viernes, 3 de enero de 2020

Will Eisner (1917-2005)

A quince años de su muerte, me parece que es un un buen momento para recordar a Will Eisner, uno de los artistas más emblemáticos e influyentes dentro del cómic estadounidense del siglo XX.


William Erwin Eisner nació en Brooklyn, Nueva York, el 6 de marzo de 1917. Su padre, Shmuel Eisner, nació en lo que hoy es territorio ucraniano y se dedicaba a pintar murales y decorar iglesias en Viena, Austria. Antes del estallido de la Primera Guerra Mundial optó por emigrar a los Estados Unidos, donde su desconocimiento del idioma le complicó conseguir un trabajo estable. En Nueva York conoció a Fannie Ingber y poco después se casó con ella, engendrando tres hijos.


Para desconsuelo de su madre, William heredó la vocación artística de su padre, quien lo apoyó comprándole material de dibujo desde muy pequeño. Will era además un entusiasta de los pulps y cada vez que podía acudía a proyecciones de cortometrajes, lo que seguramente influyó en su vocación de contar historias. Tras el colapso económico de 1929, su madre exigió que buscase alguna forma de contribuir a los ingresos familiares, así que empezó a vender periódicos en las esquinas.

Eisner estudió la preparatoria en la DeWitt Clinton High School, donde pudo desarrollar su talento al dibujar para el diario escolar, la revista literaria de la escuela y los anuarios, además de colaborar en el diseño de escenografías para el taller de teatro. Al graduarse atendió por un año a la Art Students League de Nueva York, donde obtuvo contactos que le permitieron conseguir trabajo como caricaturista en el diario New York American y dibujando ilustraciones de una página para revistas pulp.


En 1935 probó suerte en la revista Wow, What a Magazine!, una de las primeras antologías de tiras cómicas en agregar material original a sus acostumbradas reimpresiones. Al desaparecer la revista en 1936, Eisner se asoció con su editor Jerry Eiger para fundar el estudio Eisner & Eiger, dedicado a crear material listo para publicación que vendían a diferentes editoriales.

Entre los autores que desfilaron por su staff destacan Jack Kirby, Lou Fine, Bob Kane y Mort Meskin. Cabe apuntar que fue uno de los primeros editores en rechazar la propuesta de Siegel y Shuster de lo que eventualmente se convirtió en SupermanTras discutir algunas opciones de trabajo con publicistas y editores, Eisner vendió su parte del negocio a Eiger para dedicarse a producir un suplemento semanal de cómics para su inclusión en algunos diarios. Se trataba de 16 páginas editadas por él mismo y resultó tan exitoso que en poco tiempo ya era incluido en 20 de los principales diarios de los Estados Unidos.

En su mejor momento, el suplemento de Eisner alcanzó una circulación combinada de cinco millones, superando la de cualquier otro cómic o antología de la época. La historia principal del suplemento era The Spirit, que seguía las aventuras de un justiciero enmascarado creado por el propio Eisner y que representa una de sus aportaciones más importantes al medio, sobre todo por algunas herramientas narrativas que incorporó en sus historias, como insertar el título del serial en la primera página a fin de compensar por la falta de una portada.


Eisner sirvió en el ejército entre 1942 y 1945, aunque no en combate, sino estacionado en Washington, donde realizaba carteles motivacionales e historietas con fines educativos dentro de las fuerzas armadas, cubriendo temas tan diversos como procedimientos militares o mantenimiento de armas y equipo. Tan exitosa fue su idea que después de la guerra produjo más material de ese tipo tanto para el ejército como para algunos clientes del sector privado, como la General Motors.

Al ser liberado del servicio, Eisner retomó el control de The Spirit, mantenido por sus asistentes los tres años anteriores. Retiró al personaje en 1952, pero a la fecha sigue vigente gracias a múltiples ediciones y reimpresiones, e incluso con nuevos cómics producidos por Kitchen Sink Press, DC Comics y Dynamite Entertainment. Hacia finales de los años 70 Eisner experimentó con narraciones de formato más largo y en 1978 apareció A Contract with God, que ayudó a popularizar el término 'novela gráfica'.

Desde entonces y hasta su muerte en 2005 Eisner produjo en promedio un volumen por año, con títulos como Dropsie Avenue, The Building, A Life Force y The Big City. Por varios años dio clases de arte en la School of Visual Arts, en Nueva York, y es autor de dos de los libros fundamentales para aprender a hacer cómic, Comics and Sequential Art y Graphic Storytelling. Un tercer volumen, Expressive Anatomy for Comics and Narrative, quedó inconcluso a su muerte, pero uno de sus alumnos y asistentes lo completó y fue publicado en 2008.


Reconocido como una figura fundamental para el desarrollo del cómic como medio narrativo, Eisner fue objeto de toda clase de homenajes y reconocimientos en vida. En 1988 se estableció un premio que lleva su nombre y es considerado como el más prestigioso galardón en la industria estadounidense del cómic y su entrega se celebra durante una gala el fin de semana de la San Diego Comic Con. También hay un Salón de la Fama que lleva su nombre, y él fue parte de la primera generación de autores inducidos en el mismo.

A causa de complicaciones surgidas tras una cirugía de corazón abierto, Will Eisner falleció el 3 de enero de 2005 a los 87 años de edad, dejando tras de sí un imborrable legado que representa una de las piedras angulares del medio del cómic.

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