miércoles, 29 de enero de 2020

Judy, de Rupert Goold

Las vidas de estrellas infantiles de Hollywood suelen estar llenas de abusos y maltrato laboral y psicológico, por lo que suelen ser objeto de toda clase de documentales y biografías que revelan la oscura historia detrás de sus éxitos. Por eso no es de sorprender la existencia de Judy, cinta dirigida por Rupert Goold y protagonizada por Renée Zellweger, quien da vida a Judy Garland y la acompañan en pantalla Jessie Buckley, Finn Wittrock, Rufus Sewell y Michael Gambon.


La cinta se enfoca en la parte final de la carrera de Garland, cuando al tener problemas para ganarse la vida y poder mantener a sus dos hijos pequeños, producto de su tercer matrimonio, con Sidney Luft (Sewell), recibe una oferta del empresario Bernard Delfont (Gambon) para trasladarse a Londres y ofrecer una serie de presentaciones. Antes de partir traba amistad con Mickey Deans (Wittrock), un joven empresario con más sueños que capacidad para realizarlos.

Al principio su show en Londres es un éxito, pero resurgen muchos de los problemas que han entorprecido su vida y su carrera como adulto, causando toda clase de problemas a Rosalyn (Buckley), la responsable de cuidarla y asegurarse de que se presente a cantar. De forma paralela, vemos varios flashbacks a la etapa de Garland como estrella infantil (interpretada por Darcy Shaw), antes, durante y después del rodaje de The Wizard of Oz, donde se muestran algunas de las cosas que tuvo que sufrir bajo las órdenes del productor Louis B. Mayer (Richard Cordery).


La película es una adaptación de la exitosa obra de teatro End of the Rainbow, escrita por Peter Quilter. Por ello no es sorpresa que se haya elegido a un director de teatro para dirigir la película, aunque por momentos eso es algo que le juega en contra a la cinta, que en algunos segmentos tiene demasiados diálogos que se vuelven casi expositivos, aunque la edición es ágil y evita que el ritmo de la película se vea afectado.

El trabajo de Zellweger es digno de destacar, y no es de extrañar que haya recibido varias nominaciones a diversos premios y sea una de las favoritas para llevarse el Oscar como mejor actriz, aunque, a juicio personal, me parece que hay momentos creo que exagera algunos manerismos, lo que se convierte en una distracción, aunque bastante menor.

Ignoro si la obra de teatro incluye los flashbacks, pero esa es una de las partes más interesantes de la película, pues aparecen cuando uno de esos momentos del pasado resulta relevante para entender algún detalle de la historia principal, y en conjunto ayudan a entender los muchos problemas psicológicos que aquejaban a la actriz, además de dar contexto a su adicción a las meta-anfetaminas.


En resumen, Judy es una sólida película que ayuda a humanizar la figura de una de las grandes estrellas de la Edad de Oro de Hollywood, por lo que resultará de especial interés para los fans del cine de esa época, o para quienes sienten nostalgia por la época en que las divas del cine eran capaces de dominar cualquier escenario y no sólo actuar o cantar para la pantalla. Una opción bastante recomendable.

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