Friedrich Wilhelm Murnau, conocido como F.W. Murnau, es considerado como uno de los más grandes cineastas alemanes de todos los tiempos, y es una de las figuras más emblemáticas del movimiento expresionista alemán de los 1920, y entre sus películas más famosas destacan Nosferatu y Faust, ambas basadas en grandes obras de la literatura, aunque la que nos ocupa en esta ocasión es la primera de esas dos.
Por eso cambiaron el título a Nosferatu con el subtítulo eine Symphonie des Grauens (una Sinfonía de Horror), y modificaron los nombres de los personajes, más notoriamente el del Conde Drácula, que pasó a llamarse Graf Orlock (Graf es un título nobiliario germano, vagamente equivalente a un Conde).
El nombre de Nosferatu lo tomaron de la misma novela de Stoker, donde es el nombre que los aldeanos rumanos usan para referirse a Dracula. Se desconoce el origen de la palabra, aunque se especula que Stoker la tomó de la autora británica Emily Gerard, quien la había usado en un texto propio en el que daba a entender que se trataba de la palabra rumana para "vampiro". Algunos académicos creen que podría derivar del vocablo nesuferit, una palabra rumana que se usa para referirse a algo que resulta ofensivo o problemático.
En su novela, Stoker da a la palabra la connotación de no-muerto (undead, en inglés), pero no existen bases etimológicas en idioma alguno para ninguna de esas dos acepciones. En griego existe el término nosophoros, que significa "portador de enfermedad", que parece tener cierto sentido, más en Nosferatu que en Dracula, por el contexto de la historia y por la forma en que Murnau presenta la imagen del vampiro, asociada a La Plaga y como una infección.
A pesaer de los múltiples cambios realizados, la viuda Stoker no retiró la demanda y la corte determinó que la película en efecto infringía los derechos de la obra. El juez ordenó la destrucción de todas las copias existentes, lo que orilló a Prana a declararse en bancarrota, pero su primera y única película sobrevivió gracias a que para entonces ya se habían distribuido copias a distintas partes del mundo, las cuales fueron reproducidas y copiadas en repetidas ocasiones, aun si en muchas partes sólo pudo exhibirse hasta que expiró el copyright.
El vampiro fue interpretado por un reconocido y veterano actor de teatro, Maximilian "Max" Schreck, aunque parece que su historial como actor dramático era desconocido en el resto del mundo, razón por la cual se crearon a su alrededor toda clase de mitos y leyendas urbanas. En las más comunes y populares se asegura que Schreck no existía, y que su nombre era en realidad un seudónimo usado por algún famoso actor de la época que no quería que su nombre se viera asociado al de un vampiro de ficción.
Otros fueron más allá, asegurando que era un vampiro real contratado por Murnau para dar mayor realismo a su película. Esas historias fueron en parte alentadas por el nombre del actor (en alemán Schreck significa susto o espanto) e inspiraron Shadow of the Vampire (2000), de Elias E. Merhige, película que trata sobre la filmación de Nosferatu y parte de la premisa de que Schreck era un vampiro. Esta película es donde por primera vez se usó la luz del sol como algo mortal para los vampiros, tema jamás mencionado en libros o historias anteriores, y desde entonces se ha vuelto parte integral del mito contemporáneo.
La película de Murnau forma parte del dominio público desde hace varios años y puede ser hallada en diversos formatos con relativa facilidad. Pueden verla en Google Video, y el Archivo de Internet tiene la película disponible para descargar en versiones de baja resolución o con calidad de DVD. Kino Films lanzó recientemente una "edición definitiva" en DVD de dos discos, que tampoco debe ser difícil de encontrar en tiendas en línea o donde quiera que se puedan encargar DVD importados.
Ese sueño se vio cumplido con Nosferatu The Vampyre, cinta estrenada en 1979, en la cual Herzog recuperó el uso de los nombres originales de los personajes de la novela de Stoker, con la única peculiaridad de intercambiar las partes de Mina y Lucy, convirtiendo a ésta última en la esposa de Jonathan Harker.
La versión de Herzog es un fiel homenaje a la cinta de Murnau que además expande la historia, haciéndola más compleja, y enfatiza la condición del personaje como un ser melancólico y solitario, un condenado más que un depredador. Herzog la filmó pensando que habría dos versiones, una para Alemania y otra para el resto del mundo, así que las escenas con diálogos se filmaron dos veces, con los mismos actores interpretando sus partes en inglés y alemán, evitando la necesidad de doblar sus voces o subtitular la cinta en los países de habla inglesa.
En Alemania la película se estrenó bajo el título de Nosferatu: Phantom der Nacht (Nosferatu: el Fantasma de la Noche), mientras que en el resto del mundo se le conoce como Nosferatu The Vampyre (Nosferatu El Vampiro). El talentoso y versátil actor alemán Klaus Kinski, colaborador habitual de Herzog fue el encargado de interpretar al personaje principal, mientras que Bruno Ganz e Isabelle Adjani encarnaron a Jonathan y Lucy Harker, respectivamente. El resultado es una auténtica maravilla.
En todo caso, nadie puede discutir que lo más destacado son las actuaciones, comenzando por Willem Dafoe y su recreación de Schreck/Orlok, y con John Malkovich como el obsesivo Murnau. Udo Kier interpreta al productor de la película, que era además el director artístico y diseñador de vestuario, en tanto que Catherine McCormack hace el papel de Greta Schröder, la actriz principal de la cinta de Murnau, y Cary Elwes da vida a su cinematógrafo. Dafoe recibió una merecida nominación al Oscar por su fascinante interpretación, y su trabajo es razón suficiente para ver esta película.
Para terminar, existe otra versión de Nosferatu que no incluye a ningún vampiro como Orlok. Se trata de Nosferatu: Vampire in Venice (Nosferatu: Vampiro en Venecia), estrenada en Italia en 1988 con tan poco éxito que en el restro del mundo se distribuyó directo a video. El productor italiano Augusto Caminito quería crear una secuela a la cinta de Herzog, y contrató los servicios de Klaus Kinski, pero la volátil y conflictiva personalidad del actor (de quien se rumora que en alguna ocasión Herzog tuvo que obligar a regresar a un set a punta de pistola) provocó toda clase de retrasos y el despido o renuncia de varios directores.
Kinski se rehusó a raparse o someterse a las largas sesiones de maquillaje que su personaje requería, así que en esta película se le puede ver luciendo todo el tiempo su rubia y despeinada cabellera. Caminito terminó la película él mismo, aunque en su autobiografía Kinski afirma que él mismo tuvo que dirigir varias escenas. Nunca la he visto y no estoy seguro de llegar a hacerlo, pero me pareció una interesante curiosidad. Comparten créditos con Kinski los veteranos Christopher Plummer y Donald Pleasence, quienes en otras cintas han interpretado al Profesor Van Helsing y al Doctor Seward, respectivamente.
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