de Jewell por limpiar su nombre, mismo que de acuerdo con múltiples fuentes es un retrato bastante certero de cómo se dieron los hechos en realidad. Eastwood hace un gran trabajo al reconstruir los hechos de una forma ágil que nunca se siente como un documental o un drama televisivo, y su tercia de actores centrales, incluyendo al hasta ahora desconocido Hauser, hace un trabajo destacado al dar vida a los protagonistas de la historia.
La controversia que mencioné antes es que una escena de la cinta implica que, para obtener la nota que la lanzó a la fama, Kathy Scruggs tuvo éxito con un agente del FBI, interpretado en la película por Jon Hamm, pero el cual, a diferencia de la gran mayoría de personajes en la historia, no está basado en una persona real. Algunos diarios y periodistas consideran que ayudar a limpiar el nombre de Richard Jewell es algo loable, pero no si a cambio se ensucia la reputación de una persona ya fallecida, pues Scruggs murió en 2001.
Esta lamentable elección de Ray e Eastwood terminó por desviar la atención del público, lo que resultó en que hasta ahora se trate del mayor fracaso financiero de la carrera del aclamado director, aún a pesar de que la cinta ha generado críticas positivas por todo el mundo y ha sido nominada a varios premios, incluyendo reconocimientos a las actuaciones de Hauser, Bates y Rockwell.
Richard Jewell es una muy buena película que, si recuerdan el incidente de 1996 sin duda será de su interés, pero que más allá de eso invita a una reflexión sobre el poder que los medios tienen sobre la sociedad y el impacto que un falso reporte puede tener en la vida de una persona. Sin duda una opción más que recomendable.