Una de las críticas más frecuentes al trabajo de Ed Brubaker como escritor de Captain America es la aparente lentitud con que desarrolla la historia, sobre todo luego del final de Civil War y la muerte del personaje titular, pero hay que reconocer que la aparente falta de sucesos dentro de la historia se ve compensada por el desarrollo de personajes y la creación de un entorno cada vez más complejo e interesante.
Y si no les basta con una pelea, Sharon Carter intenta un desesperado plan de escape que la lleva a enfrentar a la hija del Red Skull.
El Winter Soldier (James Barnes, el Bucky original) aún intenta adaptarse a la idea de ser el sucesor de Steve Rogers, así que la repentina aparición en el número anterior de un Captain America que se ve y escucha justo como su antiguo mentor resulta perturbadora, sobre todo considerando que lo ve respaldando a un agente del Red Skull, así que no es sorpresa que decida investigar a este nuevo Capitán, aún a pesar de la recomendación de The Falcon de mantener un bajo perfil y no acercarse a él.
Barnes casi consigue solucionar el problema con palabras, al menos hasta que Red Skull y sus secuaces deciden retirar a su hombre merced a una instrucción durmiente programada con anterioridad en su mente. Para los curiosos que no entiendan de donde salió este otro Capitán, se trata de Steve Rogers. Pero no del Steve Rogers al que todo mundo conoce y que fuese asesinado hace unos meses, sino de un personaje creado por Steve Englehart a inicios de los 1970 y que de forma retroactiva asoció con un Capitán que estuvo activo después de la Segunda Guerra Mundial y antes de la formación de los Avengers.
Informalmente se le conoce como el Captain America de los cincuenta, y es un agente entrenado y alterado por el gobierno como un reemplazo para el Capi original. Fue reactivado por el gobierno para enfrentar al Capitán, pero sufría de trastornos psicológicos que eventualmente lo llevaron a convertirse en un villano de ideas Neo-nazis bajo el nombre de Grand Director, y durante su tiempo como Captain America tuvo como sidekick a su propio Bucky, Jack Monroe, también conocido como Nomad, quien después fue asesinado por el Winter Soldier.
Lo Bueno: La historia no deja de avanzar pese al criticado ritmo usado por Brubaker. Incluso si la acción parece disminuir en intensidad los personajes siguen en constante crecimiento, dando un toque adicional de complejidad a la historia. También es de celebrarse el regreso de Steve Epting como artista regular de la serie. Es evidente que hace tiempo desarrollo una total comodidad con el personaje del Capi, y sin duda disfrutó volver a ilustrar el clásico diseño de su uniforme. Epting es uno de los artistas más sólidos y confiables en la industria, a pesar de que sigue manteniendo un perfil bastante bajo.
Lo Malo: No se me ocurre nada que criticar en este número. No es el mejor que haya leído en la serie, pero la consistente calidad de este título ya no sorprende a nadie y sigue sin altibajos.
El Veredicto: Captain America #40 es una buena lectura, con el único inconveniente de que forma parte de una historia bastante larga y compleja, por lo que si alguien no está al tanto de cómo va hasta el momento puede ser difícil de seguir. Sin embargo, un conocimiento básico y general de la historia basta para apreciar el sólido trabajo de Brubaker y Epting. Si son fans del Universo Marvel desde hace tiempo, las apariciones del Grand Director, el Dr. Faust y Arnim Zola pueden ser una grata sorpresa. Solo habrá que esperar a ver cuanto tiempo pasa antes del inevitable tie-in con Secret Invasion.
Captain America #40Título: The Man Who Bought America, part fourGuion: Ed BrubakerArte: Steve EptingColor: Frank D'ArmataRotulista: Joe CaramagnaEditor: Tom Brevoort & Jeanine Schaefer (asistente)Portada: Steve EptingPublicado el Miércoles 16 de Julio por Marvel Comics
No hay comentarios.:
Publicar un comentario